La Sección de Náutica, Máquinas y Radioelectrónica Naval de la Universidad de La Laguna ha celebrado recientemente un homenaje póstumo a Luis Rodríguez Domínguez, el que fuera impulsor de la integración de los estudios de esta rama en la Universidad de La Laguna, recordando tanto su valía como docente y gestor como su perfil humano.
Se trató de una ceremonia en la que participó el rector de la institución, Antonio Martinón; varios profesores del centro, como Pedro Anatael Meneses; Nicolás Marichal, director de la Escuela Politécnica de Ingeniería; y Antonio Burgos, subdirector de la sección universitaria y amigo del homenajeado, además de su propia familia.
Luis Rodríguez fue Inspector Superior de Escuelas de Náutica, además de director de la escuela de Santa Cruz de Tenerife y de la de Gijón. Antonio Burgos lo calificó como “un director excepcional”, en lo que reconoció como “una ardua tarea que los diferentes directores de esta escuela han desarrollado a lo largo de la historia”, desde su fundación en 1851.
Burgos relató que el agasajado, separado de sus padres por la Guerra Civil, e internado en un hospicio, tuvo que ponerse a trabajar desde una edad muy temprana, primero como cobrador de guagua, después como soldador en fábrica de enlatados y posteriormente repartidor de caramelos elaborados por su familia. “Fue una persona con una fuerte determinación, un gran afán de superación y a pesar de las penalidades económicas de la familia pudo matricularlo en la Escuela de Náutica y compaginar los estudios con el trabajo en la empresa familiar”.
Tras 15 años navegando en diferentes compañías, en condiciones, en aquella época, bastante penosas, desembarcó en 1960 y entró en la Escuela de Santa Cruz de Tenerife como profesor ayudante interino de matemáticas, preparándose posteriormente la cátedra de Trigonometría Esférica. Desde finales de los 60 a mediados de los 70 fue vicedirector del centro y a mediados de esa década le ofrecieron desplazarse a Gijón para crear la Escuela de Náutica de dicha ciudad.
Tras un periodo posterior en la Inspección de Enseñanzas en Madrid volvió a la Escuela de Tenerife, donde reanudó su labro como director hasta su jubilación, hace ya 26 años. “La aportación de Luis Rodríguez a la innovación de las enseñanzas náuticas en su reconocimiento oficial como enseñanzas superiores o universitarias actuales es indiscutible”, afirmó Antonio Burgos en su intervención. Además, participó activamente para crear un colegio profesional democrático para los marinos mercantes titulados.
La situación de las escuelas previa a la integración era un entramado complejo por el marasmo de legislación en torno a las enseñanzas náuticas y las dificultades técnico-administrativas, para su adaptación definitiva y lograr la integración en la Universidad, explicó Burgos. En un informe elaborado en 1989 por el homenajeado se establece de forma minuciosa y con fundamentos administrativo-legales la situación de las enseñanzas de Náutica; la clasificación y nivel retributivo del profesorado de esta escuela superior de la Marina Civil. Finalmente tras establecer la no equiparación de este profesorado a efectos retributivo y de categoría en ese momento, argumentó con fundamentos legales la discriminación del colectivo docente en relación con otros cuerpos semejantes y por ello la necesidad de asignar niveles y demás condiciones retributivas tanto para el profesorado titular, responsables de gestión e incluso maestros de taller e instructores para su plena integración en la universidad. “Este informe fue el soporte definitivo de la integración de la Escuela de Santa Cruz de Tenerife en la Universidad de La Laguna”.
“Luis Rodríguez no estuvo nunca de paso, pues se implicó en todas las instituciones de las que formó parte; su compromiso evidenció una gran generosidad y preocupación por mejorar, innovar y alcanzar las metas más altas de las enseñanzas náuticas en la universidad”, concluyó.