Las fuentes documentales son esenciales para la investigación histórica. Dentro de ellas, los archivos familiares, que generalmente están en manos privadas y han ido enriqueciéndose generación tras generación, facilitan información de índole personal y cotidiana que puede complementar el relato histórico construido a través de fuentes más oficiales. Mañana, miércoles 16 de mayo, arrancará un congreso internacional que reivindica el papel de estos legados en la construcción del relato histórico de los archipiélagos de la Macaronesia.
Este congreso se desarrollará hasta el viernes 18 de mayo en la sede del Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife. Cuenta con el apoyo de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias y lo han organizado investigadores de universidades, archivos y centros de investigación de toda la Macaronesia, entre ellos la Universidad de La Laguna. El programa completo puede consultarse en la web.
La inauguración se celebrará mañana, 16 de mayo a las 11:00, con la participación del director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Miguel Ángel Clavijo; y representantes de las universidades co-organizadoras: La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria, Nova de Lisboa, Madeira, Azores y Cabo Verde. Participarán en el congreso 84 personas inscritas, 27 de las cuales presentan comunicaciones. Además, habrá seis ponencias generales, dos de ellas a cargo de ponentes de la Universidad de La Laguna, otra de La Universidad Nova de Lisboa, de la Rey Juan Carlos, del Archivo Nacional de Torre do Tombo (Lisboa) y de la Universidad Paris I (La Sorbona).
Importancia de los archivos familiares
Juan Ramón Núñez Pestano, de la Universidad de La Laguna, y Lourdes Rosa, de la Universidad Nova de Lisboa, forman parte del comité organizador del congreso, y recalcan la importancia de los archivos familiares para construir un relato histórico más completo. En el caso de los archipiélagos de la Macaronesia, su importancia es aún mayor.
Como explica la investigadora lusa, la historia de esas islas “la han hecho las familias que las colonizaron y se dividían el poder y el territorio. Es un proceso de particulares controlado por la corona. Esa es la razón por la que en Madeira y Azores hay tantos archivos de mayorazgos, que eran unas instituciones familiares que producían archivos que debían salvaguardarse”. Añade que hasta ahora se había estudiado, sobre todo, Canarias y Portugal: “Pero la Macaronesia es un espacio común más grande, con un significado y una identidad histórica que espera ser generada. Y estos archivos va a ayudar a hacerlo”.
Nuñez Pestano explica la naturaleza de eso archivos familiares, creados a partir de la documentación que los descendientes recopilan de sus antepasados. “Eso significa que van seleccionando los documentos que deben constituir la memoria de la familia, construyen la imagen que quieren dar de sí mismos. Son archivos mucho más variados en sus contenidos: tienen desde aspectos de la vida cotidiana, vivencias de género, y cuestiones de cultura material. Buena parte de la historia de la literatura no se podría reconstruir sin los archivos de familia”.
El investigador de la Universidad de La Laguna relata que este congreso es consecuencia de un censo de archivos de Canarias realizado para la Dirección General de Patrimonio Cultural, durante el cual se detectó “un dato preocupante: el 10% de los archivos censados habían sido rescatados de obras de demolición o remodelación de edificios”. Por ello se planteó la necesidad de crear un foro sobre la protección de estos fondos que, además de con investigadores académicos, contara con la participación de grandes propietarios de archivos privados que relataran su punto de vista.
Nuñez Pestano, en este sentido, se congratula por haber logrado la participación de propietarios de archivos de Azores, Las Palmas y Tenerife para explicar el estado de sus fondos. Entre otros, el conde de la Vega Grande, Fernando del Hoyo, que es heredero del archivo del señorío de Santiago del Teide; y Juan Cullen, propietario del archivo del ingeniero Agustín de Betancourt.
La experiencia de Lourdes Rosa en este ámbito es fundamental, puesto que ella organizó en 2010 un congreso internacional en Lisboa pionero en el ámbito europeo en dar la importancia a los archivos familiares. Gracias a ese encuentro, muchos propietarios portugueses comprendieron que era importante abrir sus fondos documentales a los investigadores, algo que ahora se pretende lograr en el ámbito canario.
“Es muy importante que las familias tengan conciencia de la importancia de esos archivos”, señala la investigadora, “porque permite que la voz de los propios familiares esté en la historia, pues de otro modo solamente se escribiría la historia de los archivos oficiales. Esto es un movimiento mucho más amplio que los archivos de familia: es el movimiento de la historia hecha por los propios protagonistas, por las comunidades y por los grupos identitarios que tienen derecho a tener representación”.
En cuanto a los archivos familiares del futuro, ahora hay más datos disponibles, pero con un porvenir más dudoso. “Curiosamente, nuestro mundo se enfrenta al gran problema de la conservación de la memoria, que nuestros antepasados resolvieron gracias a la tecnología de la escritura, porque nuestra tecnología digital es frágil. Por lo tanto, ahora que las fake news han tenido papeles tan importantes en el brexit o las elecciones norteamericanas, nos encontramos con que se está creando opinión, pero esos registros no pueden ser conservados. Así que tenemos un grave problema, no solo las administraciones, sino la propia sociedad en su conjunto”, reflexiona Núñez Pestano.