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La ULL y la UIB determinan el impacto de la huella de carbono e hídrica en marinas deportivas de Baleares

viernes 26 de junio de 2020 - 14:04 GMT+0000

Juan Carlos Santamarta

La comunidad de las Islas Baleares aprobó recientemente su ley de cambio climático y transición energética, creada principalmente para lograr la estabilización y el decrecimiento de la demanda energética mediante una progresiva descarbonización de la economía, la implantación progresiva de energías renovables y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sobre esto último, la huella de carbono contabiliza la totalidad de los gases de ese tipo asociados a las diferentes actividades productivas, de modo que mide la presión de un producto, servicio o actividad sobre el medioambiente. Un equipo de investigadores de las universidades de La Laguna y de Islas Baleares trabaja para determinar la huella de las marinas deportivas del archipiélago mediterráneo.

Las marinas deportivas son puertos dedicados exclusivamente a embarcaciones de recreo en la costa, cuya configuración es bastante variable entre islas o dentro de una misma isla, dependiendo de que esté instalada o no en una zona orientada al sector turístico. El proyecto fue coordinado por el profesor Juan Carlos Santamarta y la investigadora de la Noelia Cruz, de la Universidad de La Laguna, mientras que por parte de las Islas Baleares la coordinación la llevó Celso García. El estudio se centró en las marinas deportivas de las Islas Baleares y, además de la huella de carbono, también se ocupó de la huella hídrica, que mide el consumo de agua, cuyo cálculo resulta crucial en lugares áridos o con un elevado consumo de recursos hídricos por habitante y año.

Partiendo de estas premisas, y con la experiencia obtenida de la aplicación de una metodología desarrollada por la Universidad de La Laguna en Canarias durante 2019 con la colaboración de la Universidad de las Islas Baleares, se estimaron las huellas de carbono e hídricas en infraestructuras portuarias de Mallorca y Menorca. En total, fueron ocho los puertos deportivos estudiados.

El objetivo del proyecto fue, por lo tanto, determinar los dos indicadores descritos con anterioridad, la huella de carbono y la huella hídrica. Con los resultados obtenidos se establecieron una serie de recomendaciones de mejora y conclusiones del impacto ambiental de las marinas deportivas estudiadas, como paso inicial para la implementación de estrategias destinadas a su reducción.

Entre las recomendaciones destacaron, entre otras, el fomento del uso del transporte público para los trabajadores de la marina y los visitantes, la contratación de distribuidores con flotas de transporte eficiente como vehículos eléctricos o con bajas emisiones, la obtención de electricidad enteramente de fuentes renovables, el empleo de placas solares para la producción del agua caliente sanitaria, y la comunicación interna a los trabajadores de la organización los conceptos asociados al cálculo de la huella de carbono, así como los resultados de esta. En definitiva, propiciar una concienciación interna en la compañía puede ayudar a un uso más consciente de la energía y los recursos y, finalmente, se anima a continuar realizando el cálculo de la huella de carbono en los años venideros.

En prácticamente todos los países del mundo se han emprendido iniciativas para comunicar a la sociedad la huella de carbono, bien sea en forma de etiquetado de productos o bien en forma de inventario de emisiones de CO2 de empresas y organizaciones. De esta manera, la empresa se posiciona como socialmente responsable, diferenciándose de la competencia y reforzando de manera positiva su imagen ante clientes, consumidores y usuarios.

Juan Carlos Santamarta señala que se están desarrollando más proyectos nacionales e internacionales liderados desde la Universidad de La Laguna, aprovechando la metodología y experiencia desarrollada por el grupo de investigación que lidera (INGENIA), con el fin de reducir los impactos ambientales de infraestructuras críticas de las islas, como las portuarias o las vinculadas al ciclo integral del agua. El fin último es adaptar los sistemas productivos, el turismo y los servicios urbanos a un escenario de cambio climático y transición ecológica e hidrológica en los sistemas insulares.


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