La Universidad de La Laguna ha celebrado hoy 13 de enero un acto de nombramiento de ocho profesores honorarios, en reconocimiento a su dilatada carrera profesional y en el momento en el que pasan a la jubilación. Estos docentes podrán seguir colaborando en actividades docentes e investigadoras, pero sin vínculo contractual alguna y sin remuneración específica. Se trata, en suma, “de seguir contando con los más valiosos y no desperdiciar el talento y la vocación universitaria que les ha guiado toda su vida”, destacó la rectora, Rosa Aguilar.
Tres de ellos son exrectores, dado que el reglamento señala que por el mero hecho de haber ejercido la máxima dirección de la universidad tienen la oportunidad de acogerse a esta figura. Así, han sido nombrados profesores honorarios José Gómez Soliño, en el área de Filología; Ángel Gutiérrez Navarro, en Microbiología; y María Luisa Tejedor Salguero, en Edafología.
También han sido designados Gonzalo Lozano Soldevilla, en Zoología; Lorenzo Moreno Ruiz, en Ingeniería de Sistemas y Automática; Manuel Navarro Ibáñez, en Fundamentos de Análisis Económico; Pedro Oromí Masoliver, en Zoología; y Fernando Pérez González, en Análisis Matemático. Estos docentes se mantendrán en la figura de profesores honorarios durante dos años, es decir, hasta noviembre de 2021, prorrogables dos años más, salvo en el caso de Oromí, que acaba de renovar su segundo periodo.
María Luisa Tejedor intervino en nombre de todos los agasajados, para señalar que a partir de ahora pasan a una nueva categoría docente, que les va a permitir seguir trabajando en proyectos de investigación y colaborando, aunque de manera limitada, en actividades docentes. La exrectora se preguntó qué une a este colectivo, para contestarse que todos ellos han vivido la universidad de forma muy intensa, con aportaciones a la comunidad muy relevantes y que desean seguir haciéndolo. Añadió que todos han trabajado por la institución, siendo decanos, rectores o rectora o directores de departamento, amén de su quehacer como investigadores.
Tejedor apuntó que las universidades públicas tienen muchos problemas con el relevo generacional y la contratación de jóvenes investigadores. “Pero eso no quita para que desaproveche la experiencia y el liderazgo de los más veteranos. Seguiremos trabajando por la Universidad de La Laguna con el mismo entusiasmo del primer día en que llegamos a ella”, concluyó.
Para la rectora, “se trata de personas que la Universidad de La Laguna no se puede permitir perder tan fácilmente, dada la contrastada excelencia de sus respectivas trayectorias académicas”. Aguilar indicó que el recurso más importante de las universidades son las personas que las componen y que asumen diferentes roles. “En este caso, hablamos de especialistas con décadas de trabajo a sus espaldas en diferentes áreas de conocimiento. Mediante esa labor han contribuido de manera indudable al bienestar de la comunidad, ya sea aplicando sus conocimientos a la formación de los científicos y profesionales del futuro, ya sea desarrollando investigaciones e innovaciones que llegarán de un modo u otro a la sociedad”.
Rosa Aguilar apuntó que atraer talento y saber conservarlo durante tanto tiempo no es una misión sencilla. “Pero si a ese talento se une una gran vocación universitaria, la mitad del camino ya está logrado. Estamos pues ante perfiles que han puesto su talento y su inteligencia al servicio de los demás, a disposición de la academia. Qué menos que saber reconocer esa generosidad y tener altura de miras con las personas que más aportan a la institución. Ese es precisamente el fin último de este nombramiento: reconocer públicamente su valor y dotarlos del marco formal adecuado para que puedan seguir con nosotros, aportando conocimiento, fortaleciendo equipos, ayudando a los investigadores más jóvenes”.
La rectora también se detuvo en valorar la permanencia de los sénior junto a la contratación de nuevos investigadores, para añadir que ambos propósitos son compatibles, a la hora de contar con personas que aportan a su trabajo el valor añadido de “la experiencia, conocimiento y redes de contactos acumulados durante años de trabajo”.
Igualmente, recalcó la presencia de los exrectores en esta figura, “quienes han demostrado su generosidad al decidirse a prolongar su compromiso con una institución a la que quieren especialmente”.