La Cátedra de Economía y Movilidad de la Universidad de La Laguna ha invitado hoy, viernes 12 de abril, al catedrático emérito de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid Emilio Ontiveros a impartir la conferencia titulada “La economía española ante la inestabilidad global”, en el Aula Magna de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo.
La conferencia fue presentada por el vicerrector de Relaciones con la Sociedad, Francisco García, quien la calificó como muy oportuna en los tiempos que corren, y se centró en reseñar los distintos factores que, actualmente, afectan a la economía española: la inestabilidad política en España, el crecimiento de las exportaciones por parte de pequeños y medianos comercios, las estrategias económicas de grandes potencias como Estados Unidos o China, entre otros argumentos esgrimidos por el reputado economista.
La crisis sufrida en los albores del 2008 supuso un punto de inflexión para la economía global, pero sobre todo para la de la zona Euro y, en particular, para España. Según el ponente, tras ser uno de los países más castigados por la crisis, España ha conseguido comenzar a crecer, aunque a un ritmo lento. Incluso en los últimos meses se ha visto cómo las agencias de rating han valorado positivamente la senda económica que está manteniendo el país.
Esta situación de crecimiento de la economía española se ha producido de forma más intensa que en otras partes de la Eurozona. Sin embargo, cuestiones como el Brexit, el declive del sector industrial de Alemania o el estancamiento del sistema financiero de Italia, atenazan actualmente a España.
Ontiveros señaló que la española es una de las economías más abiertas del mundo, de tal modo que las exportaciones representan el 34% de su PIB. Por ello es muy sensible a todo lo que suceda fuera de sus fronteras. Otro factor de inestabilidad es que la economía española es una de las más endeudadas del mundo y sus condiciones se fijan fuera de España. “Desde el 1 de enero de 1999, España no tiene Banco Central propio, no tiene capacidad para fijar la financiación de sus agentes, por ellos su economía es vulnerable”, explicó.
El ponente hizo énfasis en tres factores. En primer lugar, que si hace dos años el 75% de las economías crecía, hoy el mundo afronta una desaceleración sincronizada y, por tanto, las economías en 2019 crecerán menos que en los previos, algunos por debajo del 3,5%, que es una tasa muy baja.
En segundo lugar, los aranceles por parte de Estados Unidos o China son tensiones para la economía global. El mundo es menos independiente de una sola economía y, así, el poder económico global está distribuido de forma diferente que hace doce años. La economía china es, por su PIB, igual de la de EE.UU., con la diferencia de que su ritmo de crecimiento es mayor. Otras economías emergentes, como la de India, tendrán un peso específico muy superior al de hace unos años.
El panorama descrito no va a repercutir únicamente en una guerra comercial, sino que también lo hará en una guerra tecnológica. “El rifirrafe entre China y EE.UU. es una pugna en la que el elemento central de poder es la tecnología, la economía digital”.
El tercer elemento destacado por Ontiveros es la economía china en sí misma. Antes era una economía menos avanzada, pero hoy no: es la primera o la segunda más importante del mundo. “Ya no es un vendedor de manufacturas baratas y tiene más importancia el sector servicios que el industrial. Invierte en I+D más que el conjunto de la UE y, además de una potencia comercial, es una potencia financiera con 3,4 billones de reservas internacionales de divisas, invertidas en bonos del tesoro.
Volviendo al contexto español, señaló que la situación política también puede afectar a la economía y España ha sido uno de los países que más inestabilidad política ha vivido en la Eurozona. Cuestiones como la situación en Cataluña o la llegada de los nuevos partidos políticos han afectado. Sin embargo, el tipo de interés es bajo y las agencias de rating hablan con buenas palabras de la economía española. No solo ha aumentado la inversión directa en todo el país, sino también en Cataluña. “¿Quiere esto decir que el comportamiento económico es ajeno a lo que ocurre en la política? ¿Aunque haya un gobierno en funciones, crece la economía? No. Si este gobierno inestable sigue, lo de Cataluña sigue puede afectar”.
Aun así, esta situación pone de manifiesto que los sectores económicos siguen realizando su trabajo con bastante independencia política. “Pero en una economía de la tracción exterior, es muy importante quién esté en la Moncloa, pero también en los otros países europeos.”