El Instituto de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna forma parte del consorcio creado entre varias entidades sanitarias canarias para desarrollar el proyecto “Uso de ozono para la reutilización de equipos de protección personal (EPI). Estudio O3-CoVid19-PPE”, cuyo objetivo era valorar si dicho gas es capaz de inactivar el virus. Los resultados han sido publicados en la revista Antioxidantes y revelan que, efectivamente, el estrés oxidativo inducido por la exposición al ozono eliminó el virus SARS-CoV-2 en diferentes EPI en determinados tiempos de exposición, concentraciones y condiciones de humedad relativa.
Para desarrollar esta investigación, se contaminaron EPI con una cepa de SARS-CoV-2 inactivada y se trataron con diferentes concentraciones de ozono, distintos tiempos de exposición y condiciones de humedad relativa variadas. La presencia/ausencia del virus se evaluó mediante PCR a tiempo real de 3 genes de SARS-CoV-2 en el laboratorio de la Universidad de La Laguna.
En concreto, en este estudio se observó la no detección de SARS-CoV-2 en EPI después de las siguientes exposiciones al ozono: 30 segundos, 10,000 ppm (20g / m3); 5 minutos a 4.000 ppm y 10 minutos a 2.000 ppm. A concentraciones de ozono más bajas, 4 a 12 ppm (0,008 a 0,024 g / m3) los efectos dependían en gran medida de las condiciones de humedad relativa.
Por lo tanto, el consorcio de investigadores concluye que el estrés oxidativo inducido por la exposición al ozono eliminó el SARS-CoV-2 en diferentes EPI bajo tiempos de exposición apropiados, concentraciones de ozono y condiciones de humedad relativa.
Estos hallazgos podrían tener implicaciones para disminuir el riesgo de contaminación asociado con la gestión de equipos de protección personal y aumentar su disponibilidad en periodos de rotura de stock, como ya ocurrió en el mes de abril de este año. En el siguiente paso de este proyecto, el equipo investigador se plantea realizar estudios utilizando cepas clínicas infecciosas del SARS-CoV-2.
El consorcio de investigadores responsable del proyecto ha estado formado, además de por el instituto de La Universidad de La Laguna, por la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias (FIISC), con el investigador del Hospital Doctor Negrín Bernardino Clavo como coordinador y con la participación de ambas Universidades canarias y redes nacionales de cooperación, tales como: Red Cooperativa de Enfermedades Tropicales (RICET), RETIC de Investigación en Servicios de Salud en Enfermedades Crónicas (REDISSEC), CIBER de Enfermedades Respiratorias, Servicio de Evaluación y Planificación del Servicio Canario de Salud (SESCS) y Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, entre otros.
Este consorcio se formó con el objetivo de poder concurrir con un proyecto de investigación a la convocatoria de Expresiones de interés para la financiación extraordinaria de proyectos de investigación sobre el SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19 lanzada a principios de este año por el Instituto de Salud Carlos III con el objetivo de aportar soluciones para combatir la pandemia a nivel nacional.