La gerente de la Universidad de La Laguna, Lidia Pereira, intervino en el cierre de las IV Jornadas de Calidad en la Gestión de los Servicios Universitarios, celebradas hoy 26 de septiembre en la Sección de Periodismo, para ofrecer su visión acerca de los nuevos retos de la administración universitaria.
Señaló en primer lugar que el sistema de gestión de calidad tiene que ser un conjunto de acciones facilitadoras para los servicios, y no un obstáculo que suponga mayor burocracia en la medición de las tareas y en su evaluación. “Si queremos avanzar en la gestión el modelo acordado no puede ser una carga para el personal; debe ser un instrumento de gestión al servicio de las personas”.
De hecho, recalcó que para llevar a cabo la transformación de la organización, lo más importante son las personas. “Hace falta más trabajo en equipo, mayor coordinación entre los servicios. Tenemos que adaptar nuestras estructuras desde una óptica más transversal”.
“Las estructuras organizativas anteriores a los procesos de globalización no nos sirven, tenemos que adaptarnos y transformarnos ante los nuevos escenarios para satisfacer las demandas de la sociedad”, apuntó Pereira. Actualmente en un entorno globalizado, con los cambios introducidos en los comportamientos sociales y con la evolución de las tecnologías, nuestros principales usuarios tienen la posibilidad de acudir a otras universidades Por tanto, ya no vale seguir haciendo lo de siempre, señaló, en el intento de lograr una institución que destaque y sea la elección de los usuarios.
Los comportamientos sociales han forzado aspectos normativos que a día de hoy abundan en la mayor transparencia, agilidad y eficacia de las instituciones públicas, que aunque presten servicios públicos deben orientar su gestión a los resultados, añadió la gerente. Con todo, este nuevo entorno, de mayor incertidumbre, y en medio de una revolución digital, debería convertirse una oportunidad para la universidad, de forma que sea un momento para “repensar” su funcionamiento y sus procesos de gestión. “Hay que dejar atrás tareas rutinarias y dedicar el tiempo de las personas a tareas de mayor valor añadido. Debemos hacer un esfuerzo en tareas transversales, compartiendo conocimiento y creando sinergias entre los servicios”, apuntó.
El sistema de calidad EFQM, al que se han sumado servicios como la Biblioteca Universitaria o el Servicio General de Apoyo a la Investigación, no es idóneo para otros. Por ello, teniendo como objetivo lograr reconocimiento formal y global de gestión de calidad para la ULL, se ha empezado a trabajar realizando actuaciones de cara a la implantación de la gestión por procesos, en la que se fundamenta el modelo de gestión de calidad basado en la ISO 9001:2015, más cercano a la operatividad de la actividad. Las unidades en las que se ha empezado a trabajar a este respecto han sido el Servicio de Contratación Patrimonio, las Administraciones de Centro y el Servicio de Recursos Humanos.
La gestión por procesos ayuda a sistematizar la información, a ordenarla, al tiempo que optimiza el trabajo y sirve para tener conocimiento compartido con todo el equipo, lo que resulta de enorme utilidad como garantía de funcionamiento institucional incluso ante la movilidad de personal entre servicios, explicó.
Todo este cambio debe venir acompañado de formación y aprendizaje continuo sobre la gestión del tiempo, gestión de equipos, trabajo en equipo y sobre las metodologías y aplicaciones que se pongan a disposición de las mejoras en gestión.
Concluyó con una frase de Sócrates: “La excelencia es un hábito”, respecto de la que mencionó que debemos de tenerla presente. “La excelencia no significa trabajar de forma perfecta, en la gestión muy difícil es hablar de perfección, pero sí desarrollar las tareas muy bien. Con la excelencia, acompañada de ilusión, compromiso y trabajando en equipo, con la implicación de personal, que dispone de amplio conocimiento acumulado en la institución, podemos poner miras hacia adelante e introducir en la actividad diaria la mejora continua”.