El profesor del Departamento de Ingeniería Agraria, Náutica, Civil y Marítima de la Universidad de La Laguna, Juan Carlos Santamarta, es el coordinador y ha sido el primer ponente del seminario de Campus América “Retos del agua en América y Canarias para el siglo XXI”, que ha comenzado hoy, miércoles 10 de julio en la Sección de Ingeniería Agraria. Su intervención sirvió para contextualizar la situación de los recursos hídricos en Canarias y para proponer una serie de retos que, a su juicio, deberían afrontar en este ámbito.
Comenzó su charla divulgativa describiendo el sistema hídrico canario, en el cual el agua proviene, básicamente, de las precipitaciones y de la producción industrial. Entre las primeras, hay que distinguir la horizontal, procedente de la lluvia; por nieve, cuyo aprovechamiento es escaso porque aproximadamente el 90% se convierte en gas antes de pasar alza acuíferos; y horizontal, gracias a la influencia de los vientos Alisios, que son una de las razones que permiten la existencia de agua en Canarias a pesar de su cercanía con el desierto del Sahara.
Detalló que la precipitación vertical media en Canarias es de unos 400 litros por metro cuadrado, si bien en islas como La Palma puede llegar a los 1.000 y bajar esa cifra media en caso de las islas más al este. Como contraste, facilitó las cifras de otros sistemas insulares, como Azores, con 1.200 l/m2, Cabo Verde (200), Madeira (1.500) y el inusual, por cuantiosos, caso de la isla de Kauai en Hawai, con 16.000 l/m2
Parte de esa agua se distribuye por las escorrentías, como es el caso de los barrancos. En ello influye la antigüedad geológica de las islas; en las más jóvenes, como El Hierro, el material volcánico es aún poroso, por lo que toda el agua se filtra. En cambio, en las islas más longevas, la roca ya se ha impermeabilizado, por lo que se han formado más barranqueras.
Señaló que la disponibilidad del agua empieza a ser un problema en Canarias y citó como ejemplo que en La Palma ya se estén planteando instalar una desaladora, algo impensable hace unos años. La densidad de población ha contribuido al aumento de demanda de agua: Canarias es una población de 2 millones de habitantes a los que se suman anualmente 16 millones más a causa del turismo. Esta cantidad de personas se acumula en puntos concretos, ya que parte del territorio, al estar protegido, no pude ser ocupado. En todo caso, Santamarta matizó que el consumo derivado del turismo no es tan preocupante como el del sector primario.
Retos
El ponente propuso una veintena de retos que, en su opinión, deben afrontarse en el futuro, clasificados por tipología: naturales, de gestión, técnicos, científicos, económicos y sociales. Entre los primeros, destacó el mantenimiento de los acuíferos, que no pueden sostener el nivel actual de demanda. Citó, así, que en Tenerife los hay que están disminuyendo a un ritmo de tres metros al año. “Hay que eliminar la mentalidad de sobreexplotación y pensar más en la conservación, considerar las galerías y acuíferos como reservas estratégicas más que como fuentes de suministro principales”. Otro reto es el cambio climático, que trae aumento de temperaturas, régimen irregular de lluvias y eventos climatológicos extremos.
En el ámbito de la gestión, advirtió de que en 2040 el agua pasará a titularidad pública. “Puede parecer un problema lejano, pero ¿qué pasará cuando las administraciones deban asumir la gestión de 5.000 kilómetros de canales y 1.200 galerías? Es un reto”. También mencionó la idoneidad de pasar de siete planes hidrológicos insulares a uno solo regional, para mejorar la eficacia de su administración.
En el ámbito técnico, señaló necesario apostar por el binomio agua-energía, teniendo en cuenta que procesos como la desalación suponen un enorme gasto energético. Por ello, aboga por abordar la desalación con energías renovables basadas en el mar, que es un recurso abundante en Canarias.
Otro reto técnico es reducir las pérdidas de agua, ya que mucho de lo que se recoge en los acuíferos desparece en la red. Explicó que el país que menos agua pierde es Israel, con una tasa del 13%, mientras que en Tenerife, en Los Silos se pierde el 69% del agua, en Garachico, el 68% y en El Sauzal, el 61%, por citar tres datos. También aboga por reutilizar las aguas regeneradas, tal y como sucede en islas como Singapur.
Santamarta también se refirió, entre otros retos futuros, a la mejora de la calidad del agua eliminado su flúor, carbonatos y nitratos; mejorar la trasferencia de conocimiento; seguir avanzando en la investigación, que ha dado pasos importantes como el uso del gas radón para determinar el caudal de los acuíferos; prevenir los riesgos meteorológicos; paliar la contaminación emergente, dada la cada vez mayor presencia de drogas, hormonas, antibióticos y nanoplásticos en el agua; o desarrollar una agricultura más consciente, habida cuenta de que, por ejemplo, la producción de un kilo de tomates supone 14 litros de agua, pero la de plátano, 500, y la de aguacates, 2.000.
Las jornadas fueron inauguradas por la subdirectora de la Sección de Ingeniería Agraria María de los Ángeles Camacho y contó con la participación de expertos de ámbito nacional como Sebastián Delgado, de la propia Universidad de La Laguna; Luis González, de la empresa TAGUA; y Jorge Molinero, de Amphos 21 Consulting. Como invitado de ámbito americano participé Fernando R. Miralles, del Department of Atmospheric and Oceanic Sciences de NASA.