Con motivo de la celebración hoy, 25 de mayo, del Día de África, la Universidad de La Laguna ha convocado este año la primera edición de un premio de relato breve dirigido a alumnado de universidades africanas. El galardón lleva el nombre del filólogo senegalés Amadou Ndoye, fecundo estudioso de la literatura canaria fallecido en 2013 y considerado por muchos como “el apóstol del español en África y el mejor amigo de Canarias”. Así lo recordó hoy el catedrático de Filología Inglesa de la ULL José Gómez Soliño en el acto de entrega de los premios, durante el cual realizó una semblanza en homenaje a Ndoye que contó con la presencia de sus familiares.
El I Premio de Relato Breve Amadou Ndoye está dotado con un primer premio de 1.000 euros y un segundo de 500. El jurado, compuesto por el propio Gómez Soliño, la profesora titular de Filología Española de la ULL Isabel Castells, el poeta Samir Delgado y el escritor africanista Pablo Martín Carbajal, decidió otorgar el galardón principal a Kaoutar Gannoun, estudiante de doctorado de la Universidad Mohamed I de Oujda (Marruecos), quien no pudo acudir al acto por coincidir la fecha con la lectura de su tesis, pero remitió un video de agradecimiento. El segundo galardón recayó en Amira Debbabi, doctoranda en la Universidad Abdelmalek Essasi de Tetuán (Marruecos), que sí pudo recoger en persona su premio.
Además de la entrega de galardones en sí, la ceremonia se abrió con un homenaje a Amadou Ndoye, durante el cual el rector de la ULL, Antonio Martinón, entregó una estatuilla de San Fernando, patrón de la institución académica, a su viuda, Aissatou Ly, su hijo, Babacar Ndoye, y su hija, Mame Fatou Ndoye, que visiblemente emocionada leyó unas palabras de agradecimiento.
El acto fue presidido por el rector y también contó con la presencia del vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, y el vicepresidente y consejero de Empleo, Comercio, Industria y Desarrollo Socioeconómico del Cabildo de Tenerife, Efraín Medina.
Francisco García señaló que el objetivo de este premio, que nace con vocación de continuidad, es tender puentes con África, “un continente tan cercano en lo geográfico como alejado en tantos otros ámbitos”, así como incentivar el desarrollo de la literatura en castellano y favorecer la expansión del idioma en dicho territorio. “Amadu Ndoye, cuya vida estuvo dedicada al español y vinculada a Canarias, es una figura que encajaba perfectamente con estos objetivos, por lo que darle su nombre al certamen era casi una obligación”, explicó.
El consejero insular también recordó con afecto a Ndoye, a quien tuvo ocasión de conocer personalmente: “Me resultó impactante que hubiera alguien en Senegal que supiera tanto de Canarias, cosas que ni yo conocía”, recordó. También aprovechó la ocasión para reafirmar la estrecha relación de la corporación insular con la institución académica: “Qué sería de Tenerife sin la investigación, sin los proyectos y sin el humanismo que la ULL emana hacia toda la sociedad”.
José Gómez Soliño realizó una semblanza de Amadou Noye en la que apuntó los elementos más destacables de su carrera. Destacó su gran memoria y su poliglotismo: hablaba la lengua wolof de sus ancestros, el francés que se quedó en Senegal tras la colonización francesa, el castellano al que dedicó su carrera académica, y también el inglés y el portugués, algo que Soliño desconocía hasta que lo vio dar un discurso de bienvenida de varios minutos a estudiantes de Cabo Verde en perfecto portugués.
La ponencia de Soliño no fue una semblanza biográfica al uso, pues su objetivo era, más que hablar de Ndoye, darle voz a través de varios de sus escritos. De este modo, el catedrático de la ULL reveló a un hombre caracterizado por su gran memoria, una extrema cortesía que lo capacitaba para realizar críticas sin caer en la ofensa, y por tener otras pasiones más allá de la literatura, tales como el fútbol o el baile de ritmos latinos como la samba o el chachachá.
Y, en unos tiempos en los que todo lo musulmán está bajo sospecha, Soliño puso al agasajado como ejemplo de persona piadosa “en el mejor sentido”, ejemplo de la actitud abierta de los senegaleses devotos de este credo.
En suma, Soliño recordó a una figura humana cuya bonhomía le llevó a plantearle alguna vez, de modo irónico: “Pero Amadou, ¿tú tienes algún enemigo?”.