La Universidad de La Laguna quiere expresar su enérgica condena ante los hechos acaecidos en el día de ayer, cuando una treintena de personas asaltaron el Rectorado, rompió la puerta de acceso e irrumpió en el inmueble para unirse así a la decena de personas que están ocupando el espacio desde el pasado lunes.
Esta es una universidad pública y respetuosa con los derechos y las opiniones de todos y todas, pero no puede tolerar actitudes violentas que distan mucho de un comportamiento universitario, hurtando la posibilidad de entablar un diálogo coherente y forzando a los profesionales del Rectorado a no poder ejercer su derecho al trabajo de forma presencial.
Cualquier solución ha de pasar por el previo desalojo del edificio, donde además no se están cumpliendo las preceptivas normas de distanciamiento social que marcan las autoridades sanitarias y existe por tanto un evidente riesgo de contagio.
Todas las ideas son respetables y pueden ser legítimamente defendidas, pero nunca con violencia ni acciones intolerantes en las que, además, buena parte de los concentrados no son siquiera personas pertenecientes a la comunidad universitaria.
