Con la pregunta “Si pudiéramos preguntarle al Planeta cuáles son sus problemas, ¿qué nos diría?” comenzaba el pasado martes la presentación que conectaba el programa de ecocomedores de Canarias y la Agenda 2030 al alumnado de sexto curso de Educación Primaria del CEIP La Aneja en La Laguna.
Con esta visita al CEIP La Aneja llegaba a su fase final el Proyecto de Innovación Educativa “Desarrollo Sostenible y Aprendizaje-Servicio en ecocomedores escolares”, una iniciativa de sostenibilización curricular en el grado en Maestro/a en Educación Primaria desde la asignatura de “Iniciación a la Economía de la Educación” que imparte el profesor Francisco Javier Amador, del Departamento de Economía, Contabilidad y Finanzas.
“Se trata de un proyecto de innovación que se inspira en la metodología de Aprendizaje-Servicio (ApS) para dar respuesta a los retos que plantea la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, explicaba el profesor Amador. Con esta metodología se persigue que la formación del estudiantado vaya más allá de sus competencias técnicas profesionales, promoviendo experiencias que integran el servicio a la comunidad y la reflexión crítica con el aprendizaje académico, el crecimiento personal y la responsabilidad ciudadana, formando así personas más competentes y capaces de transformar las sociedades.
La actividad consistió en una serie de dinámicas con el alumnado de Primaria, en las que intervino también la doctoranda Natalia Rodríguez Valls, que realiza su tesis en el ámbito de la educación para el desarrollo sostenible. El alumnado universitario participó en grupos, presentando los pósteres que elaboraron durante el curso, y como parte del proyecto, con el objeto de explicar la relación entre programa ecocomedores de Canarias y uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 que ellos mismos eligieron.
Con esta actividad se pudo comprobar que, a pesar de que el programa ecocomedores lleva ya varios funcionando en el centro, los niños desconocen sus principales características. En general, no tenían claro el significado de que un alimento sea ecológico, ni tampoco las implicaciones de que sea producido localmente o de que sea fresco y no haya pasado por procesos de refrigeración. En todo caso, el alumnado de Primaria fue muy participativo y al final de la actividad se pudo constatar que su visión de los ecocomedores y de su relación con los problemas del planeta había cambiado rotundamente.
Para los estudiantes universitarios la experiencia fue muy significativa, y pudieron tomar consciencia de los retos a los que se van a enfrentar en su futuro profesional. Valoraron la experiencia y les gustaría poder tener la ocasión de tener más contacto con los centros educativos ya desde el primer curso. La actividad también impactó en el conocimiento y en la actitud de los niños a la hora de comer.
La iniciativa finalizó pidiendo a los casi 50 niños presentes en el aula que escribieran un titular con aquello que más les había llamado la atención o aquello que habían aprendido ese día. Los titulares hablan por sí solos del resultado. Raúl escribió “He aprendido que el ecocomedor es importante porque hay que cuidar el planeta y con el ecocomedor lo cuidas”, “El ecocomedor cambia el mundo” puso Saima, y Marcos Daniel, escribiendo la o con un rabito, escribió “Se combaten los problemas en el mundo con los ecocomedores” y otros como Mario que señalaron “Con ecocomedores se combate el cambio climático” o como Celeste que convencida escribe “Salva el planeta con ecocomedores”.
La iniciativa ha contado con el apoyo de la Cátedra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible Cabildo de Tenerife – Universidad de La Laguna y con el Instituto de Calidad Agroalimentaria (ICCA), que es el promotor del programa de ecocomedores de Canarias. El ICCA, en colaboración con la Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa del Gobierno de Canarias, desarrolla un conjunto de líneas estratégicas dirigidas a favorecer y potenciar el desarrollo de la producción agraria ecológica en Canarias, y mejorar la calidad de la alimentación en los comedores escolares de gestión directa, sociosanitarios y otros centros de restauración colectiva, a través de la introducción de productos ecológicos frescos, locales y de temporada (prioritariamente, hortalizas y frutas) en centros educativos, socio-sanitarios y de restauración colectiva.