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Biología celular de vanguardia

jueves 18 de enero de 2018 - 14:08 GMT+0000

James Rothman

La Universidad de La Laguna fue la co-organizadora local del encuentro internacional promovido por la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO) celebrado en enero de 2018, que se centró en los procesos de endocitosis y exocitosis de la célula. El ponente inaugural fue James Rothman, investigador de la Universidad de Yale ganador del Premio Nobel de Medicina en 2013, junto a Randy Schekman y Thomas C. Südhof. Tuvimos la oportunidad de hablar brevemente con él acerca de su área de conocimiento, pero también sobre la excelencia universitaria y hasta el posible parecido entre arte y ciencia.

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¿Nos puede explicar brevemente en qué consistió el descubrimiento gracias al cual obtuvo el Premio Nobel en 2013?

Lo que descubrimos fue un principio básico que controla la liberación de sustancias de las células del cuerpo. Hay, obviamente, diferentes tipos de células en los diferentes órganos, pero cada una de ellas debe comunicarse con sus vecinas. Quizás el 20% de los genes humanos está dedicado a la comunicación de una célula a otra. Cada una de esas sustancias debe producirse en la célula correcta, en el lugar correcto, en el momento adecuado y liberar sus sustancias en el instante propicio. Lo que descubrimos fue el principio básico subyacente en la liberación de estas sustancias.

Este concepto básico es el mismo tanto si hablamos del hígado como si lo hacemos del cerebro, de un organismo simple o de una planta. Es un principio universal de la vida. Es utilizado de diferentes maneras no sólo para comunicación entre células sino dentro de la célula: para su crecimiento y división, la célula necesita transmitir moléculas de una localización a otra; la célula es un lugar realmente complicado, tiene muchos “apartamentos” diferentes y los mismos mecanismos que son utilizados para transmitir sustancias como proteínas para neurotransmisores, de una célula a otra. Siempre es el mismo principio básico, lo cual es algo asombroso y maravilloso: que un descubrimiento pueda explicar tantas cosas diferentes.

 

Me interesa hablar de los diversos centros a los que ha estado vinculado, todos ellos excelentes: Yale, Princeton, Standford, el MIT… En su opinión, ¿qué necesita una institución académica para lograr la excelencia como la de esos ejemplos?

Es una buena pregunta que no tiene una respuesta simple, y a la vez sí: es fácil de enunciar, pero llevarla a la práctica y lograrlo es muy difícil. Creo que la respuesta, más allá de cualquier otra cosa, es la combinación de dos elementos: dinero y sabiduría. Hay instituciones que tienen mucho dinero, pero no atraen a personas demasiado inteligentes. Las hay que tienen personas inteligentes, pero no el dinero suficiente para poder hacer nada. Así que es una combinación de ambas cosas.

Las grandes universidades como Oxford o Cambridge, por poner dos ejemplos, no surgen de una noche para otra, tienen siglos de historia. Mi universidad (Yale) fue fundada en 1700 y, probablemente, no se convirtió en una gran universidad hasta llegado 1900, cuando empezó a convertirse en una universidad cada vez mejor.

Probablemente, el elemento más importante de la universidad y de la facultad sean los profesores. Si tu universidad tiene profesores que son buenos, con mentes excelentes, están motivados y tienen libertad para hacer preguntas y trabajar en el laboratorio, los estudiantes les seguirán y así tendrás el mejor alumnado. En última instancia, son los estudiantes los que traen el éxito a las universidades. Son quienes, formados por sus profesores, se convierten en grandes personas. Así es como las grandes universidades pueden ayudar al nivel económico de toda la sociedad.

Pero atraer profesorado de primera clase y escala internacional requiere mucho dinero y también precisa una administración que tenga la sabiduría para invertir de manera inteligente. Estas son dos cualidades completamente separadas: he visto universidades con mucho dinero pero con administradores sin visión, y también universidades cuyos administradores tenían una gran visión donde los profesores no eran provistos con suficientes fondos para desarrollar bien su investigación y sus clases.

Es sólo cuando estas dimensiones se unen y lo hacen por mucho tiempo –no cinco años, ni diez, ni veinte, probablemente más de cincuenta o cien años-cuando puede haber realmente esperanza.

No todos los países pueden tener los recursos para más de una o dos grandes universidades. Pero creo que todos los países pueden tener éxito en tener algunas buenas universidades. Y entonces, las demás universidades pueden tener el importante rol de producir y formar alumnado que luego podrán accede a la formación avanzada que impartan las grandes instituciones.

