El profesor de la ULL Carmelo Vega presentará hoy en Madrid su libro ‘Fotografía en España (1839-2015): historia, tendencias, estéticas’, editado por Manuales Arte Cátera, y donde propone un recorrido por los principales argumentos y discursos estéticos que han definido el desarrollo y la evolución de la fotografía española, desde sus orígenes hasta la actualidad, intentando desvelar y interpretar los diferentes rumbos artísticos y las grandes corrientes de opinión que se han sucedido a lo largo del tiempo.
En la presentación, prevista a las 19 horas en La Central del Museo Reina Sofía, participarán Berardo Riego, historiador de la fotografía y profesor en la Universidad de Cantabria, y Mónica Carabias, experta en la misma materia y docente de la Universidad Complutense de Madrid.
La editorial explica que hasta los años 70 no hubo un interés por la historia de la fotografía en nuesto país. A comienzos de la década de los 80, en el mismo momento en que se empezaban a poner las bases para organizar la fotografía en España como una disciplina histórica, se inició también una fase de reflexión sobre sus problemas, carencias y debilidades. Este proceso simultáneo de construcción y revisión crítica coincidió además con un nuevo rol cultural, social y artístico de la fotografía que le permitió afirmarse y avanzar como nunca antes lo había hecho, conquistando visibilidad y reconocimiento. Y sin embargo, cada paso, cada logro ponía en evidencia las contradicciones no resueltas de una fotografía española compleja y frágil que nació, vivió y vive de impulsos pasajeros, de esfuerzos puntuales, de iluminaciones momentáneas.
También añade que en 1981 Marie-Loup Sougez había denunciado ya los «vacíos» de la fotografía española, que dificultaban cualquier intento de hacer su historia. Vacío es, probablemente, la palabra más repetida por todos aquellos que, desde el siglo xix, han intentado pensar y explicar el devenir de las producciones fotográficas en nuestro país. Un cierto sentido pesimista recorre la fotografía española desde sus inicios y llega hasta nuestros días: da la impresión de que siempre hemos carecido de todo, que la apatía y el desinterés nos abocan a la desinformación continua, a la falta de dinamismo, a la pobreza de ideas y al estancamiento del ánimo. Así, percibimos que cuanto más se hace, más parece que está todo por hacer. Es misión de la historia de la fotografía empezar a revisar estas anomalías y poner ante nosotros nuevas lecturas, liberadas de tópicos, que nos ayuden a entender el sentido y el significado psicológico, sociológico, político y cultural de este fenómeno.
Cátedra sostiene que el entusiasmo por la fotografía a comienzos de los años 80 facilitó su entrada en la escena artística contemporánea y atrajo finalmente la atención del público y de la crítica de arte. Debemos repensar la historia de la fotografía, lo que implica el análisis de las condiciones que dieron lugar a la aparición de los trabajos pioneros de la década de los 80, y un estudio pormenorizado de las diferentes innovaciones y transformaciones operadas sobre ese modelo original. El estudioso o historiador se encontraba con una disciplina en la que todo estaba por hacer, ya que se había perdido gran parte del legado fotográfico porque no existía una política de preservación de la memoria histórica.
Finalmente, se dice que es necesaria una historia de la fotografía interpretativa de los hechos capaz de erigir un relato histórico que no solo exponga lo que ocurrió sino que busque el sentido y el significado de esos acontecimientos, analizando su repercusión sobre el contexto inmediato y calibrando sus consecuencias posteriores.
