La Sección de Ingeniería Agraria de la Universidad de La Laguna ha acogido hoy 4 de diciembre la presentación de un proyecto europeo, liderado por este centro académico, que pretende convertir en energía los residuos orgánicos procedentes de granjas y mataderos de la zona macaronésica. El proyecto, de casi un millón de euros, está liderado por el veterinario Javier Mata y el ingeniero industrial y agrónomo Axel Ritter, y en él participan catorce socios de cuatro regiones diferentes, de los cuales cuatro son beneficiarios de fondos FEDER, uno es socio de tercer país ajeno a la Unión Europea (Cabo Verde) y cinco son empresas del sector agroalimentario.
A través de un contrato Agustín de Betancourt, financiado por el Cabildo de Tenerife, gracias a la cual varios investigadores y tecnólogos han sido contratados en la Universidad de La Laguna para poner en marcha proyectos de trasferencia, se incorpora en este centro el ingeniero agrónomo Juan Luis Ramos, para dinamizar una línea de investigación sobre la economía circular y gestión de los residuos orgánicos de granjas y mataderos. El fin es producir biogás a partir de sus residuos, el cual podría utilizarse para el autoabastecimiento eléctrico y energía térmica de las empresas y, por otro, reconvertir en fertilizante el material sobrante tras el proceso, ya que de la planta se extrae una materia orgánica estabilizada que puede tener mucho valor para aprovecharlo en agricultura.
Partiendo de esa premisa y de los buenos resultados que está dando este contrato, se planteó el proyecto a escala macaronésica. El vicerrector de Investigación y Transferencia, Ernesto Pereda, presente en el acto, agradeció la cooperación institucional entre universidades de diferentes países y las propias empresas implicadas para llevar a cabo este proyecto MAC, financiado en un 85% por los fondos de desarrollo FEDER. También felicitó a los dos investigadores principales por su alineamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y especialmente por el empuje para sacarlo adelante, dado que esta es una cuestión fundamental para acudir a convocatorias internacionales.
Los residuos de ganadería en Canarias, y por ende en toda la zona de la Macaronesia, están dando lugar a contaminación tanto atmosférica por emisiones de gases de efecto invernadero, como del suelo, subsuelo y acuíferos, porque los residuos depositados durante mucho tiempo sobre el terreno van lixiviando y acaban contaminando todo alrededor, además del malestar que se produce entre los vecinos cercanos a estas instalaciones, dado los fuertes olores que desprende y la proliferación de insectos y roedores.
Por ello, las ventajas del proyecto son múltiples: soluciona el problema de la gestión de residuos que, en algunos casos, como es el de la ganadería porcina, es especialmente acuciante. Y, además, favorece el desarrollo de energías renovables, pues el biogás puede facilitar a las granjas la electricidad que necesitan, sin necesidad de recurrir al tendido eléctrico tradicional, o convertirlo directamente en energía térmica. De este modo, se procura el autoabastecimiento energético, aunque también está previsto que, en la medida en que la normativa lo permita, se pueda verter esa energía producida al tendido eléctrico.
Ángeles Camacho, videcenana de sección, señaló que estamos ante un proyecto transnacional que une a Madeira, Azores, Cabo Verde y Canarias para promover el desarrollo en determinadas zonas. “Esta es una gran oportunidad para ir más allá de la actividad docente”, aseveró. La representante del Cabildo de La Gomera, socio también del proyecto, indicó que esta iniciativa resulta clave para la regeneración del sector primario en la isla, dado que el uso de residuos orgánicos servirá para crear energía.
Uno de los investigadores principales, Javier Mata, explicó en la sesión que este es el primer paso en la consolidación de una línea de trabajo sobre gestión de residuos ganaderos, tanto en granjas como en mataderos. “Es un proyecto ilusionante y prometedor, perfectamente alineado con las directrices de los ODS”.
Además de la Universidad de La Laguna, que va como jefe de fila, también participan como socios las universidades de Madeira, Cabo Verde y Azores, la Fundación Gaspar Fructuoso, el Gobierno de Canarias a través de varias direcciones generales, el Gobierno de Madeira y el Cabildo de La Gomera. Como entidades asociadas al proyecto figuran Asaga, la Cooperativa La Candelaria y, por último, Iama (de Azores).
El proyecto entra de lleno en el fomento de la economía circular y las energías renovables mediante la digestión anaerobia de residuos y subproductos orgánicos
en la Macaronesia, explicó Mata, quien forma parte de este nuevo grupo de investigación que, aunque es de reciente creación ya está dando sus frutos, dado que están caracterizando residuos, geolocalizando las granjas y calculando la producción total de residuos y su posible potencial si se convirtiera en biogás.
El proyecto ha sido dividido en tres ejes. En el primero abordarán el estudio de la producción de biogás de residuos orgánicos generados en cada región, después se centrarán en la determinación del potencial de biogás de cada región participante y en la elaboración de un estudio sobre legislación y ayudas existentes, para el desarrollo de proyectos relacionados con la valorización de residuos agroalimentarios.
El eje dos se centrará en las actividades demostrativas, estudiando modelos posibles de explotación. “Hacemos una apuesta clara por la descentralización de la gestión de los residuos, adaptados a cada centro de producción y a cada realidad insular”. Así, en Canarias se va a colocar una planta en el matadero insular de La Gomera para la gestión de Sandach. En Madeira se hará una planta demostrativa en explotación zootécnica del gobierno regional y en Cabo Verde, otra de bajo coste que pueda ser asumible por granjas de mediano tamaño. En el tercer eje, se pretende crear una red internacional de cooperación donde estén los actores relevantes de la Macaronesia, con promoción de la colaboración público-privada.