La iniciativa Coronavirus Makers se ha puesto en marcha en toda España para aglutinar los esfuerzos de más de 10.000 voluntarios con equipo de impresión en 3D capaces de generar piezas que sirvan para construir el material sanitario necesario para luchar contra el COVID-19. La Universidad de La Laguna se ha unido a este proyecto a través de su Laboratorio de Diseño y Fabricación Digital (Fab Lab), que trabaja en coordinación con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la institución académica.
A la iniciativa se ha unido profesorado de los departamentos de Bellas Artes, de Técnicas y Proyectos en Ingeniería y Arquitectura, y de Ingeniería Industrial, así como varios ex-alumnos del centro que disponen de este equipo. El objetivo principal es imprimir en 3D de material de equipos de protección individual (EPIs) para abastecer a las necesidades de profesionales de distintos ámbitos (sanitario, seguridad, centros de mayores, etc.) de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, habida cuenta de las delicadas medidas de seguridad con las que se está trabajando en determinados casos.
El director de Fab Lab, el profesor del Departamento de Bellas Artes Drago Díaz, hizo a principios de esta semana una llamamiento a todos los departamentos y entidades de la Universidad de La Laguna con equipo de impresión 3D a participar, y el laboratorio universitario se encargó de hacerles llegar los ficheros con los modelos que se van a imprimir, así como el material fungible del que disponían.
Para evitar riesgos de contagio, las tareas de impresión no se están realizando en las dependencias universitarias, sino que el personal docente participante, tras recibir el preceptivo permiso de los departamentos correspondientes, ha instalado las impresoras en sus hogares, desde donde está trabajando sin peligro.
Por el momento, se está acometiendo la fabricación de viseras de seguridad para el personal sanitario, con un primer objetivo marcado de lograr 100 unidades. Se estudia la posibilidad de fabricar mascarillas FFP2 o FFP3, aunque su eficiencia es más cuestionable con la impresión 3D. También se sigue de cerca el proyecto de los respiradores, si bien es una tarea más compleja y que requiere la coordinación con los organismos de homologación.
Cuando se cuente con un número considerable de materiales impresos, el servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la universidad articulará un procedimiento para su recogida y posterior entrega en los puntos dispuestos en Tenerife por la iniciativa Coronavirus Makers.