La gestión de conflictos está estrechamente relacionada con la creatividad. De hecho, para poder acceder a un amplio repertorio de soluciones y alternativas debemos ser creativos, asegura la trabajadora social y mediadora familiar y sociocomunitaria Triana Aguirre, ponente en un seminario de Campus América que versa sobre el talento, la emoción y la creatividad.
En lo que se refiere a la emoción, la experta señala que es necesaria gestionarla de manera en que salgamos todos bien parados, y de hecho recalca que ese es el fin último de la gestión positiva del conflicto: el beneficio de todas las partes implicadas.
La ponente expuso que dentro de los programas de intervención con alumnado con altas capacidades que se desarrollan en la Universidad de La Laguna, se trabaja, entre otros contenidos, la toma de decisiones, el consenso, el entrenamiento en tolerancia a la frustración y el trabajo cooperativo, aspectos considerados clave por Aguirre para la adecuada gestión de conflictos.
Como una alternativa pacífica en la solución de los problemas, la mediación se postula como puntera, porque en su opinión “conceptualiza el conflicto desde una visión positiva que genera alternativas beneficiosas para las partes implicadas”. Por esta razón, los participantes tienen el protagonismo en el proceso, gestión y solución de la desaveniencia.
Además, añade Aguirre, posibilita la comunicación entre las partes para que traten de plasmar los intereses comunes en un acuerdo viable y estable que resulte satisfactorio. “Al contrario de lo que se pueda creer, el objetivo último de la mediación familiar no es alcanzar un acuerdo, sino reanudar una comunicación sana”, concluye la experta.
Triana Aguirre investiga sobre el comportamiento de la persona mediadora y cuenta con una ‘venia docendi’ para impartir clases en la universidad. Es también educadora en programas de intervención de alumnado con altas capacidades.
