El cirujano de origen tinerfeño Alfonso Chiscano Díaz falleció a finales de agosto en San Antonio de Texas, ciudad en la que se desenvolvió gran parte de su vida familiar y laboral desde los años sesenta del siglo pasado. Ello no le impidió mantener los vínculos con su tierra natal a través de diferentes iniciativas y organizaciones, por lo cual el Gobierno de Canarias llegaría a concederle su Medalla de Oro en 1999.
Chiscano también estuvo vinculado a la Universidad de La Laguna y, de hecho, tenía previsto visitar la institución académica este mismo mes de septiembre. Anteriormente, propició en mayo de 2016 un encuentro para recabar la colaboración del centro decente en la celebración en 2018 del 300º aniversario de la fundación de San Antonio de Texas por 52 canarios.
El encuentro sirvió para que una delegación de la ciudad estadounidense, presidida por su entonces alcaldesa, Ivy R. Taylor, pudiera conocer todo el potencial investigador de la universidad, así como sus colaboraciones y convenios existentes con la ciudad americana y la Universidad de Texas en San Antonio (UTSA).
Chiscano Díaz compaginó su ejercicio como cirujano torácico y cardiovascular en San Antonio de Texas con cargos como el de presidente de la Asociación de Amigos de las Islas Canarias, consejero de la Oficina de Canarias en Texas, y miembro de la Fundación Islas Canarias para el Educación y la Cultura (Cifec), entre otros.
Su mediación fue fundamental para el establecimiento en 1999 de la citada oficina canaria en San Antonio, la cual mantuvo estrechas relaciones con las dos fundaciones universitarias de Canarias, así como con la Sociedad Canaria de Fomento Ecológico (Proexca) y el Comisionado de Acción Exterior del gobierno autonómico.
La rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, ha lamentado la pérdida de este importante colaborador del centro docente e investigador, que ha sido una figura fundamental para mejorar la proyección exterior tanto de Canarias como de la propia institución académica.
