La Universidad de Tréveris (Trier), en Alemania, es pionera en Europa en el desarrollo de las Humanidades Digitales, un enfoque de los estudios filológicos y humanísticos que, sin olvidar sus raíces, los conjuga con disciplinas como la computación para adaptarlos a las necesidades contemporáneas. Una de sus investigadoras en este ámbito, Vera Hildenbrandt, realizó recientemente una estancia en la Universidad de La Laguna para presentar esta metodología.
La doctora Hildenbrandt fue invitada por el grupo de investigación Lexicografía e Historia (LexHis) mediante las ayudas para profesorado visitante del Vicerrectorado de Investigación. Aunque impartió una conferencia específicamente dirigida al alumnado, el grueso de su visita se centró en reuniones con el equipo de investigación filológica que coordina la catedrática Dolores Corbella, dado su interés por incorporar la metodología de las Humanidades Digitales a los proyectos de la Universidad de La Laguna en el campo lexicográfico.
La profesora invitada explica que “diecisiete años después de la introducción del término ‘Humanidades Digitales’, aún resulta complicado definirlas”. Es un campo que puede afrontarse desde una orientación más básica, que se centraría en el uso de métodos e instrumentos digitales para hacer investigación humanística, y otra más avanzada, que incorpora nuevos métodos de investigación en las humanidades. “En esta segunda vía sería absolutamente necesario que te convirtieras en algo entre un humanista y un informático, por lo que vas a tener que aprender programación o utilizar bases de datos”.
Explicó que la Universidad de Tréveris posee uno de los centros de Humanidades Digitales más antiguos de Europa, el cual imparte un máster de dos años centrado en esta disciplina, que aborda tanto cuestiones propias de las Humanidades como de la programación informática. “Así obtienes una doble competencia cuando finalizas este programa de estudios, lo cual abre muchas oportunidades de progreso en tu carrera”.
Dolores Corbella (i) junto a la profesora Hildenbrandt.
Por su parte, la profesora Dolores Corbella explica que en la Universidad de La Laguna hay una gran tradición de lexicografía, pero ha llegado la hora de dar el salto tecnológico. “El diccionario del futuro va a ser siempre digital. Necesitamos aprender lo que se está haciendo fuera para aplicarlo a nuestro trabajo”. Por ello, además de la visita de Hildenbrandt, el grupo LexHis también ha establecido contactos recientes con investigadores de las universidades de Grenoble y Estrasburgo igualmente relacionados con las Humanidades Digitales.
“Ya un diccionario de mil páginas en papel es impensable. Tenemos que hacer diccionarios colaborativos en donde los usuarios puedan decirnos cuales son las necesidades”, argumenta Corbella. Alejandro Fajardo, otro de los investigadores de LexHis, añade: “En Internet encuentras cosas muy bien organizadas, otras que no valen para nada y algunas que son valiosas pero no han dado soluciones particulares a problemas”. Por ello, es necesario que se cree una estandarización, unos modelos que hayan resuelto las necesidades de los usuarios y también las especificaciones técnicas.
La experiencia que puede aportar Hildenbrandt es importante porque su centro está trabajando en estos asuntos desde los años 90, cuando empezaron a digitalizar el extensísimo diccionario histórico de la lengua alemana. Posteriormente, entre 2013 y 2017, la Universidad de Tréveris participó en un proyecto europeo para interconectar investigadores en el ámbito de la lexicografía, formular estándares para digitalizar diccionarios y crear un repositorio europeo de diccionarios. Y en febrero de este mismo año ha comenzado un nuevo proyecto que emana del anterior: Elexis (European Infraestructure of Lexicography), dentro de la convocatoria europea H2020, que profundizará en los aspectos de estandarización para interconectar diccionarios no solo monolingües, sino multilingües. En él participan diecisiete entidades asociadas de trece países, entre ellos España mediante la Real Academia Española.
La investigadora alemana junto a parte de los componentes del grupo LexHis (Dolores Corbella, Alejandro Fajardo y Dolores Torres).
“Ahora”, explica Alejandro Fajardo, “es obligado desde el comienzo plantear un nuevo diccionario de manera digital, pero hay una herencia de diccionarios en papel, muchísimos años de trabajo que hay que digitalizar”. Pero hay que afrontar desafíos propios de la red de redes. Como señala otra de las investigadoras del grupo de la Universidad de La Laguna, Dolores Torres Medina, “el problema de los diccionarios colaborativos es que no siempre tienen algún tipo de filtro”.
Pero la academia poco puede hacer al respecto. Como matiza Corbella, su función es describir: “La lengua cambia y se adapta, cada día nacen nuevas palabras y hay que describirlas. Antes, la edición de un diccionario era cosa de años. Tenemos que lograr que sea inmediato, que la información pase inmediatamente al usuario y la pueda consultar en sitios fiables, en diccionarios hechos por personas que conocen la técnica lexicográfica”.
Por ello, el objetivo a medio plazo es replicar en la Universidad de La Laguna esa infraestructura, para lo cual serán necesarios tanto medios técnicos como humanos y, sobre todo, implicar a jóvenes investigadores de diversas disciplinas. “Quizá deberíamos tener una carrera que fuera ‘Filología informática’. Tenemos que trabajar en ese futuro, en titulaciones con esos perfiles”, reflexiona Corbella.