El Consejo Social de la Universidad de La Laguna ha aprobado la creación de dos nuevas empresas de base tecnológica (spin-off), que se suman a las tres ya existentes en el centro académico. Estas entidades, que basan su modelo de negocio en la traslación al tejido productivo de alguna innovación tecnológica, están auspiciadas por investigadores del centro universitario que, a su vez, forman parte del programa Agustín de Betancourt del Cabildo de Tenerife, precisamente para favorecer ese cambio de modelo productivo en la isla.
Las dos iniciativas fueron presentadas esta mañana al órgano de gobierno por el vicerrector de Investigación y Transferencia, Ernesto Pereda. La primera de ellas se denomina Alisio Chemical Technologies SL y está promovida por José Agustín Pasán, quien cuenta además con otros docentes de química y química analítica en su equipo. En estos momentos se encuentra en estado de patente internacional en trámite y centra su modelo de negocio en la generación de nuevas patentes en el campo de la microextracción analítica y su posterior licencia a empresas líderes en el mercado.
La Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la Universidad de La Laguna ha analizado el enorme mercado que existe en torno a la preparación de muestras en el proceso de análisis químico, para luego entrar en detalle en el segmento de la microextracción en fase sólida. Este mercado estuvo dominado por una patente que ya ha expirado, por lo que se abriría ahora una oportunidad muy interesante de introducir en el mercado nuevas fibras como las que desarrolla el equipo de Pasán.
La OTRI ha realizado igualmente un estudio de viabilidad de esta empresa en sus primeros cinco años que, con una inversión inicial de 275.000 euros, cubriría gastos al tercer año. A juzgar por este organismo, la viabilidad técnica y la oportunidad de negocio de la iniciativa empresarial hacen de esta propuesta un negocio factible basado en el conocimiento que cumple con todos los requisitos necesarios.
La otra empresa se denomina Formaché, con el investigador Carlos Morán al frente, también del programa Agustín de Betancourt de la corporación insular, y con patente en explotación de una pasta ecológica multiusos ultrarresistente basada en fibras de papel reciclado, tan útil en el campo de la construcción como en las artes plásticas y el diseño. Su modelo de negocio se basa en dos patentes generadas durante la investigación del equipo promotor, y ya se encuentra en fase avanzada de explotación comercial.
La OTRI también considera que la propuesta reúne todas las condiciones para pasar a ser considerada empresa de base tecnológica o spin-off. Estas dos iniciativas redundarían así en la intención del Cabildo de Tenerife y de la propia Universidad de La Laguna de generar riqueza a través del desarrollo tecnológico y el conocimiento científico, modificando así el mapa de servicios que configura nuestro entorno regional.
Este tipo de entidades centran su competitividad en la aplicación de su conocimiento a una innovación tecnológica, cuentan con personal científico y técnico altamente cualificado y suelen producir bienes y servicios con alto valor añadido. Las también llamadas spin-off disponen de un departamento de I+D propio o, como es este caso, están perfectamente imbricadas dentro de un centro de investigación o universidad. Su activo más importante es, sin duda, el conocimiento, y se apoyan en desarrollos tecnológicos.
El vicepresidente primero del Cabildo de Tenerife y consejero de Carreteras, Movilidad e Innovación, Enrique Arriaga, señala que “estas dos iniciativas empresariales son una muestra de que el apoyo a la actividad investigadora revierte en el tejido productivo de la isla y contribuye a dar pasos firmes para conseguir que la economía del conocimiento tenga una mayor participación dentro de nuestro sistema económico”.
Por su parte, para el vicerrector de Investigación y Transferencia de la Universidad de la Laguna, Ernesto Pereda, la creación de estas empresas demuestra que la institución académica “tiene una apuesta clara por la transferencia a la sociedad, para poner en valor la ciencia y la innovación que se desarrolla a través de proyectos científicos y tecnológicos, así como de conocimientos, que puedan ser útiles en el día a día. La alianza con el Cabildo de Tenerife es fundamental para disponer de los recursos y de la colaboración empresarial necesarias para que estas iniciativas salgan adelante de la mejor manera posible y alineadas con el desarrollo socioeconómico de la región”.
El programa Agustín de Betancourt se creó en 2016 por el Cabildo de Tenerife para la contratación de personal investigador, personas doctoradas o tecnólogas, que propongan el desarrollo de proyectos de investigación con un alto potencial de transferencia al mercado o a la industria.
El periodo de contratación inicial es de un año, y la duración máxima de los proyectos se extiende a cuatro años. Los investigadores principales de los proyectos en cuyo marco se desarrollen los contratos deben contar con una trayectoria científica relevante que pueda dar lugar a la generación de empresas que se incorporen al tejido productivo de Tenerife, como está siendo el caso.
Los proyectos consisten en trabajos experimentales o teóricos, que tras ser desarrollados puedan por sí mismos generar una empresa o facilite la incorporación de las personas contratadas y las tecnologías desarrolladas a empresas ya existentes. La persona seleccionada será contratada por la Universidad de La Laguna para el desarrollo del proyecto seleccionado, y no podrá participar en tareas de colaboración docente.