La Universidad de La Laguna retoma su actividad docente el próximo lunes, 5 de octubre, fecha en la que darán comienzo las clases de un primer cuatrimestre que se extenderá hasta el 19 de enero de 2021, con un periodo de exámenes desde el 25 de enero hasta el 8 de febrero. Tras un final de curso marcado por el confinamiento, este nuevo periodo académico se regirá bajo un escenario de presencialidad adaptada, es decir: tratar de primar las clases in situ lo máximo que sea posible y manteniendo las lógicas precauciones sanitarias y de limitación de aforo.
Todas estas medidas están reflejadas en un extenso documento que detalla este plan de contingencia, que describe las medidas específicas para hasta tres escenarios posibles según sean las circunstancias sanitarias: la presencialidad adaptada actualmente vigente, la presencialidad total si la situación mejorara notalmente y, en caso contrario, el retorno a un modelo de docencia totalmente no presencial, que se activaría en caso de que la situación sanitaria empeorara y fuera necesario restringir la movilidad aún más o, directamente, volver al confinamiento.
La presencialidad adaptada, en la práctica, supone seguir alternado la docencia telemática con la física. Hay algunas titulaciones con bajo número de estudiantes en las que será posible impartir clases en el aula de la manera habitual, pero lo más corriente será que el alumnado de cada curso deba dividirse en varios grupos, cada uno de los cuales acudirá al aula consecutivamente cada semana, mientras que el resto de compañeros seguirá las clases a distancia, pues serán retransmitidas en streaming.
En líneas generales, se ha tratado de primar que haya clases presenciales en talleres, prácticas y seminarios, y también dándole prioridad al alumnado de primer curso, para que su contacto inicial con los estudios superiores no sea tan atípico. En algunas facultades con mucho alumnado, como Educación, Derecho o Economía, Empresa y Turismo, la docencia será totalmente telemática en la primera semana de curso, ya que en ese periodo, una vez se haya cerrado la matricula, se organizarán los diferentes grupos de alumnado que rotarán semanalmente en las aulas.
Para poner en marcha este plan, la Universidad de La Laguna ha estado varios meses preparado sus infraestructuras y equipamientos. Así, se han intensificado los turnos de limpieza en los diferentes inmuebles, se han adquirido dispensadores de hidrogel alcohólico y sus recambios y se han instalado señalizaciones en los edificios para evitar aglomeraciones, procurar distancia de seguridad y delimitar el tránsito de personas. Además, se ha aprobado una guía práctica de retorno seguro a las aulas.
Más de 250 aulas con cámara
Las aulas han tenido que ser preparadas para poder emitir en directo las clases magistrales, para lo cual el Vicerrectorado de Modernización y Agenda Digital, con apoyo del Servicio de Tecnología de la Información y las Comunicaciones, ha instalado cámaras web en 268 aulas, soporte y sistema de fijación antivandálico, canalización y cableado en aquellos casos que fuera necesarios, y la preinstalación de sonido para que el profesorado conecte micrófonos de solapa, de los cuales se han adquirido 1.500. También se han repartido en las conserjerías cámaras auxiliares y trípodes para resolver incidencias técnicas. Se ha reforzado el software de videoconferencias con la adquisición de licencias del programa Google Meet para 25.000 personas.
La presencialidad adaptada ha sido diseñada en torno a tres ejes principales: la adaptación de la enseñanza a los distintos escenarios, la digitalización tanto para la mejora de los recursos TIC como para el apoyo al alumnado para evitar la brecha digital; y la formación de profesorado y alumnado en competencias digitales para un adecuado desarrollo de la enseñanza en línea, tanto en aspectos técnicos como metodológicos.
En lo referido a la adaptación de la metodología docente a la presencialidad adaptada, el plan, además de citar las medidas de higiene y distancia en las actividades (recurriendo si fuera necesario a la rotación de los grupos en diferentes turnos) también vela por la coherencia de las adaptaciones realizadas en las titulaciones para que existan criterios comunes en todas las asignaturas y se garantice la igualdad de condiciones del alumnado.
Se recomienda la evaluación continua y, en caso de estimar necesaria algún tipo de prueba final, se priorizará que sean presenciales respetando las restricciones sanitarias y, si son en línea, garantizarán los derechos de los estudiantes en materia de protección de datos y permitirán la autenticación de cada estudiante y medios para garantizar la autoría inequívoca de las pruebas y que éstas se han realizado sin ayuda externa.
Sobre las prácticas externas, hay que tener en cuenta que no dependen en exclusiva de la Universidad de La Laguna, sino también de las entidades públicas o empresariales que las acojan, por lo que en algunos casos se están negociando las medidas específicas para su desarrollo. Pero, en líneas generales, el plan establece que en la medida de lo posible sean presenciales, al menos, en un 50%, con la otra mitad cubierta con un “volumen razonable de resultados de aprendizaje que garanticen una adquisición suficiente de competencias”, mediante proyectos, memorias o programas formativos.