Mur-Miranda durante su intervención
El Aulario General del campus de Guajara acoge desde hoy 20 de junio y hasta el viernes 22 el Congreso de Tecnología, Aprendizaje y Enseñanza de la Electrónica (TAEE), donde inicialmente se debatían cuestiones relacionadas con la didáctica de esta materia pero que con los años se ha ampliado a otras disciplinas de la ingeniería. Precisamente ha sido en este ámbito donde tanto el comité ejecutivo de esta asociación como el conferenciante inaugural abogaron por una reformulación de la enseñanza de las titulaciones técnicas, en la idea de hacerlas más prácticas y adaptadas al nuevo perfil de estudiantes y, además, orientadas hacia el cambio social.
En el congreso, al que asisten docentes del área de la electrónica de España, Portugal y América Latina, se han presentado un total de 102 trabajos, de los que 83 fueron aceptados, además de 17 pósteres y siete demostradores. Habrá en estos días 12 sesiones orales, 2 de póster y varias de demostradores. El coordinador del comité local, el profesor Rodríguez Valido, agradeció a autores, revisores, moderadores y colaboradores institucionales y privados su participación y apoyo a esta cita científica.
La vicerrectora de Docencia, Ana Isabel Jiménez Abizanda, fue también clara en esta defensa. “Los docentes estamos preocupados por lo que enseñamos. Estamos reflexionando sobre el cambio de modelo de enseñanza, poniendo al estudiante en el centro de sistema, haciendo uso de un aprendizaje basado en la resolución de problemas. Esto que en las ingenierías se viene haciendo desde hace tiempo, se está extendiendo a otros ámbitos”. Destacó la metodología del aprendizaje-servicio, “vinculando el aprendizaje con el compromiso social, aprendiendo desde la práctica, sin olvidarnos de nuestro entorno y de nuestro compromiso cívico”. La vicerrectora agregó que la ingeniería tiene un campo muy amplio y desconocido en el uso de esta metodología, y, por tanto, mucho que aportar.
Juan Domingo Aguilar, presidente de la asociación TAEE, de la Universidad de Jaén, señaló que hace 22 años esta entidad se creó para tratar temas relacionados con el área o afines a ella. Surgió para enriquecer las metodologías de la enseñanza con nuevos recursos tecnológicos, trabajar colaborativamente y analizar los nuevos retos de la electrónica en una sociedad basada en el conocimiento. “Hoy en día estos objetivos permanecen más vivos que nunca”, afirmó.
Oswaldo González, en representación de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología, recalcó la posición de la vicerrectora. “Hoy hay una mayor concienciación de la importancia de la docencia, y eso ha calado en las ingenierías”.
Ingeniería para las personas
El conferenciante inaugural del congreso fue José Óscar Mur-Miranda, experto en electrónica y sistemas de energía eléctrica, en excedencia de Olin College, y actualmente vinculado a la Universidad de Harvard a través de Laspau, una organización sin ánimo de lucro que persigue mejorar la calidad de la educación superior y su impacto en los países americanos.
Mur-Miranda es un ferviente defensor de hacer de las ingenierías un ámbito orientado a la mejora de las condiciones de vida de las personas. Puso como ejemplo la forma de trabajo de Olin College, una universidad joven de la que él es profesor, fundada en 1997 por una donación de 350 millones de dólares, con el objeto repensar la docencia en ingeniería y ofrecer otra cosa diferente. “Creemos que la ingeniería es un arte que se aprende haciendo. Pensamos que los estudiantes son agentes activos en su educación, no vienen a ser educados, sino a educarse por ellos mismos”.
La reflexión tradicional de la ingeniería es ir de la propuesta al producto. “Nosotros creemos que no es así. La ingeniería de hoy tiene que empezar con seres humanos y acabar con ellos. El ingeniero tiene que preguntarse por qué hace algo”. Esta universidad pone a sus alumnos a diseñar desde el primer año, cosas sencillas. “A nuestros estudiantes les importa poco la nota, trabajan para crear su sueño. Crean artilugios desde el primer año, basándose en el diseño natural y proponen modelos de juego que luego son probados, y evaluados, por alumnado de primaria”.
Esta universidad lleva a cabo proyectos gestionados por los propios estudiantes en distintas zonas pobres del Planeta. Así, han trabajado con comunidades marroquíes para mejorar la producción de un grupo de agricultores, concretamente con aceite de cactus y su comercialización. También se han implicado en la adaptación de la lectura del móvil en el país magrebí, donde más de un 80% dispone de telefonía móvil pero solo el 50% de la población sabe leer y escribir. Sus alumnos han logrado que memorizando la figura geométrica que se crea al teclear los números, mucho antes de que las compañías telefónicas ofrecieran ese servicio, las personas analfabetas pudieran vincularlas a sus contactos, sustituyendo así a la tradicional libreta con números que eran marcados por una tercera persona que sí sabía leer.
