Un grupo de científicos de la Universidad de La Laguna liderado por José Carlos Hernández, del Departamento de Biología Animal, Edafología y Geología, han descubierto un afloramiento submarino de CO2 en la isla de La Palma. Estas surgencias son laboratorios naturales que permiten estudiar las condiciones de un océano futuro.
Los océanos absorben unos 25 millones de toneladas de CO2 cada día, lo cual ha causado que sean un 30% más ácidos desde que se empezaron a utilizar combustibles fósiles. Ello ha alterado la química superficial del mar, disminuyendo el pH y los niveles de carbonatos disponibles para los organismos que calcifican, entre los que se encuentran especies tan importantes como las algas, corales, moluscos y erizos de mar.
Las predicciones más recientes realizadas por el panel intergubernamental de expertos que estudia el cambio climático concluyen que el pH medio del océano disminuirá entre 0,2 y 0,4 unidades para 2100. Esta disminución en la disponibilidad de carbonatos tendrá consecuencias directas sobre especies calcáreas pero también afectará a otros organismos y al funcionamiento del ecosistema marino.
Por ello, el estudio de este impacto humano es una línea de investigación prioritaria en muchos laboratorios marinos del mundo. Los primeros trabajos que están saliendo a la luz ponen de manifiesto los cambios drásticos en la biología y distribución de los organismos marinos, si bien la mayoría de los estudios se han llevado a cabo en condiciones de laboratorio lo que limita las conclusiones que se derivan de ellos.
La valoración de las consecuencias reales no puede limitarse a estudios realizados en corto espacio de tiempo y con pocas especies, puesto que ello obviaría su capacidad de adaptación, las interacciones y las consecuencias indirectas sobre otros elementos del ecosistema. Por ello es muy necesario estudiar zonas naturales donde se den estas condiciones futuras que ayuden a predecir los cambios de una manera más realista, como es el caso de este afloramiento en las costas de La Palma.
Descubrimiento importante para la biología marina
Sin embargo, esto no es fácil puesto que existen muy pocas zonas en el mundo donde se dan las condiciones adecuadas. Hasta el momento, sólo se han estudiado cuatro zonas con emisión natural de CO2 y de éstas solo dos ocurren en aguas poco profundas que faciliten su estudio.
Durante el último proyecto científico que están desarrollando, los investigadores de la ULL han encontrado una nueva surgencia de CO2, la primera del Atlántico. “Este afortunado descubrimiento fue por pura casualidad pero puede resultar en un gran impulso para la investigación sobre la acidificación del mar, ya que permitirá asomarnos al océano del futuro. Este laboratorio natural encontrado en la isla de La Palma tiene gran potencial y nos sitúa, nuevamente, como punto privilegiado para el estudio de la biología marina”, afirma Hernández.
Este trabajo, ya ha sido presentado dentro de una tesis doctoral leída recientemente por Celso A. Hernández Díaz y ha sido enviado a publicar. Actualmente, los investigadores están buscando el apoyo institucional adecuado para divulgar y darle el reconocimiento que merece dicho hallazgo, que potencie los estudios de biología marina en la isla. En palabras de Hernández, “este afloramiento de CO2 puede ser para la biología marina lo que son los cielos de La Palma para la astrofísica”.