La Universidad de La Laguna cuenta con más de 300 grupos de investigación y posee acuerdos con unas 500 universidades extranjeras. Se trata de datos correspondientes al año 2015 y que, además de ser positivos, son los esperados en una institución académica. Sin embargo, el pasado año la ULL obtuvo otro tipo de resultados, como la adquisición de una biotrituradora que transforma los restos de poda en abono para sus jardines; destinó 260.000 euros en ayudas al personal, principalmente a tratamientos de salud; atendió la solicitud de información de 315 orientadores y tutores de IES del archipiélago; contó con 259 estudiantes con algún tipo de dificultad o discapacidad y 27.000 personas asistieron como público a las 110 actividades culturales que se programaron.
Se trata de frías cifras que, sin embargo, se obtienen al calor del modelo de gestión basado en el compromiso con la sociedad, y que se han recogido en la Memoria de Responsabilidad Social que la ULL ha editado hace unos días. La institución académica publica así su segundo informe de RSU (el primero se correspondió al año 2014), siguiendo los indicadores Global Reporting Initiative (GRI), el estándar para la elaboración de este tipo de documentos más utilizado.
La Memoria de RSU de 2015 de la ULL, elaborada por el Secretariado de Responsabilidad Social dependiente del Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad dirigido por Francisco García, se estructura en un total de diez apartados que se corresponden con otros tantos ámbitos: compromiso, formación, investigación, internacionalización, sostenibilidad ambiental, acción social, igualdad, cooperación y solidaridad, cultura y transparencia.
De esta manera, se recoge toda la actividad desarrollada por la entidad educativa para reducir el posible impacto negativo que sus acciones hayan podido ocasionar en su entorno social y ambiental, al tiempo que se informa sobre todas aquellas iniciativas que contribuyen al bienestar tanto de la propia comunidad universitaria, como de la sociedad que la rodea.
El documento se ha elaborado con los datos recabados entre el personal laboral y funcionariado, docentes, directores/as de secretariado, de unidades de gestión, de servicios y de programas.
En su línea de evitar impactos en el entorno ambiental, del informe sólo se han impreso diez ejemplares a modo testimonial, ya que se presenta a la sociedad en formato digital a través de un PDF, que ya se puede descargar de la página web de RSULL: www.ull.es/rsocial. Este espacio también aloja toda la información que aparece en la memoria e incluso la amplía con enlaces a más documentos, entrevistas y reportajes lo que permite interactuar con su contenido que aparece actualizado con el día a día de la institución. “Se trata así de una memoria viva en constante construcción, en la que la persona que acceda no sólo tendrá todos los datos de lo realizado por la ULL en 2015, sino que a la vez puede ir consultando su evolución durante 2016”, afirma el vicerrector, Francisco García.
Contenido.
Entre los datos más significativos que arroja este documento, se encuentran las 1.200 personas, tanto tituladas universitarias como sin titulación, que recibieron formación en cursos impartidos en municipios de Tenerife, La Palma y El Hierro, mediante acuerdos entre la ULL y los ayuntamientos.
En materia de investigación, 48 empresas privadas y públicas utilizaron los laboratorios, equipos o recibieron asesoramiento del Servicio General de Apoyo a la Investigación, durante 2015. Asimismo, la ULL está en el primer puesto en España en colaboraciones con universidades internacionales.
En cuanto a la gestión medioambiental, en 2015 se realizaron avances como la adquisición de una biotrituradora, al tiempo que se continuaron con medidas adoptadas en años anteriores, como su programa de recogida selectiva de residuos, el envío de más de 700 litros de aceite usado en las cafeterías a plantas de biocombustible o el uso de las dos máquinas compactadoras de envases ligeros, papel y cartón. En este punto el pasado año se recogió 40 toneladas de papel, cartón y envases ligeros; 1.000 kilos de pilas o 14 toneladas de equipos eléctricos, entre otros datos.
En materia asistencial, la ULL ofrece gratuitamente el 2% de sus plazas en la residencia y colegios mayores, a personas con escasos recursos, distribuyó algo más de 232.000 euros en diferentes tipos de ayudas económicas a casi 1.600 alumnos/as, y la asesoría jurídica resolvió más de 600 consultas de alumnado en el curso 2015/2016. Por otra parte, colaboró en la resolución de conflictos en el seno de su personal, con un total de 84 intervenciones.
En materia de igualdad de oportunidades, durante el curso 2015/16 la ULL contó con 259 estudiantes con algún tipo de dificultad o discapacidad, 233 accedieron a matrícula gratuita y sólo 53 solicitaron los servicios del Programa de Atención a Estudiantes con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo, lo que supuso informar y formar a más de 1.000 docentes sobre las adaptaciones en el aula y la atención al alumnado con este tipo de características. Por su parte, entre el ingente trabajo en igualdad de género destaca las 300 personas que participaron en las diez acciones organizadas por la Unidad de Igualdad de Género para difundir los protocolos de prevención de la violencia sexual y sexista, además de constituirse el grupo de trabajo “Concilia ULL”, un entorno colaborativo para fomentar la conciliación laboral y personal.
En lo referente a solidaridad, la ULL creó la Oficina de Voluntariado a través de la cual se han firmado acuerdos con 65 ONG,s y se registró más de 400 alumnos/as que desarrollaron actividades de voluntariado en dichas entidades, el 77% de los cuales eran mujeres.