La Universidad de La Laguna ha vuelto a celebrar la tarde de hoy, lunes 12 de marzo, su Día Institucional con un acto en el Paraninfo durante el cual, además de conmemorar el 226 aniversario de su fundación, ha visibilizado la excelencia de las personas que conforman su comunidad mediante la entrega de varios galardones.
El acto, realizado en colaboración con Alumni, estuvo presidido por el rector, Antonio Martinón, quien cerró la ceremonia con un discurso en el cual hizo hincapié en la importancia de reconocer a las personas que se jubilan por su trabajo continuado que ha permitido cumplir con la función social de este centro académico.
También se refirió a la evidente complejidad de una institución como la universidad, donde sigue siendo necesaria la innovación en los ámbitos de la docencia y de la investigación. “No queremos una universidad petrificada, sino cambiante, internacionalizada, innovadora”.
El rector tuvo palabras para la Fundación CajaCanarias, «colaboradora habitual y fiel de esta institución», apuntó. Y también dijo que “no se puede seguir abusando de las ganas de los jóvenes investigadores, explotándolos. Esta es una deuda que este país tiene con las generaciones más jóvenes”.
Martinón añadió que la celebración del 225 aniversario ha sido una oportunidad para acercarse más a la sociedad, labor en la que Alumni y el Consejo Social juegan un papel importante. Matizó que la universidad es, ante todo, una entidad regional, de las siete islas, dedicada a formar, investigar y transferir el conocimiento. «Y para eso necesitamos a la sociedad, no me cansaré de decirlo”.
Brecha cognitiva
Otra intervención destacada de la velada fue la de Teresa Giráldez, investigadora Ramón y Cajal de la Universidad de La Laguna, que impartió la conferencia titulada “Investigación, docencia, un espacio común: La Universidad”. En ella, comenzaba su intervención alertando de los peligros de la sociedad del conocimiento, que si bien a principios de su desarrollo resultaban una promesa de desarrollo y progreso para la sociedad, ha acabado derivando en numerosos peligros que la propia UNESCO ha señalado en 2005, como la creación de no solo una brecha digital sino una “brecha cognitiva”.
La aceleración que impone esta nueva época supone un problema para la humanidad, dado que la velocidad de los fenómenos hace prácticamente imposible que la sociedad se adapte a ellos. Todo ello ha desembocado en la actual era de la post-verdad, cuando la credibilidad de los medios y de la ciencia están en entredicho y se facilita la transmisión vía redes sociales de informaciones sesgadas o, directamente, falsas.
Otra consecuencia de este vertiginoso desarrollo señalado por la investigadora es el así llamado “post-humanismo”, una era ya presente en la que los avances de la tecnología pueden suponer la propia redefinición de lo que se considera humano, y plantea nuevos y graves dilemas éticos.
Por todo ello, “ahora, más que nunca, la sociedad necesita emplear herramientas intelectuales que se convierten en esenciales: el pensamiento crítico, la investigación continuada, y la revisión de las creencias en base a la evidencia. Y es ahí precisamente donde la universidad debe asumir su papel: debe formar, pero también informar a la sociedad”, aseguró Giráldez.
Podría parecer que para cumplir estos fines, el personal docente e investigador de la universidad debería convertirse en casi un “ser prolífico, casi sobrenatural”, pero Giráldez señaló que la clave está en el trabajo coordinado, en comunidad, apostando por el trabajo multidisciplinar y sacando todo el partido posible de él.
Otro valor que a juicio de la ponente debería impulsar la universidad es el de la diversidad en “su aceptación más amplia”, y poner especial énfasis en la introducción de la perspectiva de género en “no sólo todas las ramas del conocimiento, sino en toda la estructura universitaria”.
Para Giráldez, esta visión que propone de la universidad no es en absoluto utópica, sino que, de hecho, se trata de una institución que ya posee todos los elementos necesarios para hacer posible todos esos propósitos. Sin embargo, es necesario el compromiso de las instituciones, para que apoyen a los científicos, los cuales, en la actualidad, son unos “auténticos mártires” ante la falta de apoyo. Por ello, reclamó a los gobiernos de las comunidades autónomas que apuesten por la ciencia a la investigación.
Reconocimiento al personal jubilado
El acto comenzó con la proyección de un video que repasó algunos de los hitos de 2017 en la institución académica, un año especial por la celebración tanto de los 225 años del centro como de la primera edición del Campus América.
Seguidamente, se procedió a hacer un reconocimiento al personal de la institución jubilado el año pasado, que fue subiendo al escenario a recoger su placa a medida que la secretaria general de la ULL, Dulce Cairós, iba llamándolo al escenario.
El hasta no hace mucho profesor titular del Departamento de Filología Española Rafael Hernández Fernández habló en nombre del personal docente e investigador jubilado. En su breve discurso, trató de posicionar la participación del profesorado en las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI en la Universidad de La Laguna, calificada como la madre o matriz de que no pretenden desvincularse.
Por su parte, la ex-administradora de la Facultad de Ciencias de la Salud María Dolores Mejías Pérez habló en representación del personal de administración y servicios jubilado, quien señaló tener sentimientos encontrados, dado que tras cuarenta años de servicio público la entrada en una nueva fase vital resulta complicada. “No podré dejar de venir a esta universidad, por la que pienso seguir trabajando de forma altruista”.
Premios Institucionales
Ya se ha convertido en una costumbre asentada que esta gala del Día Institucional sirva como marco para acoger la entrega de los Premios Institucionales con los cuales la Universidad de La Laguna premia la excelencia de su personal en actividades como la investigación, la innovación docente, las buenas prácticas de administración y servicios y la internacionalización. Se trata de unos galardones con carácter honorífico, que en ningún caso comportan prestación económica alguna.
