La revista científica Plos One acaba de publicar un artículo en el que se da cuenta de la investigación desarrollada por investigadores de la Universidad de La Laguna, liderados por la profesora Rosa Fregel, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y los museos insulares canarios, junto a la Universidad de Stanford (Estados Unidos), la Universidad de California Santa Cruz (Estados Unidos) y la Universidad de Durham (Reino Unido) entre otras instituciones, para estudiar por primera vez el ADN mitocondrial de aborígenes de todas las islas.
La población aborigen de Canarias ha sido objeto de importantes investigaciones arqueológicas, antropológicas, lingüísticas y genéticas que apuntan a un origen en el norte de África. En concreto, el análisis del ADN mitocondrial de restos aborígenes y de la población actual de Canarias ha sustentado un origen norteafricano debido a la presencia del haplogrupo U6, que tiene una clara vinculación con poblaciones bereberes. Además, dentro de los linajes U6 presentes en las islas, vale la pena mencionar el haplogrupo U6b1a, un linaje de origen norteafricano que es autóctono de Canarias.
Sin embargo, aún existen muchas incógnitas por resolver, incluyendo la determinación del origen geográfico exacto de los aborígenes canarios dentro del norte de África y del modelo más probable de colonización indígena de las islas. Durante el desarrollo de este proyecto, Rosa Fregel y su equipo utilizaron técnicas paleogenómicas de última generación para analizar el ADN mitocondrial completo de un total de 48 muestras arqueológicas de 25 yacimientos diferentes.
La mayoría de los linajes (también llamados haplogrupos) mitocondriales observados en las poblaciones aborígenes del archipiélago canario tienen actualmente una distribución mediterránea, con algunos linajes restringidos al norte de África central (Túnez y Argelia), mientras que otros tienen una distribución más amplia, que incluye todo el Magreb, y en algunos casos, Europa y el Próximo Oriente.
Como ya se había advertido en otros estudios desarrollados en la Universidad de La Laguna, las poblaciones aborígenes de Canarias no eran homogéneas y algunas de ellas, como las de El Hierro y La Gomera, presentaban una baja diversidad genética. Estas observaciones parecen indicar que cada población aborigen se tuvo que enfrentar a situaciones diferentes determinadas por su aislamiento y el escaso contacto entre islas.
Aquellas islas con la capacidad de mantener poblaciones más numerosas, como Tenerife y Gran Canaria, retuvieron una variabilidad genética elevada, mientras que otras con medios más restringidos, como La Gomera y El Hierro, tuvieron una diversidad genética inferior que propició la endogamia y que tuvieron que contrarrestar desarrollando prácticas exogámicas. A pesar de que las poblaciones aborígenes presentan diferencias marcadas, las poblaciones actuales de Canarias (con la única excepción de La Gomera) son bastante similares, indicando una gran movilidad de la población dentro del archipiélago tras la conquista europea.
Respecto al modelo de colonización aborigen, se confirma a nivel de ADN antiguo que existió una distribución asimétrica de los linajes mitocondriales en la población aborigen. En concreto, se observó que ciertos haplogrupos (por ejemplo, el U6c1) son exclusivos de las islas más cercanas al continente.
Este resultado es importante porque sugiere que existieron, al menos, dos oleadas de poblamiento en Canarias, con una de ellas afectando sólo a las islas más orientales. Además, estos datos obtenidos directamente a partir de restos arqueológicos vendrían a confirmar resultados similares derivados de estudios de ADN en poblaciones modernas de Canarias, tanto usando ADN mitocondrial como marcadores del cromosoma Y.
Nuevos linajes
Una de las aportaciones más llamativos de este trabajo es la identificación de cuatro nuevos linajes autóctonos de Canarias, cuya distribución es similar a la del U6b1: los haplogrupos H1e1a9, H4a1e, J2a2d1a y L3b1a12. Estos linajes se relacionan con haplogrupos que son típicos de las poblaciones que se expandieron desde el Próximo Oriente y que protagonizaron la expansión Neolítica (adquisición de técnicas de agricultura y pastoreo) hace unos 10.000 años.
Estos resultados están de acuerdo con un estudio reciente de ADN antiguo en Marruecos, en el que se detectó la migración de poblaciones neolíticas europeas en el norte de África hace unos 5000 años. Además, evidencias arqueológicas sugieren la migración de contingentes europeos al norte de África durante la Edad de Cobre y la Edad de Bronce, las fuentes históricas nos hablan de la llegada al Magreb de fenicios y romanos en tiempos históricos. La presencia de haplogrupos de distribución mediterránea en los aborígenes de Canarias demuestra el impacto de estas migraciones prehistóricas e históricas en los bereberes e indican que éstos ya eran una población mezclada en el momento de la colonización indígena de las islas.
Finalmente, una de las ventajas de disponer de datos de ADN de la población aborigen radica en que podemos hacer cálculos más fiables de la supervivencia indígena. Basado en evidencias históricas, se puede considerar a la población actual canaria como una mezcla de tres contingentes poblacionales: los aborígenes que sobrevivieron a la conquista, los conquistadores y colonizadores europeos y los esclavos africanos que fueron traídos a las islas en los siglos XVI para trabajar en cultivos como la caña de azúcar.
Usando los datos obtenidos en este estudio, se pude determinar que la población canaria global tiene una ascendencia aborigen por línea maternal del 55,9%, mientras que los componentes europeos a africano sub-sahariano son de un 39,8% y un 4,3%, respectivamente.
Cuando el cálculo se realiza para cada isla por separado usando su respectiva población aborigen, los resultados son bastante variables. Los valores más altos de ascendencia aborigen se observan para la población de La Gomera (55,5%) y La Palma (41,0%), mientras que los valores más bajos se encuentran en El Hierro (0,0%) y Tenerife (22,0%). Llama especialmente la atención el resultado obtenido para El Hierro, con una supervivencia nula de la población aborigen, si se usa como base únicamente la población aborigen de El Hierro.
Estos resultados se deben, en parte, a que, a pesar del número significativo de muestras, éstas pertenecen a pocos yacimientos, por lo que estos datos deberán ser confirmados con estudios que se están llevando a cabo en otros yacimientos. Sin embargo, al reemplazar a los aborígenes de El Hierro por la muestra global de aborígenes canarios en los cálculos de mezcla, se observa que la supervivencia aborigen en la población actual herreña es de un 36%.
Este resultado es razonable, ya que la población actual de El Hierro no es diferente a la de las otras islas. Esto se puede explicar si tenemos en cuenta que las crónicas de la conquista relatan que El Hierro estaba casi despoblado debido a la captura de aborígenes herreños como esclavos y que, tras la conquista, la isla se repobló con poblaciones aborígenes de otras islas.
La investigación ha sido financiada por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, la Fundación Canaria Dr. Manuel Morales, el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, el Cabildo de Tenerife, la Chan Zuckerberg Investigator Award (Estados Unidos), la National Science Foundation (Estados Unidos) y la Gordon and Betty Moore Foundation (Estados Unidos).