«¿Cuántas historias más tenemos que escuchar para reconocer que tenemos un problema social?”. Con tan contundentes palabras termina un video creado por la Unidad de Igualdad de Género y el Instituto de Estudios de las Mujeres de la Universidad de La Laguna estrenado hoy, lunes 25 de noviembre, en un acto conmemorativo del Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer. En el audiovisual, estudiantes de la institución académica narran testimonios reales de mujeres víctimas de algún tipo de agresión que, por sus circunstancias personales y el “estigma social” que sigue existiendo en torno a este problema, no pueden denunciar con su propia voz sus casos.
El video fue el colofón a un acto celebrado en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo que fue abierto por la rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar Chinea, quien comenzó su locución recordando el último caso de asesinato machista, acaecido la noche del 24 de noviembre en Tenerife, en cuya memoria solicitó un minuto de silencio.
Tras este homenaje, Aguilar Chinea insistió en que el papel de las instituciones que, como es el caso de la universidad, poseen relevancia y ejemplaridad, es visibilizar todo aquello que está mal. “La violencia contra las mujeres es solamente la punta de un iceberg de desigualdades. Es la manifestación más cruenta de la cultura machista. Por eso, es importante actuar a todos los niveles para demoler los cimientos de esa cultura hasta construir una sociedad plenamente igualitaria”.
La rectora lamentó que la lucha feminista esté viviendo un retroceso ante la aparición de ciertos partidos políticos que están influyendo en las instituciones y en las nuevas generaciones para tratar de frenar los avances logrados. “Por ello, es importante seguir alzando la voz para decirle a esas personas que están equivocadas, que no tienen razón, y que sus ideas no es que sean perjudiciales, es que, directamente, pueden matar. Y también para eliminar la confusión de las personas que se han dejado influir por esas opiniones nefastas.”
Tras la intervención de la rectora, la directora de la Unidad de Igualdad de Género de la Universidad de La Laguna, Laura Aguilera Ávila, procedió a leer el manifiesto consensuado por la Red de Unidades de Igualdad de Género de las Universidades Españolas para la Excelencia Universitaria, que también ha sido refrendado por la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas.
En dicho manifiesto también se recoge la preocupación por que “desde ciertas posiciones políticas y sociales se niegue o justifique la violencia machista” y, por ello, reclama a la academia que tome protagonismo: “las universidades, como generadoras y transmisoras de conocimiento crítico, pero también de valores, debemos (y podemos) convertirnos en un referente de igualdad para toda la sociedad”. Para ello, propone visibilizar los resultados de las investigaciones en estudios de género realizadas desde los centros docentes, e impulsar la actividad de entidades como las Unidades de Igualdad.
El manifiesto también apela a los hombres a “decir basta” y a romper el “silencio cómplice” con los maltratadores. “Sin igualdad entre hombres y mujeres no hay democracia; sin erradicación de la violencia contra las mujeres, no hay justicia”, concluye el manifiesto.
Video del 25N
El video proyectado durante la sesión será difundido por los canales universitarios y se ha invitado a todas las personas preocupadas por este problema a que lo compartan. En él catorce alumnas de la Universidad de La Laguna han puesto su rostro y su voz a diez testimonios reales de mujeres que no pueden hacerlo personalmente.
Estos diez testimonios ejemplifican cada uno de los supuestos que la ley canaria 16/2003, de Prevención y Protección Integral de las Mujeres contra la Violencia de Género define como casos de este tipo de agresiones: violencia en la pareja o expareja; violencia sexual; violencia en el ámbito laboral; trata de mujeres y niñas; explotación sexual; violencia contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres; matrimonio a edad temprana, matrimonio concertado o forzado; mutilación genital femenina; feminicidio; y cualquier otra forma de violencia que lesione o sea susceptible de lesionar la dignidad, la integridad o la libertad de las mujeres.