La Revista Canaria de Ciencias Sociales Atlántida, editada por la Universidad de La Laguna a través de su Servicio de Publicaciones, ha difundido recientemente su octavo número, dedicado monográficamente al cambio social en Canarias entre 1980 y 2015. Reúne diez artículos en los que se hace un diagnóstico con una mirada estructural y procesual sobre las relaciones sociales en el Archipiélago a través de la sociología, la historia y la geografía.
En la presentación del número se reflexiona sobre el concepto de cambio social que está en el origen de las ciencias sociales, tanto en la conformación de su objeto de estudio desde la modernidad, equiparando el estado-nación a la sociedad; como en su metodología basada en un diagnóstico de los rasgos fundamentales de la sociedad, en explicaciones causales, en la proyección de tendencias y en hacer programas y propuestas para orientar el devenir social.
Según la publicación, la sociedad canaria se encuentra en un punto de inflexión, en un espacio-tiempo convulso, como periferia del centro, sujeta a diversos procesos de modernización e inmersa en transformaciones estructurales como formación social. En los artículos se abordan los cambios sociales de la modernización tardía: demográficos, familiares, en las clases sociales, de desigualdad económica, pobreza, movimientos sociales y cambios en las formas de gestión política y económica, que vuelven a estar de actualidad tras la Gran Recesión de 2008.
El volumen se organiza en tres partes: la primera, dedicada a la demografía; la segunda, al mercado laboral y la estructura social; y la tercera, a la dimensión política desde los movimientos sociales y algunos procesos de modernización y gestión de recursos como la vivienda vacacional o el agua.
Artículos
El volumen comienza con un artículo sobre demografía y cambio social que analiza las bases demográficas de la sociedad canaria: las transiciones demográficas, los hogares y las familias. Resalta el protagonismo de las mujeres en los cambios familiares, en la evolución del número y tamaño de los hogares y en los procesos de secularización y modernización de la vida personal y familiar.
A continuación, se incluyen dos artículos sobre educación y I+d+i: el primero analiza la brecha regional en indicadores del sistema educativo comparando Canarias con Castilla-León y País Vasco, mientras que el segundo diagnistica el sistema regional de innovación y destaca el elevado peso del sector público en la I+D en Canarias. Sus autoras proponen reemplazar las políticas públicas que priman la investigación por políticas que favorezcan la innovación más adecuada a la realidad empresarial y socioeconómica canaria.
Siguen tres artículos sobre el mercado laboral, la estratificación social y la pobreza en Canarias. La estructura social canaria presenta como rasgos estructurales: el desempleo, la precariedad laboral crónica, la desigualdad económica y la pobreza; que se han visto agudizadas tras la Gran Recesión y que tienen su origen reciente en las políticas neoliberales que se inician en los años noventa del siglo XX.
Estos artículos aportan evidencias sobre: el nuevo proletariado del siglo XXI, la polarización ocupacional, el subempleo, la sobrecualificación, el desempleo como generador de miedos en el comportamiento laboral, etc. En cuanto a las clases sociales se intensifica el predominio de la clase de servicio no cualificado (33% de los ocupados), vinculada a la hiperespecialización turística y se acentúa el aumento de personas en riesgo de pobreza relativa. “Esta situación de desigualdad económica y de dispersión en el nivel de vida es heterogénea por islas, tipo de hogar, clases sociales monetarias, tipo de familia y sexo, según los datos de la EICV, Encuesta de Ingresos y Condiciones de Vida (2001-2013)”.
Posteriormente se presentan dos artículos que analizan el cambio social en clave más política que económica; uno sobre los movimientos sociales y el proceso de democratización en Canarias y otro sobre el movimiento feminista. Sus autores trabajan en un programa de investigación sobre los movimientos sociales. Brito Díaz concluye que “en Canarias se ha consolidado una cultura político-institucional excluyente en las últimas cuatro décadas en dos etapas: una primera (1977-1993) con baja institucionalización y alta inestabilidad del sistema de partidos regional y una segunda etapa de cierre institucional (1993-2015)”.
Para Valeria Cabrera el ocaso de la Coordinadora Feminista de Canarias viene en parte motivado por la absorción de las demandas feministas por el entramado institucional de las administraciones públicas que adormece sus reivindicaciones y forma parte de la modernización política de Canarias.
En resumen, en este volumen de Atlántida, se pone el acento en las transformaciones y en los déficits asociados al cambio social en la formación social canaria: desigualdades económicas, de clase, de género, generacionales y territoriales que ilustran el desencanto con la modernidad y a las que es necesario hacer frente con propuestas que orienten el devenir social de la Comunidad Autónoma de Canarias.
