“Gurba” es una palabra árabe carente de traducción en castellano que designa al sentimiento de rabia, melancolía y desarraigo que experimentan las personas exiliadas. También es el título de una película documental dirigida por Miguel Ángel Tobías que indaga en las repercusiones humanitarias del largo confinamiento del pueblo saharaui en campus de refugiados. La cinta será exhibida hoy, miércoles 17 de febrero a las 18:00 horas en el Paraninfo, como parte de la sesión que dedica a este conflicto la iniciativa institucional ULL Debate.
“Gurba. La condena” servirá como base para el docu-fórum genéricamente titulado “Sáhara Occidental: Exilio y Ocupación”, en el cual participarán el propio Miguel Ángel Tobías, el profesor de Sociología de Relaciones Internacionales de la ULL José Abu-Tarbush y la presidenta de la Comunidad Saharaui de Tenerife, Sukeina Ndiaye, bajo la moderación del periodista de La Opinión Daniel Millet.
Esta iniciativa ha sido presentada esta mañana en una rueda de prensa en la cual, además de realizador del film, participaron el vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, y la directora de Global & Creative Productions, Paqui Candil.
García explicó que el propósito de ULL Debate es devolver a la institución académica su histórica posición como centro de dialogo y discusión de los “retos, urgencias y oportunidades” de la sociedad, especialmente en un periodo que no dudó en calificar como de “cambio de época, más que época de cambio”. Explicó que este formato reúne en una mesa diálogo a personas con autoridad en el asunto abordado, a protagonistas del día a día de ese problema, y también a investigadores de la ULL que aportarán el análisis mesurado de la academia.
Por su parte, Miguel Ángel Tobías relató que su documental ha intentado centrarse especialmente en el drama humano de los campos de refugiados del Sáhara, “los más longevos de la historia reciente”. Por ello, el montaje final de 80 minutos que se exhibe es la quinta versión, tras haber pasado un proceso de edición en el que, ante todo, se ha intentado despolitizar los contenidos. Aún así, el director reconoció que la dimensión política no se ha podido obviar, ya que es imprescindible para explicar el origen del conflicto.
La cinta denuncia realidades que no son del todo conocidas para el público acerca del drama saharaui. Así, se muestra el peligro que aún suponen las minas antipersonas existentes en el desierto y también se atiende a una consecuencia de este exilio que muchas veces se pasa por alto: el daño psicológico, pues aproximadamente el 30% de la población saharaui sufre depresión crónica a causa de su situación.
Tobías explicó que el del Sahara es el único conflicto con presencia de las Naciones Unidas en el cual “no se puede velar por los derechos humanos” a causa del veto que desde los años 90 ejerce Francia sobre este asunto. Eso quiere decir, como explicó el realizador, que si un guarda marroquí ejerce algún tipo de violencia contra un refugiado ante la presencia de un casco azul, éste no podrá ni actuar para evitarlo ni tan siquiera informar de lo sucedido. “La misma Francia que inició los derechos humanos o con la que nos solidarizamos tras los recientes atentados es la que está permitiendo esto”, denunció.
“Gurba. La condena” se inscribe en un grupo de producciones que inició Tobías a través de su empresa Acca Media Productions hace seis años, surgido de un compromiso personal según el cual cada año realizaría un proyecto “social, solidario y benéfico”, que comenzó con el largometraje “Sueños de Haití”.
Estos proyectos se caracterizan porque toda su recaudación está dedicada a financiar causas benéficas y son a fondo perdido. Es decir, no se empieza a donar una vez amortizado el coste de producción, sino que desde el primer euro se dedica a la solidaridad. Por ello, Tobías realiza varios estrenos benéficos a petición de diferentes organizaciones o cede a ONG los derechos de exhibición para que realicen ellas mismas las proyecciones.
En el caso de esta proyección dentro de ULL Debate, la recaudación se destinará al programa Vacaciones en Paz y al Centro Mártir El Shériff, el único refugio para víctimas de minas de los campamentos de refugiados.
Otra característica de estos proyectos es que, pese a los asuntos que aborda, voluntariamente huyen del sensacionalismo, no atacan la dignidad y el honor de las personas y están concebidos para que puedan verlos niños a partir de 12 años, lo cual obliga a buscar alternativas para no mostrar directamente escenas escabrosas. Todo ello porque el realizador cree que “lo audiovisual es lo más potente para influir en la sociedad: si los ejemplos que ofrecen los medido son positivos, la sociedad girará en positivo”.