La Universidad de La Laguna lidera IMPLAMAC, un proyecto de investigación internacional que evaluará hasta 2022 el impacto de los microplásticos y contaminantes emergentes en costas de la Macaronesia. Con un presupuesto de, aproximadamente millón y medio de euros, esta iniciativa en la cual participan seis universidades y centros de investigación de Canarias, Azores, Madera y Cabo Verde fue presentada hoy, jueves 28 de noviembre, en la Sección de Química de la Facultad de Ciencias.
En el acto de presentación han participado el vicerrector de Investigación y Transferencia, Ernesto Pereda; el alcalde de Arico, Sebastián Martín; la decana de la Facultad de Ciencias, María del Mar Afonso; y el profesor del Departamento de Química e investigador principal del proyecto IMPLAMAC, Javier Hernández Borges.
El vicerrector explicó que este proyecto había sido financiado en la segunda convocatoria de ayudas Interreg-MAC 2014-2020 abierta en 2018, y avanzó brevemente cuál había sido el rendimiento de la Universidad de La Laguna en ella. Así, en la primera convocatoria, abierta en 2016, la institución académica participó como socia en 10 proyectos, pero no lideró ninguno, en cambio, en esta segunda, lidera 5 y es socia de otros 13. Esta mejora de resultados se debe a la apuesta institucional para promover el liderazgo y, en ese sentido alabó la gestión de su predecesor en el vicerrectorado, Francisco Almeida, por la apertura de una oficina dedicada a proyectos europeos.
El alcalde de Arico, por su parte, explicó que su municipio prestará infraestructuras para esta investigación, pues existe una relación previa con el equipo de Hernández Borges, que ya ha realizó algún estudio sobre los microplásticos aparecidos en la Playa Grande del Porís de Abona. Martín añadió que Arico recibe directamente el impacto de los microplásticos y ahora ha aparecido esta gran oportunidad para buscar soluciones científicas. También informó de la intención de asumir los Objetivos de Desarrollo Sostenible por parte de su municipio a partir de 2020: “Queremos convertirlo en una referencia en la gestión de residuos”.
Por su parte, la decana de la Facultad de Ciencias destacó que la Universidad de La Laguna lidera este proyecto a través de un equipo de investigación, el AChem que dirige el profesor Hernández Borges, que está vinculado a la Sección de Química y que, pese a ser muy joven, ya ha demostrado su pujanza. “Vivimos en un entorno bello pero frágil, y necesitamos datos contrastables para aprender a convivir mejor con ese entorno”, algo a lo que el proyecto IMPLAMAC contribuirá.
Objetivos de IMPLAMAC
Javier Hernández Borges se detuvo en los objetivos de este proyecto. Para contextualizarlo, explicó brevemente el origen del uso de plásticos en la humanidad y describió cuáles son los principales problemas que conllevan: acumulación en el agua, adsorción de tóxicos y contaminantes, su presencia en otros animales, el peligro de ser consumido por humanos, entre otros. Aunque es difícil hacer una estimación, se calcula que 8 millones de toneladas de plásticos llegan a las costas cada año.
Apuntó que las corrientes que transitan el planeta a través de los grandes ciclos oceánicos van moviendo esa basura de un punto a otro del planeta. De ahí que, por ejemplo, a Canarias lleguen residuos que se sabe que proceden de la costa este de Estados Unidos y llegan a través de la corriente del norte al archipiélago.
El objetivo principal de IMPLAMAC es crear un observatorio que genere datos cuantitativos y cualitativos del impacto que tienen los microplásticos y contaminantes emergentes en las costas de Canarias, Cabo Verde, Madeira y Azores. El proyecto tiene una importante vertiente divulgativa, por lo que también incluye una programación de charlas y otras acciones informativas para sensibilizar al público general sobre el problema que supone la contaminación por plásticos.
Esta acción se estructura en tres grandes objetivos específicos: mejorar las metodologías de muestreo y análisis de microplásticos para estudiar su distribución y determinar las zonas de acumulación; estudiar el efecto de estos residuos en las cadenas tróficas y en los ecosistemas, con especial atención a los posibles efectos en la salud de los peces; y determinar los contaminantes emergentes existentes en microplásticos, agua y arena de mar.
Estos objetivos serán distribuidos entre las seis entidades que participan en el proyecto: la Universidad de La Laguna como jefa de fila, y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Agencia Nacional para el Desarrollo de la Investigación, la Tecnología y la Innovación de Madeira; la Secretaría Regional de Ambiente y Recursos Naturales de Madeira; la Dirección Regional de Asuntos del Mar de Azores y la Universidad de Cabo Verde, como entidades asociadas.
“Somos científicos, pero también tenemos una cierta conciencia medioambiental”, reflexionó Hernández Borges como conclusión. “Cuando vemos los restos que encontramos en las playas durante nuestras investigaciones, se nos encoge el corazón. Esperamos que parte de los datos que vamos a aportar ayuden a tomar las decisiones que lleven a minimizar el impacto de estos microplásticos en el medio marino”.