“La ciencia no tiene género. Necesitamos mujeres científicas para mejorar el futuro”. Así se expresó hoy 11 de febrero la decana de Ciencias de la Universidad de La Laguna, María del Mar Afonso, en un acto que pretendía visibilizar la urgencia de contar con más mujeres en el ámbito científico. “Queremos aportar nuestro granito de arena para que, dentro de unos años, no tengamos que celebrar este día”, prosiguió la decana, aludiendo a la todavía desigualdad patente entre las elecciones de los estudiantes acerca de su futuro profesional, dependiendo del género.
El evento se enmarcó dentro de la celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia que, bajo el lema “La ciencia en porciones”, mostró a un nutrido grupo de estudiantes de Secundaria de cinco institutos el quehacer científico de seis investigadoras. Organizado por la Facultad de Ciencias y la Biblioteca Universitaria, el propósito de esta iniciativa era enseñar a los jóvenes, y especialmente a ellas, el valor de dedicarse a la ciencia y de decidir sobre su propio futuro. “Nadie tiene que ponerles límite, solo ustedes mismos”, aseveró. Afonso hizo además referencia a grandes científicas de la historia de la humanidad que no tuvieron el mismo reconocimiento que sus compañeros hombres en el desarrollo de su carrera profesional.
El programa se desarrolló en formato de charlas de diez minutos. Carmen Rubio, toxicóloga, fue la primera en intervenir, para hablar de mentoría e internacionalización. Animó a que los jóvenes prestaran atención a las figuras mentoras que tenían en el entorno y a que miraran más allá de Canarias, aprovechando las ventajas del panorama global internacional. Belén Melián, matemática y experta en computación e inteligencia artificial, hacía un llamamiento más concreto en su ponencia para que las jóvenes estudiantes también se aplicaran a carreras como Ingeniería Informática, dándole especial valor al aspecto funcional y práctico que tienen estas investigaciones con la sociedad.
Un mensaje más contundente con respecto a la reivindicación de la presencia del género femenino en las ciencias lo lanzó Verónica Pino, química experta en la rama agroalimentaria y medioambiental. “Ustedes tienen que ser quienes quieran ser y, si hace falta, pelear por eso. Yo no encontré discriminación en mi trayectoria, pero si la hubiera encontrado seguro que hubiera luchado para que no existiera”. Además, hizo referencia a que los equipos de investigación “cuanto más multidisciplinares sean, mejores resultados garantizan”.
María del Mar Pino, bióloga especializada en genómica, intervino acerca de la contribución de este ámbito en la medicina especializada. “Tras un largo recorrido he conseguido un contrato del programa Ramón y Cajal y por fin he podido optar a un contrato estable”. Asimismo, Irene Márquez, como matemática y profesora del Departamento de Matemáticas, Estadística e Investigación operativa, expuso el curioso fin de sus estudios en la charla “Desvelando secretos con las matemáticas”, la protección de la información y los datos en ordenadores cuánticos. Según su experiencia no se ha topado con dificultades de género en su trayectoria científica, pero sí que aludió el hecho de que “buscar la conciliación familiar para una mujer en la ciencia puede llegar a resultar más complicado, en cuanto a la productividad de sus investigaciones”.
Arianna di Cintio, astrofísica teórica e investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias, también realizó su aportación en la jornada. Reflexionó sobre la importancia de saber cómo se forman las galaxias, pues ese es el objetivo de sus estudios. “No sólo hay que observarlas en un momento concreto de nuestra vida, que también es importante, sino recrear cómo se forman”. La experta profundizó en la biografía de Marie Curie, una de las referentes de la ciencia más importantes, para añadir una anécdota a la hora de preparar su presentación en esta jornada: “Cuando fui a buscar ilustraciones para elaborar las diapositivas, me sorprendí, porque no hubo ninguna donde apareciera una figura femenina”.
Finalizó su ponencia con una reflexión que fue común a todas las ponentes. “El cambio está en nuestras manos, trabajando juntas y juntos se puede conseguir un compromiso para que el ámbito científico sea más inclusivo para la mujer”.
