Esta semana ha visto la luz el primer libro sobre el gas radón editado en Canarias. El volumen fue presentado en Gran Canaria por el director general de Trabajo del Gobierno regional, José Miguel González, y en la Universidad de La Laguna en el marco de unas jornadas sobre el riesgo de exposición laboral al radón, organizadas por el Instituto Canario de Seguridad Laboral (ICASEL).
El radón es un gas radiactivo de origen natural, que tiende a concentrarse en interiores, como en viviendas, escuelas y lugares de trabajo. De hecho, es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco. Las concentraciones elevadas de radón no son naturales sino consecuencia de las prácticas constructivas, afirma el profesor de la ULL Juan Carlos Santamarta Cerezal, uno de los autores de este título. “No tiene olor, color, ni sabor, y se produce a partir de la desintegración radiactiva natural del uranio, que está presente de forma natural en suelos y rocas, como las volcánicas”. También puede estar presente en el agua. “El radón emana fácilmente en el suelo y pasa al aire, donde se desintegra y emite partículas radiactivas. Al respirar e inhalar esas partículas, éstas se depositan en las células que recubren las vías respiratorias, donde pueden dañar el ADN y provocar cáncer de pulmón”.
La publicación, financiada por el ICASEL dentro de su convocatoria anual de proyectos de investigación, es la primera de estas características editada en las islas, tiene carácter divulgativo y pretende hacer llegar a los trabajadores de la Comunidad Autónoma de Canarias la información básica sobre un problema de salud laboral hasta ahora poco conocido en esta región. Además, añade, este elemento puede suponer un importante problema en los territorios volcánicos, como es el caso de las Islas Canarias.
Santamarta Cerezal y los doctores Luis E. Hernández Gutiérrez y José Luis Gutiérrez Villanueva han sido los autores de la publicación, coordinada por el grupo de investigación Ingenia. Actualmente en Canarias llevan a cabo proyectos relacionados con la incidencia de este gas en las galerías de agua y en edificios públicos, mientras que en 2018 midieron todos los edificios públicos de El Hierro. Otra línea novedosa desarrollada por el grupo es el uso del radón como marcador de aguas subterráneas, además de la incidencia del gas en el plano laboral.
