Hoy 9 de noviembre ha comenzado con la presentación el Claustro el trámite presupuestario del documento de ingresos y gastos para 2022 de la Universidad de La Laguna, valorado en 167.700.000 euros, lo que supone un 3,8% más que en el ejercicio anterior. Se trata de un documento cada vez mejor planificado, indicó el gerente, Juan Manuel Plasencia, y que se basa en el plan de gobierno de la institución docente.
Este año el presupuesto viene explicado por un dato relevante: la suspensión de las reglas fiscales por parte del Gobierno estatal, lo que permite que la universidad no tenga que dedicar los remanentes de tesorería a la reducción de deuda, como era la norma, con lo cual pasan al capítulo de ingresos a través de un documento expansivo, que sigue creciendo año a año.
Se trata además de los primeros presupuestos participativos para que parte de su ejecución sea decidida por toda la comunidad universitaria, a través de la votación de más de un centenar de proyectos presentados. La vuelta a la presencialidad ha condicionado el contexto en el que se elabora el presupuesto, añadió Plasencia, lo que conlleva un coste adicional en algunas partidas. Así, se destinarán 524.000 euros al refuerzo del contrato de limpieza, 175.000 al programa de cribado, 117.000 al soporte tecnológico, 88.000 al refuerzo del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y 90.000 euros al mantenimiento de infraestructuras del campus virtual.
La presencialidad ha traído consigo además el cobro del canon a las empresas de cafetería y máquinas expendedoras, canon que fue cancelado el pasado curso por la llegada de la pandemia con el cierre de muchos servicios. La explotación del patrimonio mediante alquileres de espacios será otra fuente de ingresos que acarrea el sistema presencial.
Financiación insuficiente
“La financiación de la comunidad autónoma está siendo totalmente insuficiente para que las universidades públicas canarias puedan funcionar adecuadamente”, agregó el gerente, para quien lo que da la consejería no cubre ni el 0,9% acumulado de los salarios, que tiene que aportarlo la universidad desde otros capítulos. Con un incremento del 1,80 con respecto al año anterior está claro que el crecimiento en términos reales es menor.
Juan Manuel Plasencia explicó que la Consejería de Educación, Cultura y Deportes ha aumentado su presupuesto en 159 millones más; “se trata de un incremento que en las dos universidades públicas canarias revierte conjuntamente en tan solo en 4 millones”. Por ello sostuvo que el peso porcentual de las universidades en el presupuesto de la Consejería va disminuyendo paulatinamente. “Estamos tratando de hacérselo ver a la Dirección General de Universidades, para que los centros de educación superior tengamos un crecimiento proporcional al del propio departamento regional”.
La suspensión de las reglas fiscales permitirá llevar a cabo proyectos finalistas -pero no estructurales, aclaró- pero no más allá de 2022. “Vamos a utilizar esos remanentes de tesorería en problemas que tiene esta universidad y para los cuales no recibimos dinero del gobierno regional: es decir, solucionaremos algunos de nuestros problemas con nuestros ahorros”. Sí adelantó que el próximo curso no va a darse la subida de más del tres por ciento, por lo tanto, el presupuesto será notablemente menor.
La digitalización del Rectorado, adquisición de mobiliario docente, renovación de flota de vehículos, reforma de laboratorios de investigación, equipamiento de infraestructuras científicas, proyecto piloto de evaluación del desempeño del PAS, publicaciones en abierto e incentivos para investigación de los institutos serán algunos de los destinos de este incremento presupuestario procedente de los remanentes líquidos de tesorería. Con esta partida también se renovará equipamiento informático, se mejorará la acústica del Paraninfo, se llevará ca cabo la segunda edición de Campus América, se pondrán en marcha proyectos de innovación docente y se ejecutarán actuaciones en diversas infraestructuras de centros.
El carácter expansivo del presupuesto de 2022 permitirá dar un gran avance en sostenibilidad, con instalaciones fotovoltaicas, eficiencia energética y otras actuaciones. El plan propio de investigación también experimentará un incremento, con un aumento del 31%.
El gerente explicó que sin esos remanentes de tesorería el presupuesto de la Universidad de La Laguna para 2022 incurriría en un déficit de más de dos millones. “El año 2023 será un año duro y complicado si el Gobierno de Canarias no entiende que debe aumentar la partida dedicada a las universidades”, expuso.
Pas en Acción criticó el inmovilismo de la institución y su escasa de adaptación a los nuevos tiempos, además de falta de liderazgo como institución pública. Por su parte, Espacio para la Unidad del Pas se sumó a la crítica anterior y agregó que el presupuesto no contiene grandes novedades y que la práctica de las modificaciones presupuestarias es demasiado habitual.
Grupo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna solicitó un reconocimiento al alumnado que está colaborando voluntariamente con los afectados por el fenómeno vulcanológico de La Palma, al tiempo que felicitó la puesta en marcha de los presupuestos participativos. Solicitó que el Gobierno regional subvencione más porcentaje de créditos de los estudios universitarios.
Libertad Estudiantil, por su parte, también del sector del alumnado, instó a la rectora a exigirle al Gobierno regional mayores partidas para la educación pública universitaria. Alabó la convocatoria de ayudas para el alumnado palmero y criticó que no haya más ayudas internas para el resto de los estudiantes.
Red de Participación Universitaria, del colectivo del profesorado, señaló que el presupuesto ofrece un sentimiento ambivalente, dado que existe un incremento por los remanentes de tesorería pero, por otro lado, demuestra la escasa capacidad financiadora del ejecutivo regional, lo que pone en riesgo a al institución. “Son las aportaciones extraordinarias las que van a permitir la supervivencia de nuestra docencia e investigación”.
La Asociación Canaria de Estudiantes sostuvo que el centro académico necesita un marco de financiación estable y que resulta incomprensible la reducción presupuestaria del gasto corriente por parte del gobierno autonómico. Criticó la excesiva presencia de empresas externas en la institución, lo que a su juicio supone una privatización de los servicios.
Renovación Convergente, del profesorado, destacó que la salud financiera de la institución resulta preocupante, e instó a la rectora a insistir en la vuelta a la senda del contrato-programa para afrontar una presupuestación estable. “Gracias a nuestros remanentes tenemos un cierto desahogo, pero es claramente insuficiente”, alegó su portavoz.
Programa Alternativo para el Profesorado, también de docentes, sostuvo que no se ha aprovechado esta confluencia de uso de los remanentes de tesorería, y que de hecho no se da un avance en la función transformadora que debe tener la universidad. El portavoz, al igual que los anteriores, tildó de inadmisible la caída de la financiación por parte del Gobierno regional y también interpeló a la rectora para que exija a la Consejería de Educación un cambio de tendencia. La institución necesita mayor capacidad de gestión, lo que hace que el proyecto de presupuesto, a su juicio, sea poco ambicioso.