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La Universidad de La Laguna entregó sus premios literarios por primera vez en el Teatro Leal

miércoles 25 de mayo de 2016 - 07:24 GMT+0000

El Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad de la Universidad de La Laguna convoca cada año varios premios de diferentes disciplina artísticas. En 2016, la institución académica ha dedicado una gala centrada exclusivamente en aquellos certámenes de índole literaria que, como novedad, ha abandonado el recinto académico para celebrarse la noche del martes 24 de mayo en el Teatro Leal.

En el acto estuvieron presentes el rector de la ULL, Antonio Martinón, y el vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, y la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna, Flora Marrero. La gala fue presentada por la periodista Irma Cervino.

El rector destacó que esta ha sido la primera ocasión en que la Universidad de La Laguna celebra una de sus ceremonias fuera del recinto universitario, como símbolo de «una nueva relación» entre la universidad y el ayuntamiento, con el objetivo de potenciar que La Laguna sea, efectivamente, una ciudad universitaria. Martinón señaló que con esta gala, se pretende visualizar esa nueva etapa en la que la universidad y la ciudad van de la mano. Por eso, abogó por que a partir de ahora, estos premios no fueran considerados exclusivamente de la institución académica, sino del municipio.

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Por su parte, la concejala del Ayuntamiento de La Laguna disculpó la ausencia del alcalde de la ciudad, José Alberto Díaz, que en esos momentos se encontraba en Toledo en una reunión de ciudades patrimonio de la humanidad. Marrero valoró en su discurso la condición de la ciudad como importante foco cultural y de creación e incidió en esa idea de ahondar en la relación existente entre la ULL y la ciudad que la acoge.

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El vicerrector de Relaciones con la Sociedad recordó que en esta gala se entregaban cinco de los diez premios que anualmente convoca la ULL. Algunos de ellos ya han llegado a la vigésima edición, lo que los convierte en unos certámenes de innegable longevidad. Además, en ellos han participado 370 personas, indicador de su capacidad de convocatoria. Finalmente, recordó que ya está abierta la convocatoria de premios correspondiente en 2016.

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El bloque principal de la gala estuvo dedicado a la entrega de los cinco premios literarios de la ULL. Aprovechado la ocasión, también se presentó el libro “Premios Literarios de la Universidad de La Laguna”, volumen que recoge las obras ganadoras, así como una selección de participantes en los concursos que los diferentes jurados han querido destacar por su calidad. Con este libro, la universidad busca que sus galardones sirvan para difundir entre el público los trabajos y, de este modo, puedan ser disfrutados por los lectores.

Tras la entrega de premios propiamente dicha, la escritora bilbaína Espido Freire ofreció una conferencia en la que indagó en su propio proceso creativo. Finalmente, el colofón de la gala fue la actuación de la coral universitaria Camerata Lacunensis.

Premios

En total, se entregaron los premios de cinco certámenes diferentes. El X Concurso de Relato Breve Día del Libro 2015 es un certamen peculiar ya que se caracteriza por que los trabajos deben redactarse a mano e in situ en la biblioteca universitaria el 23 de abril. En esta ocasión, el relato vencedor fue “El narrador”, de Mª Alejandra Aguado Colmeiro, de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación.

Como finalistas y, por tanto, incluidos en el libro, quedaron los trabajos “Entropía”, de Álvaro Afonso Dávila; “La felicidad es una estrella fugaz”, de Eduardo Álvarez García; “En pedazos”, de Héctor Cabezón Morales; “Llorando a un desaparecido”, de Pablo Armas Correa; “El lamento de Kafka”, de Damián Cruz Latorre; y “Casa de Duchas”, de Agustina Micaela Bugin.

En el XVIII Premio Internacional de Relato Breve Julio Cortázar el ganador fue “Japonesa”, de Margarita Sáenz Herrero, que acudió a recoger el premio. Los accésits fueron concedidos a “Escalera de hueso”, de Diego Marcelo Balmaceda; “Gloria la yesca”, del Rafael López Álvarez; “La paloma”, de Lola Sanabria García; “El canto del gallo”, de Mónica Gómez de Ólea Goyanes; “Un tiro al aire”, de Ana Isabel Espinosa García; y “McHegel”, de Ángel Carmona.

