Investigadores de la Universidad de La Laguna liderean un equipo multidisciplinar de científicos nacionales e internacionales para el estudio de la acidificación de los océanos, aprovechando las surgencias naturales de CO2 que se descubrieron en la costa del municipio de Fuencaliente.
Recientemente, la Fundación Biodiversidad (adscrita al Ministerio de Transición Ecológica), y a través de una convocatoria de concurrencia competitiva para el desarrollo de proyectos en materia de cambio climático, ha concedido al grupo de investigación Comunidades Marinas y Cambio Climático de la Universidad de La Laguna una subvención para desarrollar el proyecto ‘Impactos de la acidificación de los océanos en la biodiversidad marina: evidencias desde un laboratorio natural’.
Para este nuevo proyecto, los investigadores de la Universidad de La Laguna coordinan un amplio grupo de científicos procedentes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Instituto Español de Oceanografía, Consejo Nacional de Investigaciones Italianas, Universidad de Palermo, Universidad Ártica de Noruega y de la Universidad de Costa Rica.
Este proyecto abordará la problemática de la acidificación de los océanos, que tiene su origen en el aumento de la concentración de dioxiódo de carbono (CO2) derivado de las actividades humanas. El aumento de la concentración de CO2 en los océanos se prevé que tenga efectos perniciosos para la vida marina, al disminuir el pH del agua de mar y romper así el equilibrio químico tras la combinación del CO2 con el agua. Desde el inicio de la revolución industrial, explica José carlos Hernández, investigador de la ULL, los océanos se han acidificado un 30% (equivalente a 0,1 unidades de pH), y según los expertos, para finales de siglo se apunta una caída de entre el 150-200% (equivalente a un descenso adicional de 0,3 unidades de pH).
La acidificación de los océanos afectará a todos los organismos marinos, pero especialmente a las especies calcificadas como los corales, equinodermos, moluscos y algunas algas. A niveles de pH bajo, muchos organismos no sobrevivirán por la alta tasa de disolución de sus estructuras calcificadas, prosigue Hernández. Otros grupos como los vegetales marinos, presentarán respuestas dispares: algunas especies desaparecerán pero otras podrían verse incluso beneficiadas. Estos cambios provocarán una extinción masiva de todos aquellos organismos más sensibles y también de todas aquellas especies cuya supervivencia esté supeditada a la interacción con organismos calcificadores, ya sea porque constituyan su alimento o bien el propio hábitat donde se refugian.
Con todo ello, las comunidades marinas sufrirán profundos cambios en su composición y estructura y se alterará la función de los ecosistemas marinos y, con ellos, los servicios ambientales que prestan a la humanidad. Muchos de estos futuros cambios se están estudiando mediante aproximaciones experimentales en el laboratorio. Sin embargo, este tipo de estudios tienen importantes limitaciones en su diseño y en su capacidad para representar los ecosistemas naturales, añade el investigador.
Sin duda, una alternativa que resuelve estos inconvenientes es la experimentación in situ, en las surgencias naturales de CO2. En estos lugares, de manera natural y debido a los procesos de desgasificación de la actividad volcánica, el CO2 se mezcla con el agua de mar alterando la química del agua y disminuyendo su pH. Esto genera un escenario donde se establecen las condiciones físico-químicas del agua previstas para las próximas décadas, por lo que se trata de una ventana abierta a los oceános del futuro. Uno de estos peculiares laboratorios naturales, de los pocos que hay en el mundo, fue descubierto en 2016 por los investigadores de la Universidad de La Laguna en el litoral de Fuencaliente, al sur de la isla de La Palma.
Por el momento, se trata del mejor laboratorio natural que se ha encontrado para el estudio de la acidificación del océano Atlántico, añade el investigador principal del grupo Comunidades Marinas y Cambio Climático de la Universidad de La Laguna. Su origen es debido a la desgasificación del complejo volcánico Cumbre Vieja. Los primeros resultados obtenidos por estos investigadores confirman que las surgencias de CO2 de Fuencaliente tienen una gran potencialidad para el estudio de la acidificación, puesto que las comunidades marinas que en ellos se desarrollan difieren mucho de las que se tienen lugar en el entorno próximo no afectado por el descenso del pH.
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