El primero de los galardones entregados fue el VII Premio a las Mejores Prácticas en Administración y Servicios, que recayó en la candidatura “Implantación de la totalidad de los procedimientos del Vicerrectorado de Internacionalización del ámbito extracomunitario en sede electrónica”. El jurado valoró su diseño y grado de aplicabilidad práctica, participación e implicación, eficacia en la gestión de los recursos y grado de transferencia práctica. Recogió el premio Candelaria Díaz Ramos, jefa de Negociado de Programas Extracomunitarios. “Animo a todos mis compañeros del PAS a sentirse parte de esta institución”, al tiempo que compartió su premio con los compañeros del citado vicerrectorado.
Además, el proyecto “Gestión y funcionamiento del Servicio de Electrónica, perteneciente al Servicio General de Apoyo a la Investigación” obtuvo un accésit en el mismo galardón. Recogió la distinción el director del servicio, Francisco Javier Barreto Martín.
El VII Premio a la Innovación Educativa recayó en el proyecto “Desarrollo de recursos didácticos comunes a las áreas del Departamento de Didácticas Específicas: La exposición Ciencia, Música e Historia”, cuyo director, el profesor del Departamento de Didácticas Específicas Antonio Manuel Eff-Darwich Peña, subió al escenario a recoger el galardón. El jurado valoró su interdisciplinariedad y nivel de transferencia a la sociedad, pues abarcaba diversos talleres y actividades dirigidas a alumnado de diferentes niveles. El profesor señaló que la ciencia es parte de la cultura de un pueblo, y agradeció a la Facultad de Educación y a sus departamentos la implicación en el proyecto, en el que también han colaborado la Unidad de Cultura Científica de la ULL y el IAC.
Adicionalmente, fueron concedidos dos accésits: al proyecto “Arte y género. La puesta en escena de las mujeres artistas”, coordinado por la profesora del Departamento de Bellas Artes Rosa María Cubillo López, y “Promoviendo la Igualdad”, auspiciado por la docente del Departamento de Disciplinas Jurídicas Básicas y directora de la Unidad de Igualdad de Género de la ULL María Aránzazu Calzadilla Medina, quienes también accedieron al escenario.
El tercer galardón institucional entregado durante la velada fue el VII Premio a la Investigación, que horna la carrera científica de una persona vinculada la institución. En este caso, su acreedora fue la profesora del Departamento de Química Elena Pastor Tejera, por su alta producción científica, cuantificada a través de diferentes índices de calidad y excelencia y de un creciente número de citas en el periodo considerado, así como su capacidad de captación de fondos de investigación con un considerable número de proyectos competitivos y la concesión de patentes. La premiada agradeció el premio a las entidades y empresas que han apoyado sus proyectos y su grupo de investigación. También tuvo recuerdos para los investigadores de diversos centros hispanoamericanos con los que colabora habitualmente.
El VII Premio al Mecenazgo, que distingue a entidades o personas con una larga trayectoria de apoyo a la Universidad de la Laguna, fue concedido a la Fundación CajaCanarias por su desinteresado apoyo económico a la investigación y otras actividades. Recogió el premio su presidente, Alberto Delgado Prieto. “La trayectoria de CajaCanarias ha estado caracterizada por su apoyo institucional a la ULL, convencida de que los estudios universitarios son claves en el desarrollo social”. Apuntó que desde que se han convertido en Fundación, su compromiso con la ULL se ha incrementado, aumentando sus líneas de ayuda al apoyo a la investigación, la proyección social y al alumnado.
El último de los galardones institucionales fue el III Premio a la Internacionalización, concedido a la Asociación AEGEE-Tenerife (Association des États Généraux des Étudiants de l’Europe) por promover activamente la integración de los estudiantes internacionales de la Universidad de La Laguna, especialmente la de los alumnos del Programa Erasmus. Lo recogió su presidenta, Priscila López Rojas. La estudiante señaló que con la creación del Vicerrectorado de Internacionalización se ha mejorado su presencia entre el alumnado al tiempo que se ha fomentado la movilidad.
Premios Alumni ULL
La parte final del acto se retomó tras la actuación musical del guitarrista Samuel Delgado, que interpretó sendas piezas de Astor Piazzolla y Francisco Tárrega. Tras este interludio, la Asociación Alumni ULL hizo entrega de sus galardones.
El XVII Premio Valores Humanos en el Alumnado de la Universidad de La Laguna José Luis García Pérez fue concedido ex-aqueo, a Carolina Mercedes Wagner Abuchaibe, estudiante del Máster de Seguridad y Calidad de los Alimentos, por su colaboración altruista con la Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife (AMATE), y a José Faustino Afonso Domínguez, estudiante de Medicina, deportista de natación de alto rendimiento, y fundador de Atletas sin Fronteras, asociación sin ánimo lucro para la inclusión de personas con discapacidad a través del deporte, mediante acciones de promoción del deporte adaptado. Los dos agradecieron a la universidad su papel social y su apuesta por la formación en valores.
El VIII Premio al Mejor Expediente Académico de la Universidad de La Laguna correspondiente al curso 2015-16 fue concedido a Elena Pacheco Padrón, del Grado en Estudios Ingleses, quien recordó a sus padres y a la profesora Isabel González Luis su constante apoyo durante el grado, mientras que el IX Premio Alonso de Nava Grimón, que distingue a una persona que haya estado o esté relacionada directamente con la ULL y destaque por su trabajo para la comunidad, fue para el escritor y periodista Juan Cruz Ruiz. “Este es el sitio en el que me hice un ser humano mejor, más dubitativo, más respetuoso”.
Cerró esta parte del acto la recién reelegida presidenta de Alumni ULL, Carmen Pitti, quien agradeció ser reelegida recientemente presidenta de la asociación.