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En el XX Certamen Internacional de Guiones Cinematográficos de Cortometrajes de la Universidad de La Laguna se alzó con el triunfo “Mérope”, de David D. Domínguez, que también pudo acudir a la gala. Los finalistas fueron “Especial fin del mundo”, de Ana Piedra Gómez; y “Este no es mi hijo”, de Domingo Giménez Cánovas y Domingo Giménez Cámara.

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Finalmente, dos galardones en los que no se designaron finalistas: El XVII Premio Internacional de Poesía Luis Feria, del cual resultó ganador el poemario “El invierno más largo”, de Nieves Pérez Cejas, que agradeció el premio con un video por hallarse en Rumanía por motivos de trabajo; y el XVIII Premio Internacional de Teatro de autor Domingo Pérez Minik, cuya obra ganadora fue “Extremófilos”, de Luis Fernando de Julián García, quien también agradeció el galardón mediante un video.

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Espido Freire

La escritora comenzó su intervención informando de que se le había invitado a hablar sobre su propio proceso creativo y que trataría de obedecer, aunque advirtió que los escritores son tendentes a la rebeldía. Freire comentó que en muchas entrevistas que le realizan es recurrente la pregunta acerca de, precisamente, cómo es su proceso creativo, como si ella, al igual que otros autores, poseyera algún tipo de secreto oculto. Y, según la escritora, eso no es así: «Lo que hay es un enfoque vital y, sobre todo, trabajo».

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Se refirió a la gran mayoría de escritores que no podían dedicarse profesionalmente a ello, ya que es habitual que muchos autores publicados se tengan que dedicar a otras profesiones. Eso tiene una gran ventaja, como es el aumento de la pasión por crear. Pero también sus inconvenientes, como es la falta de capacidad de presión a la hora de defender los derechos de autor o reproducción

Freire se refirió a los diferentes medios que tienen los escritores para dar a conocer su creatividad, desde los artículos en prensa -cada vez menos frecuentes dada la crisis de los medios de comunicación- como la autoedición, entre otras. Sin embargo, destacó el gran potencial de Internet, que genera «la mayor capacidad de creación en bruto que nunca se haya tenido».

Hay dos grandes tabús en el caso de los escritores: no pueden hablar de dinero y no pueden hablar de trabajo. El mito existente es que los autores son bohemios que viven en la pobreza y en fiesta perpetua. Freire criticó esos falsos mitos y reafirmó que en el día a día de una escritora lo que hay es trabajo. Y en ese trabajo se incluye el estudio y el conocimiento de otros autores. «El trabajo de un escritor debe ser, sobre todo, la creación de una visión y un pensamiento propio. Por decirlo así, ser menos rebaño y más borrego».

Cuando se habla de creatividad, se está limitando el término al hecho de «ser artista». Pero sin la creatividad, el día a día no sería posible. «Debemos ofrecer nuevas soluciones a los problemas de siempre». A su juicio, es precisamente la falta de creatividad la que ha marcado el devenir de la actual crisis.

Se ha llegado a un momento en el que ya no es posible ser los mismos de antes. Hay que mirar desde fuera la realidad y los tópicos que han marcado las creencias sociales. Y tratar de descubrir dónde están esas «fuerzas invisibles» que coartan la creatividad vital a través de coacciones continuas: críticas a la menara de vestir, agresiones a través de Twitter, etc.

«La especialización es cosa de insectos», afirmó, por lo que es necesario que la creatividad abarque muchos ámbitos. «La capacidad de creación es uno de los valores a los que más debemos aferrarnos».

Confesó que su carrera comenzó en la ópera, cuando fue descubierta con once años, pero no le gustó «la oscuridad», el hecho de dirigirse a una platea a la que no veía los rostros, ni tampoco la competitividad e, incluso, el acoso. Por ello, inició una segunda carera en la literatura. «Ésta me permitió vencer el tiempo. Además, en el canto era un personaje, mientras que en la escritura era el narrador».

También valoró el papel de las redes sociales como medio para acercarse a su público, por lo que no dudó en saludar a sus seguidores, «sean lectores o no», en diferentes plataformas como Instagram. Gracias a ellas, muchas personas han podido superar la timidez e interaccionar con los autores en un terreno común.

 


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