La edición número 16 del seminario de senderismo temático, valorización del patrimonio y desarrollo local que cada año promueve el Aula Cultural de Turismo Cultural de la Universidad de La Laguna se ha adaptado en esta ocasión a las circunstancias que se derivan de la pandemia y se ha desarrollado de forma virtual. Se ha sumado al diálogo constructivo sobre la actualidad y la perspectiva de las actividades turísticas que se desarrollan en la naturaleza, contando con la participación de algunas de las personas protagonistas del sector en Canarias.
En el seminario se han identificado los principales problemas que ha traído la Covid-19, pero, también, las estrategias que se han emprendido para afrontarlos, e incluso, las oportunidades que se pueden articular en nuestro particular contexto a través del conocimiento generado y la experiencia reunida. Además, se ha mantenido su carácter de espacio de encuentro, intercambio y producción de ideas.
Para ello, se contó con cinco personas representativas del ámbito del turismo activo y dilatada trayectoria en el desarrollo de actividades en la naturaleza, como son Sergio González Rodríguez, propietario de la empresa Gaiatours; Sandra Armas Juez, propietaria de Bodegas Bentayga; José Antonio Paris Fraga, propietario de StarExcursions; Carmen Díaz Orio, gerente de Forestal Park Tenerife; y Valerio del Rosario Martín, director de El Cardón NaturExperience. A través de ellas también estuvieron indirectamente representadas la Asociación de Profesionales y Empresas de Turismo Activo de las Islas Canarias, el Clúster de Enoturismo de Canarias, la Asociación de Guías Starlight de Canarias o la Asociación de Guías Profesionales de la isla de Tenerife. Asimismo, se contó con la colaboración del Aula de Agroturismo y Enoturismo de la Universidad de La Laguna a través de su director, Carlos Fernández Hernández, quien realizó las conclusiones del seminario destacando las principales aportaciones compartidas.
Las personas invitadas relataron su encuentro con la pandemia y el duro golpe que supuso en la mayor parte de las ocasiones, cesando su actividad en la situación de confinamiento. El público canario y el turismo local han logrado reactivar en parte su funcionamiento coincidiendo con el periodo estival, a partir de las actuales preferencias de la población regional en relación con el disfrute de los atractivos propios del archipiélago en un contexto general de incertidumbre. La conexión del sector con la población residente a lo largo del tiempo, también parece haber influido en la renovación de la confianza en su variada oferta de actividades que movilizan múltiples recursos con valor patrimonial.
Con todo, el empresariado ha aprovechado esta etapa de menor actividad para revisar su oferta y dinámica de trabajo, formándose y preparando nuevos productos que se adapten mejor a una situación de incertidumbre y menor demanda en determinados casos. Diversificación, digitalización y establecimiento de alianzas mediante la identificación de adecuadas complementariedades empresariales, aparecen como líneas de trabajo esenciales para superar una coyuntura inédita y de indudable adversidad para el sector y el sistema turístico general. El momento actual es clave para cooperar y estrechar relaciones.
También para visibilizar y fortalecer el posicionamiento de un amplio conjunto de empresas que realizan una contribución enormemente valiosa a la proyección de las islas, que redunda de forma positiva en su proceso de desarrollo en distintos niveles, porque “usamos sin romper”, “pasamos sin dejar huella”, “somos más amigables”, “ayudamos a amar” o “generamos riqueza aquí”, siendo, además “conscientes de que pertenecemos a la sociedad” y “generamos economía entre todos”. La autenticidad, el mantenimiento de señas de identidad particulares y la permanente apuesta por la calidad, seguirán siendo claves en la reactivación de un sector “que no representa al colectivo de los grandes números”.
Las claves para enfrentar el futuro más inmediato aparecen nítidamente reflejadas en los discursos: intensificar el foco en el público local o población residente; desarrollar actividades para grupos más reducidos e incluso atender las demandas de exclusividad; diversificar la oferta incorporando actividades que no solo generen la prestación de servicios a un público final; ahondar en el trabajo colaborativo entre empresas; profundizar en la digitalización. En definitiva, “echarle imaginación y no rendirse”, para introducir los cambios que necesita la renovación del actual modelo, proceso factible si se aprovecha adecuadamente la coyuntura presente y las empresas son capaces de salvar la compleja situación existente.
Y eso también depende del apoyo institucional, demandando a las administraciones una gestión más eficaz, porque ahora “tienen que echar un cabo”: más facilidades, más celeridad, más flexibilidad, incluso más control cuando sea necesario, ruegos que se formulan conscientes de que es fundamental contar con un buen apoyo público. También en la creación de un destino seguro que cuente además con una imagen adecuada, tarea en la que se debe implicar decididamente la sociedad regional, a cuya responsabilidad y compromiso asimismo se apela para salir de manera conjunta de una situación enormemente compleja.
Más luces que sombras refleja el diálogo mantenido, según el profesor Carlos Fernández, enfatizando en sus conclusiones que está siendo fundamental en estos momentos redescubrir el protagonismo de aquello que se comparte, de la importancia de tender puentes y tejer redes, optimizando la inteligencia colectiva, siendo más conscientes con la pandemia de la fragilidad global. Reforzar el vínculo asociativo, que permitirá encontrar positivas complementariedades en el conjunto y concebir mejores productos. La especialización aparece también como un elemento clave en el futuro inmediato del sector, junto a la necesaria diversificación que le aportará mayor resiliencia. Con todo, en el horizonte aparece como un objetivo esencial trabajar todos los servicios y espacios de exclusividad.