Creo que todas las universidades, incluso las locales, tienen un papel importante. Realmente, no sé nada acerca de tu universidad (la ULL), pero creo que es importante para los centros más pequeños o más regionales mantener contactos intelectuales de alto nivel, por ejemplo, mediante encuentros como el que me ha traído aquí.

Al mismo tiempo, deben canalizar sus energías y su enfoque: las universidades pequeñas no pueden ser magníficas en todo, pero pueden serlo en algunas materias, especialmente en aquellas que estén relacionadas con la economía local o donde pueda haber un interés especial. Por eso, para las universidades más pequeñas es importante hacer buenas elecciones.

Hay otra razón por la cual las universidades pueden fracasar en su intento de ser grandes. Pueden tener todo el dinero del mundo y los mejores estudiantes y facultades, pero a lo mejor no tienen libertad de expresión en la sociedad. O incluso esa sociedad no tiene elementos básicos de confianza entre la población y el gobierno. Por ejemplo, lo que sucede ahora en Turquía, en Rusia… y en China ya veremos qué sucede.

Esa es una de las razones por las que hay una buena tradición de universidades en Europa occidental, incluida España, o por la que las tenemos en EE.UU. Ha habido periodos en las que la libertad de expresión ha sido difícil, lo habéis tenido en España en el pasado, y cuando eso sucede, el resto se resiente. Por eso debemos luchar por la libertad de expresión.

 

Ganó el Nobel por una investigación básica, pero cada vez se invierte menos en ella. ¿Qué opina del recorte de la investigación en ciencia básica?

Necesitamos apoyar más la ciencia básica porque, en última instancia, es de allí de donde vendrán las respuestas. Pondré un ejemplo: imaginemos que trabajo en diabetes y tengo una linterna cuya luz es el conocimiento que yo adquiero. Si sólo trabajo en diabetes, mi linterna solamente iluminará un cono estrecho. Imaginemos ahora que al lado tengo a otra persona que con su linterna ilumina otro aspecto de la diabetes, al lado otra persona que ilumina sobre el cáncer, y así con el resto de enfermedades… Todo el mundo contribuye.

Pero ahora imaginemos a un biólogo celular, que ilumina sobre cómo trabaja la célula. Y las células están aquí, allá, en todas partes. Mi investigación, la investigación que haga alguien como yo, puedo estar seguro al 100% de que iluminará a todas esas personas a que utilizarán el conocimiento derivado de mí para iluminar su linterna con mayor precisión. Una persona podría estar trabajando solamente en diabetes durante toda su vida y no realizar ningún descubrimiento. Pero si hay un centenar de personas trabajando en ello y todas utilizan mi iluminación, ayudaré a todos y cada uno de ese centenar de personas. No estoy hablando de mí específicamente, me estoy refiriendo a todo el campo de la ciencia básica.

Otro asunto es que nosotros estamos dando cada vez más becas de investigación por periodos de cinco años. Que son periodos muy cortos. La gran ciencia, entre ella mi proyecto -si queremos considerarlo “gran ciencia”- fue desarrollado durante un periodo de veinte o treinta y el primer éxito vino después de diez años. El premio Nobel de Química de este año, concedido por una nueva tecnología realmente brillante que nos permite ver moléculas de nuevas maneras, tardó treinta años en ser desarrollada y sus primeros resultados tardaron una década en llegar [Rothman se refiera a la criomicroscopía electrónica desarrollada por Dubochet, Frank y Henderson].

Un científico que realiza descubrimientos fundamentales se parece mucho a un artista, en mi opinión: no te dedicas a ello porque esperes ganar mucho dinero; lo haces porque te apasiona; no esperas que mucha gente te comprenda, eres afortunado si lo hacen una o dos personas; la mayor parte del tiempo, a la gente no le va a parecer que estés haciendo algo bueno (¡y la mayor parte del tiempo la gente va a tener razón!); y nunca está nada claro.

 

Antes hablábamos de la necesidad de financiación. Quería preguntarle su opinión sobre los recortes presupuestarios en ciencia que la Administración Trump ha anunciado, el cual asciende a miles de millones.

No hablo de política. Yo tengo mis propias opiniones sobre ella, pero he descubierto que el Premio Nobel no te cualifica más que a cualquier otra persona para propagar tus opiniones sobre política, así que voy a evitar contestar.

 

Gabinete de Comunicación


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