La Universidad de La Laguna acogió hoy, viernes 30 de noviembre, las XVII Jornadas de la Constitución Española, que este año se erigen como una cita histórica al cumplirse el 40 aniversario de la Carta Magna. Se trató de un acto realizado en la Facultad de Derecho que reunió en una mesa redonda a tres de las personas que representaron en el Congreso de los Diputados y en el Senado a la provincia de Santa Cruz de Tenerife cuando se firmó la Constitución: Luis Fajardo Spínola, Esther Tellado Afonso y María Dolores Pelayo.
Previamente a la mesa redonda, el acto fue inaugurado por Antonio Martinón, rector de la Universidad de La Laguna; María Elvira Afonso, decana de la Facultad de Derecho; y Antonio Domínguez Vila, profesor de Derecho Constitucional.
Martinón alabó la celebración de este acto y recordó el papel de los políticos que se convirtieron en “punta de lanza de lo que pedía la sociedad española” hace 40 años. Además, incidió en la importancia de los centros académicos, que ya desde aquella época aportaban mucho a la sociedad, algo que se hacía patente al ver que una parte de las personas que estuvieron al frente de la firma de la Constitución, eran profesores de universidad.
La firma de la Carta Magna supuso un antes y un después para la sociedad española, una situación que se logró gracias al consenso y el pacto de todas las partes que estuvieron presentes. María Elvira Afonso recordó que la Constitución es una obra humana y como tal presenta imperfecciones, pero aun así no se debe minusvalorar la importancia que ha tenido a la hora de alcanzar una convivencia pacífica y democrática a lo largo de estos 40 años.
Domínguez Vila no perdió la oportunidad de resaltar la figura de los canarios que estuvieron presentes en la firma de la Constitución. El profesor de la ULL señaló que este evento quería honrar a esas personas que tanto valor tuvieron a finales de la década de los 70, cambiaron la historia del país y hoy merecen un homenaje por parte de los jóvenes que han nacido y vivido en un lugar en el que reina la democracia.
Recordando una fecha histórica
Si hay alguien que puede contar lo que sucedió en la política española del 77 y 78, esos son Luis Fajardo Spínola y Esther Tellado Afonso, diputados en el Congreso en aquel momento, y María Dolores Pelayo, una de las seis senadoras que tenía la Cámara Alta a finales de los 70.
Los tres representaron a Santa Cruz de Tenerife y a Canarias durante la firma de la Constitución y fueron parte esencial en el proceso democrático, un momento en el que tenían una gran responsabilidad porque debían crear nuevas leyes democráticas para un país nuevo, tal y como reconoce Tellado. Fajardo recordó sus sensaciones al entrar en el Parlamento y poder constatar que fuerzas políticas con ideales muy distintos se habían puesto de acuerdo para constituir la Carta Magna.
Pelayo comenzó su intervención indicando que “el que recuerda la historia tiene la ventaja de no repetir los errores del pasado” y señaló que, en ese momento, la “legalidad” que venía de la dictadura ya no valía y tenía que cambiar. Sin embargo, indicó que no todo fue fácil puesto que se convirtió en una época con cierto peligro, pero que afortunadamente concluyó con la democracia que existe hoy en España. En este sentido, Fajardo también apuntó que se produjeron debates intensos, pero que a diferencia de lo que está ocurriendo en la actualidad en el Parlamento, no se alzaba la voz y mucho menos se insultaba.
El papel de la mujer también fue un punto importante en la mesa redonda. Tellado señaló que en el Congreso no representaban ni el 10% cuando se firmó la Constitución. Las mujeres en aquel momento buscaban el respeto de la sociedad y la igualdad, algo que, bajo el punto de vista de Pelayo, 40 años más tarde aún no se ha conseguido. Es más, la senadora señaló que mientras la sociedad no cambie, no será posible que se consiga esta lucha.
La reforma de la Constitución entró en el debate y los tres representantes canarios coincidieron en la necesidad de llevarla a cabo. Fajardo quitó hierro al asunto destacando que hay que “normalizar” la reforma de la Carta Magna, más allá de alarmarse por este tema.
Pelayo, por su parte, dejó claro que durante estos 40 años se ha vivido pacíficamente, pero que ahora se debe afrontar una reforma porque los tiempos han cambiado y concluyó diciendo que más que generando debates insulsos, lo que hay que hacer es plasmar las modificaciones de la Constitución en texto, como se hizo a finales de los 70.