El catedrático de Economía Financiera de la Universidad CEU San Pablo Ricardo J. Palomo Zurdo fue el ponente invitado al acto de renovación del convenio que sustenta la Cátedra Cajasiete-Universidad de La Laguna de Big Data, Open Data y Blockchain. En su ponencia analizó el actual contexto de cambio tecnológico constante y el discreto papel español en el panorama global de la innovación. En su opinión, para que éste mejore habría que convertir la política científica y tecnológica es el elemento motriz, apostar por la innovación sostenible e inclusiva, simplificar la burocracia y reforzar los centros tecnológicos con financiación estable: “No podemos hacer innovación ni atraer talento pagando con becas”.
Previamente, se produjo la apertura oficial del acto, presidido por la rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, quien definió la actividad de las cátedras empresariales como un medio para que la sociedad civil pueda ejercer el mecenazgo con la institución académica de una manera más eficaz, ya que las cuantías no se aportan a fondo perdido, sino que financian una actividad con unos objetivos y plan de trabajo concretos.
También alagó la buena relación existente con Cajasiete, entidad con la que se han firmado varios convenios en diferentes áreas y que ha demostrado una gran responsabilidad social a lo largo de su andadura. Para la rectora, en el actual momento de crisis sanitaria y económica, la colaboración entre las diferentes instituciones públicas y privadas es esencial para lograr solventar la coyuntura de la mejor manera posible.
El presidente de Cajasiete, Fernando Berge Royo, manifestó su interés por la que la recientemente renovada actividad de la cátedra se prolongue durante muchos años. Comentó que en su primera anualidad ha logrado generar muchas expectativas y aglutinar en su consejo asesor a los mejores especialistas y empresas de la región.
Centrado en las materias sobre las que investiga la cátedra, reflexionó que la gestión de los datos es esencial para generar conocimientos que permitan a Canarias liderar proyectos por sí misma y no depender del exterior. Para no perder el tren del cambio, es necesario formar a profesionales familiarizados con las nuevas tecnologías y, en ese sentido, destacó que la cátedra está cumpliendo una gran función al involucrar a grupos de investigación de la universidad y empresas locales para la búsqueda de soluciones.
Por su parte, el director de la cátedra, José Luis Roda, lamentó que las especiales circunstancias de este año hayan supuesto un freno a las actividades previstas, si bien nunca se ha dejado de trabajar y se han organizado varios seminarios y otras actividades online. El desafío ahora es reunirse con más empresas y mejorar la sinergia entre ellas, y también apoyar la labor del alumnado en sus trabajos fin de grado y máster y sus prácticas externas, muy importantes al ser la primera inmersión que hacen en trabajos de investigación.
Durante la sesión, además de la conferencia invitada, se presentó la memoria de las actividades realizadas en primer año y el plan de trabajo previsto para el curso 2020-21, contando para ello con las personas que, durante una reunión celebrada antes del comienzo del acto público, se incorporaron como nuevos miembros del consejo asesor de la cátedra.
En su ponencia, Ricardo Palomo Zurdo abogó por hacer los cambios necesarios para que España pueda mejorar su posición en el panorama de la innovación global. Recordó que en procesos de transformación anteriores era necesario invertir en grandes infraestructuras como fábricas o maquinaria y contar con recursos naturales. Pero en esta nueva sociedad del conocimiento, el lugar es secundario: cualquier país tiene potencial para generar innovación, solo hace falta un entorno cómodo, donde haya clústeres y posibilidades de compartir el esfuerzo y atraer el capital humano.
En este momento de cambio varias organizaciones van a transformarse radicalmente en todos los sectores, del industrial al financiero, pasando por el turístico o el propio de la formación superior. Sobre este último, el ponente advirtió de que las universidades pueden perder el monopolio de la formación porque las grandes compañías tecnológicas están ofreciendo certificaciones profesionales que son muy atractivas de cara a la empleabilidad. En general, Palomo señaló que, actualmente, si los gigantes tecnológicos no están en un sector es, simplemente, porque no les interesa: “No hay un Google Bank porque no quieren”.
El ponente habló de los tipos de innovación existentes, ubicándolos en una gráfica en la que relacionó el riesgo y el retorno económico producido. Así, España es buena en la innovación menos arriesgada y con menor retorno, aquella basada en hacer pequeñas mejoras a algo ya existente. Un segundo tipo de innovación, con poco riesgo y mucho retorno, es de carácter más especulativo, generado por star-up o compañías creadas desde el primer momento para ser adquiridas por otras más grandes.
El tercer tipo de innovación, con mucho riesgo pero poco retorno, es el de la investigación básica realizada por universidades y centros de investigación. El experto la consideró muy necesaria y que hay que seguir apostado por ella, si bien cree que podría mejorarse si se orientara más a la resolución de retos. Finalmente, la innovación más arriesgada y productiva es la auténticamente disruptiva, que actualmente monopolizan las grandes compañías tecnológicas.