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Jaume Carbonell: “Meter más tecnología en las aulas no es de por sí innovador”

lunes 22 de mayo de 2017 - 13:01 GMT+0000

Jaume Carbonell

El sociólogo de la educación de Universidad de Vic fue el encargado de abrir las VIII Jornadas de Innovación Educativa de la Universidad de La Laguna

Jaume Carbonell Sebarroja, profesor e investigador de Sociología de la Educación en la Universidad de Vic, considera que el concepto de “innovación educativa” es muy relativo y depende, en gran medida, del listón que cada uno establezca: “¿Innovamos para mejorar lo que hacemos o para lograr algo diferente? Ahora se pone mucho énfasis en las TIC, pero meter más tecnología en las aulas no es de por sí innovador. Es modernizador, pero la innovación dependerá del uso que se le dé”.

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Carbonell ha sido el ponente de inaugural de las VIII Jornadas de Innovación Educativa que comenzaron hoy, lunes 22 de mayo, y se desarrollarán hasta mañana en varias dependencias de la Sección de Ciencias de la Información de la Facultad de Ciencias Políticas, Sociales y de la Comunicación de la ULL. Este encuentro forma parte de un programa más amplio, denominado “Semana de la Innovación Educativa”, organizado por el Vicerrectorado de Docencia, que se desarrollará hasta el viernes 26 de mayo dentro y fuera de la institución académica.

La vicerrectora de Docencia, Ana Isabel Jiménez Abizanda, abrió este foro recordando que el concepto de innovación educativa ha ido variando con los años: en el último tercio del siglo XX se consideraba que bastaba con formar al profesorado para lograrla, pero la experiencia demostró que los esfuerzos individuales no eran suficientes y era necesario apostar por iniciativas coordinadas, establecer redes de colaboración y fomentar el intercambio de ideas a través de encuentros como el que hoy se inauguraba.

Explicó que las jornadas cuentan con unas 300 personas inscritas procedentes de la ULL y otras 50 de entidades externas, lo cual refleja el esfuerzo realizado para abrirlas a ámbitos no exclusivamente universitarios. Durante estos dos días se presentarán 48 comunicaciones orales y 22 pósteres de investigación. La semana se prolongará a partir del miércoles con actividades como talleres en las dependencias de la Fundación General de la ULL, experiencias en los museos de Historia y Antropología de Tenerife y de la Ciencia y el Cosmos, y una proyección del Aula de Cine universitaria con debate posterior.

Jiménez Abizanda esbozó igualmente un panorama de innovación educativa en el seno de la ULL, que en la actualidad cuenta con 106 proyectos sobre esta materia en marcha, elaborados por los 63 grupos de innovación, ya sean consolidados o de nueva creación, que está registrados. Precisamente de esos proyectos es de donde ha emanado la mayoría de experiencias presentadas en las comunicaciones de estas jornadas.

Jaume Carbonell

El docente e investigador de la Universidad de Vic dictó la conferencia titulada “¿Qué hay de nuevo en las pedagogías innovadoras del siglo XXI?», en la que apuntó algunas de las tendencias sociales que tendrá que afrontar la educación de las próximas décadas.

Lo primero que meditó es que, realmente, no hay tantas grandes novedades en el ámbito de la reflexión sobre educación, y afirmó que muchas frases enunciadas por teóricos de la antigüedad clásica, el Renacimiento, la Ilustración o principios del siglo XX siguen perfectamente vigentes hoy sin necesidad de contextualizarlas.

En el siglo XXI ya se tiene la certeza de que es más un enfoque multidisciplinar de la pedagogía, capaz de integrar e interconectar disciplinas como psicología, antropología social y cultural, neurociencia, etnografía, los estudios de género, la ética y muchos más.

Si la pedagogía de cada época está determinada por su contexto, en la actualidad la tecnología, ubicua en todos los ámbitos, es el eje fundamental. Los adelantos en las telecomunicaciones han propiciado un modelo social caracterizado por la complejidad, la celeridad y la incertidumbre. De este modo, se está dando una situación en el ámbito educativo que ha sido resumida con la siguiente frase: “Estamos formando a personas para trabajos que todavía no existen que emplearán tecnología que aún no se ha inventado y resolverán problemas que no conocemos”.

Todo ello llevará, según Carbonell, a ampliar la edad de escolarización, lo cual ya está ocurriendo en algunos países del norte de Europa, en los cuales la formación obligatoria se extiende hasta los 18 años. Para el especialista, no es nada extraño: al fin y al cabo, en España se ha pasado de la escolarización obligatoria hasta los 12 años en los años 70 del siglo XX, hasta la edad actual de 16. “Además, la esperanza de vida es y va a ser mayor, por lo que tampoco debería haber tanta prisa por que los estudiantes dejen la escuela”.

En estos momentos, los jóvenes reciben información tanto dentro como fuera del aula, por lo que es necesario una mayor coordinación con todos los agentes que se relacionan con ellos: la educación ya no puede ser algo exclusivamente de los colegios, también deben participar de manera coordinada las familias y los agentes sociales en contextos no formales.

El estudiantado de todos los niveles, incluidos el universitario, deberá asumir que en esta sociedad cambiante “los conocimientos tienen fecha de caducidad”, por lo que aquello aprendido que sirvió para sacar una carrera, en pocos años quedará obsoleto. La educación a lo largo de la vida y la formación continua serán, pues, una constante ineludible.

La pedagogía tenderá a modelos de escuela más inclusivos, y Carbonell explicó que ya existen experimentos de aulas en las que estudiantes de varios niveles podrán compartir espacios con más de un docente. Se fomentará de este modo la colaboración entre los propios estudiantes, de tal modo que los de más nivel ayudarán a sus compañeros, lo cual beneficiará la autoestima de ambos y una mejor formación.

El experto considera que, habida cuenta de que el alumnado será capaz de obtener información a través de soportes tecnológicos, el modelo de clase actual, basado en la lección magistral, cada vez perderá más sentido y será sustituido por el modelo de seminario, en el cual el aula se convierte en un ámbito para resolver dudas o debatir lo aprendido en otros momentos.

Carbonell también expuso que la educación tenderá a procurar una formación realmente integral que no atienda únicamente a que el alumnado obtenga conocimientos, sino que también adquiera buena formación física, ética, artística y emocional. En ese sentido, apuntó que un alumno con muchos conocimientos pero nulas habilidades sociales no podrá desenvolverse en contextos profesionales que, cada vez más, exigen trabajar en grupo y la interrelación con otros trabajadores. Es algo para lo que debe formarse a las personas desde su edad escolar.


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