La profesora del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de La Laguna Esther Torrado Esther Torrado ha sido la coordinadora de un informe sobre la prostitución en Canarias pionero en el Archipiélago, que fue presentado anta una comisión del parlamento autonómico el pasado martes, 12 de febrero.
Titulado “Precepción social de la prostitución de mujeres y análisis de la demanda prostitucional en Canarias. La normalización de la violencia sexual como un servicio”, el informe que será próximamente publicado releva datos como que alrededor de 3.000 mujeres ejercen la prostitución en la comunidad autónoma y alerta que dicha actividad se ha normalizado y banalizado, si bien las islas todavía no se han convertido en un destino de turismo sexual a pesar de poseer un modelo masivo que podría favorecerlo.
La mayor parte de las mujeres en situación de prostitución en Canarias son extranjeras, fundamentalmente latinoamericanas, africanas de origen subsahariano y europeas. El 100% de las entrevistadas para el informe, realizado en 2017, declaró que fue víctima de violencia de género por parte de parejas, exparejas, demandantes de prostitución, proxenetas o familiares.
También señalan haber sufrido violencia sexual, social, psicológica o institucional, en este caso por el temor a la retirada de la custodia de los hijos. Muchas señalan también haber sido víctimas de abusos o acoso sexual en la infancia.
Otra característica de estas mujeres es que la mayoría tiene escasos recursos económicos y formación académica, y una minoría, problemas de salud mental o drogadicción. La mayor parte de las entrevistadas manifiestan su deseo de abandonar la actividad en el futuro, pero carecen de recursos para ello.
El informe señala que la prostitución en Canarias está vinculada a las redes internacionales de trata y por ello las mujeres van «circulando» por las «plazas» disponibles en pisos y clubes de alterne y se desplazan en fin de semana desde las islas capitalinas a las que tienen «poca oferta», como La Palma, La Gomera y El Hierro.
Normalización
Torrado explicó ante la comisión parlamentara que con la prostitución ocurre lo mismo que sucedía en España antes de aprobar la ley de violencia de género, cuando se consideraba que la violencia machista era algo privado.
Explicó que hay un inicio temprano en el consumo de prostitución cuya antesala suele ser la pornografía, muy accesible gratuitamente a través de Internet.
El informe advierte de que en los consumidores de prostitución se da un discurso en el cual o bien subyace una imagen negativa de las mujeres como “viciosas, materialistas y falsas” o bien considera la actividad como algo gratificante y de ocio, lo cual demuestra la escasa empatía de sus “usuarios”. Hay también una minoría de hombres que, tras haber utilizado estos servicios, consideran que no es una relación lícita con otras personas, la ven como una actividad violenta y defienden su abolición.
Sin embargo, tres de cada cuatro encuestados en Canarias consideran que no debería prohibirse la prostitución y demuestran una gran tolerancia hacia esta actividad. El hecho de que no sea una actividad ilegal, aunque sí amoral, provoca que proliferen las redes de trata y se esté produciendo un movimiento que clama por su legalización con el mito «de la libre elección» cuando, según la experta, no existe ésta cuando la única posibilidad que tiene una mujer es la de sobrevivir.
Por ello, Torrado aconsejó que se establecieran medidas disuasorias de la demanda o penalización para los «prostituidores», como se hace en los países nórdicos.
El informe alerta de la falta de servicios especializados y planes integrales para atender a las mujeres que desean abandonar la prostitución o están en riesgo de ser captadas por las redes de trata..