El aprendizaje-servicio se ha convertido en los últimos años en una de las herramientas educativas con mayor proyección en las universidades más importantes de Europa. Así lo manifiesta, el docente Francisco Javier Amador, director del Secretariado de Responsabilidad Social Universitaria de la Universidad de la Laguna, que estará presente en la I Jornada de Participación y Voluntariado Ambiental de Tenerife, el próximo día 23 de febrero en Tegueste. “La Universidad está llamada a liderar el cambio y a promover el desarrollo sostenible en la sociedad, esta es una de sus misiones, y el aprendizaje-servicio es la herramienta ideal para que los alumnos que están recibiendo una formación puedan, al mismo tiempo que aprenden, ser impulsores del cambio y aportar soluciones a las problemáticas sociales”.
Esta herramienta metodológica será uno de los temas que se traten en una de las mesas de trabajo organizadas dentro del programa de este encuentro pionero del voluntariado ambiental en Canarias. “Es importante para nosotros darle visibilidad a estas iniciativas que se pueden impulsar desde la Universidad, ya que no estamos ante una mera acción de voluntariado, sino ante una forma de conectar alumnado, acción social y formación”, especifica el profesor.
En esta línea, el docente destaca que se trata de una herramienta educativa a través de la cual se crea un nexo de unión entre el alumnado y las diversas entidades sociales que realizan acciones sin ánimo de lucro. “Todos conocemos en nuestro entorno alguna entidad o institución que lleva a cabo algún tipo de acción o proyecto social. Y muchos de esos colectivos se acercan a la universidad buscando voluntarios y voluntarias entre los estudiantes. Lo que sucede es que mantener esa relación altruista para los jóvenes es complicado cuando, por ejemplo, llega una etapa de exámenes. Sin embargo, con el aprendizaje-servicio se logra una relación más profunda y de mayor compromiso entre la institución social y el alumnado, de tal manera que se produce un aumento en su motivación, en su implicación con los proyectos sociales y en el aprendizaje de habilidades y competencias que no podría desarrollar dentro de un aula”.
Además, el director del Secretariado de Responsabilidad Social Universitaria de la Universidad de la Laguna destaca que esta labor de visibilización del aprendizaje-servicio busca también eliminar los posibles estereotipos sobre las carreras o estudios que pueden adaptarse a esta metodología. “Lo primero que piensan muchos es que esto es solo para titulaciones determinadas, como Trabajo Social o Psicología, y es cierto que en esos grados ya se viene trabajando en esta línea desde hace tiempo, pero no son las únicas que pueden utilizar el aprendizaje-servicio en la formación del alumnado. En la ULL tenemos, por ejemplo, el caso de los estudiantes del Máster de Formación del Profesorado en Educación Secundaria y Bachillerato que tiene un proyecto con el Centro de Internamiento Educativo para Menores Infractores de Valle Tabares”, añade. Además, destaca que la divulgación de las ventajas de esta metodología es “necesaria” para que los propios colectivos sociales acudan la Universidad para iniciar proyectos comunes que vayan más allá de las acciones de voluntariado.
Una oportunidad laboral
Desde el Secretariado de Responsabilidad Social Universitaria de la Universidad de la Laguna se apunta al aprendizaje-servicio como una de las vías más directas para que los estudiantes sean capaces de identificar necesidades a través de las cuales generar oportunidades laborales. “Esta experiencia no solo cambia personalmente al alumno, además en muchas ocasiones les permite ver que existe una necesidad concreta de un colectivo social determinado al que puede llegar a ofrecer sus servicios como profesional”.
Asimismo, Amador explica que el auge europeo de esta herramienta metodológica se debe principalmente a las competencias que los estudiantes adquieren mediante el aprendizaje-servicio. “Las empresas no buscan ya gente que solo tenga una formación académica al uso, busca gente proactiva, gente implicada, gente con dotes de liderazgo y con capacidad de trabajar en equipo. Todo esto se desarrolla mucho más a través de estas metodologías y los empresarios de hoy en día lo valoran”, puntualiza.
Un ejemplo claro de la repercusión del aprendizaje-servicio es el proyecto que el alumnado del Máster de Formación del Profesorado está llevando a cabo en el CIEMI Tabares y que se desarrolla bajo el nombre ‘Proyecto Aprendizaje-Servicio Universitario en el Ámbito de la Actividad Física y Deporte y su aplicación en contexto socio educativo vulnerable’. Esta experiencia, que cuenta con una trayectoria de tres años, tiene como uno de sus principales objetivos favorecer el desarrollo de habilidades de la comunicación a través del ejercicio físico. “Generamos dinámicas que permiten que los chicos internos en el centro hablen, se coordinen o incluso creen metodologías de trabajo para sacar adelante proyectos en común”, destaca el director del proyecto y profesor del área de Didáctica y Expresión Corporal, Miguel Fernández.
Esta iniciativa local forma parte además de un proyecto de I+D de repercusión nacional que tiene por objeto cuantificar las acciones y ver la repercusión que su puesta en marcha ha tenido. “Uno de los objetivos que tenemos dentro de este marco nacional es analizar los datos que vamos recopilando con el objetivo de publicar los resultados y divulgar a la comunidad educativa y social la importancia de aplicar el aprendizaje-servicio”.
Entre las iniciativas llevadas a cabo dentro de este proyecto tinerfeño, destaca la realización de una serie de encuentros entre los estudiantes del máster y los chicos que están internos en el CIEMI de Tabares. “Lo primero que hacemos es una visita al centro para que los chicos conozcan el entorno, luego son ellos los que vienen a la Universidad y a partir de estos primeros encuentros empezamos a generar dinámicas de trabajo”, añade el responsable.
Esta I Jornada de Participación y Voluntariado Ambiental es impulsada por el Cabildo de Tenerife y a través de la Oficina de Participación y Voluntariado Ambiental, cuenta además con la colaboración de Ayuntamiento de Tegueste, Sinpromi, el Vicerrectorado de Relaciones con la Sociedad de la Universidad de La Laguna y la Dirección Insular de Voluntariado y Promoción de la Inclusión Social del Cabildo de Tenerife, junto a otras entidades sociales y empresariales.