La Universidad de La Laguna celebró hoy las IV Jornadas de Calidad en la Gestión de los Servicios, una iniciativa pensada como espacio de reflexión del centro académico acerca de los sistemas de gestión de la institución y, de paso, como herramienta para conocer casos prácticos de otras universidades españolas, tal y como destacó la gerente, Lidia Pereira, en el acto de inauguración.
Para el rector, Antonio Martinón, este tipo de actividades forman parte de las cosas importantes que han de hacerse dentro de la universidad. “Es un deber de los servidores públicos el hacer las cosas bien, con calidad y excelencia y de la mejor manera posible. No se trata de hacer lo que siempre se ha hecho, sino de producir una mejora sustancial en nuestros procesos”, explicó.
“La imagen que damos está muy impactada por la forma en la que prestamos el servicio público, lo que además repercute en el clima dentro de la propia universidad”, añadió el rector. La aparición de numerosas universidades privadas, alrededor de treinta en los últimos quince años, “hace que aquellos que defendemos lo público hagamos un mayor esfuerzo”, sostuvo Martinón, para quien resulta imprescindible contar con recursos y con una eficaz organización, “pero también con la voluntad con la que hacemos nuestro trabajo”, precisó. “El tiempo dedicado a la función pública debe ser honesto e intenso. Todos tenemos un papel que jugar en la universidad y les pido que lo hagan con la mayor calidad posible”, concluyó el rector.
Más personal cualificado
El que fuera profesor titular de la Universidad de Málaga y gerente de la Universidad de Jaén, Juan Hernández Armenteros, además de director del informe de la CRUE ‘La Universidad en Cifras’, ofreció la primera ponencia de la mañana, dedicada a la profesionalización del personal de administración y servicios (PAS).
El experto hizo un repaso por el modelo de gestión con el que han funcionado las universidades desde finales de la dictadura hasta ahora. Señaló que durante muchos años hemos tenido un sistema universitario centralizado y homogéneo, hasta 1983, lo que exigía que el apoyo técnico de gestión fuera reducido y poco cualificado porque las principales competencias eran ministeriales. Este modelo se rompe con la aprobación de la Ley de Reforma Universitaria y el inicio del traspaso de competencias a las comunidades autónomas.
La función de la actividad docente se amplía entonces y se democratiza el acceso a la universidad, con una expansión del sistema universitario y un crecimiento de la oferta de títulos de grado y posgrado, sin especialización de unas universidades a otras. El impulso de la actividad investigadora, y la ausencia de PAS cualificado, ha hecho que la gestión haya estado muy participada por el profesorado, indicó el ponente. “Esto aflora en la medida en que los usuarios presionan cada vez más a la administración para que le ofrezca un servicio ágil y moderno y ésta no sabe responderle”.
“Tenemos un modelo de gestión y de gobierno en las universidades que apenas ha cambiado desde 1983, un modelo tan tupido y con tanta representación que los usuarios no saben adónde dirigirse”, agregó. Hernández Armenteros añadió que la definición de funciones ha de recaer en los equipos de dirección y órganos de financiación y representación, pero que la ejecución de esos planes, la evaluación y la gestión son reservadas al PAS.
Mejorar la relación PAS/PDI, aumentar la cualificación del personal y la flexibilidad en la estructura de PAS resultan claves para profesionalizar la gestión, aseguró el experto. “La profesionalización no es solo subir el nivel y ganar más, eso no es suficiente”. Hay que generar cambios y adaptarse a nuevos entornos, explicó, al tiempo que tener claro el recorrido de una carrera profesional, que no consiste en ir de un puesto a otro, tan solo con la perspectiva de una promoción vertical, sino saber estar en los puestos y profesionalizarlos.
La gestión de la investigación en las universidades está mal gestionada, con personal sin perfiles especializados, sostuvo Armenteros, quien consideró que cuanta más cualificación tiene el personal mejor es la gestión que realiza. Con todo, si bien el comportamiento del PAS ha sido muy diferente de unas universidades a otras, sí ha habido un crecimiento del PAS de gestión en todas ellas, para lograr ser más transparentes, más eficaces y capaces de desarrollar políticas de calidad y de investigación.
En el caso de La Laguna, el déficit de PAS de gestión es muy elevado, aseveró. “Cualificar una gestión es muy difícil, pero deben de cambiar su estructura de gestión, ya que de lo contrario es muy difícil ofrecer una gestión profesional”. Lo que no supone un valor añadido, aunque sea necesario, puede externalizarse, pero lo que resulta estratégico debe profesionalizarse dentro de la propia corporación, explicó.
En su opinión, hay una presión sindical para mejorar las retribuciones de los distintos niveles funcionariales, y de ello resulta que se engorda los niveles no cualificados y se deja sin cubrir los puestos de alto nivel y cualificados. Por otro lado, apuntó la idea de reducir los cargos directivos del profesorado y aumentar las responsabilidades de PAS en este ámbito, retribuyéndole adecuadamente, pero también exigiéndole más.