Un artículo publicado recientemente en la revista Marine Pollution Bulletin refleja los resultados del primer estudio llevado a cabo en el mundo sobre la presencia de microplásticos en el erizo de mar Diadema africanum, especie ampliamente presente en la región macaronésica, con grandes poblaciones en Canarias. Este estudio, que constituye también el primero en el cual se han hallado microplásticos en erizos de Canarias, se enmarca dentro del Trabajo de Fin de Máster de la bióloga marina Marta Sevillano González, de la Universidad de La Coruña, que realizó dicho trabajo dentro del grupo de investigación en Química Analítica Aplicada (AChem) de la Universidad de La Laguna, coordinado por el profesor titular de Química Analítica, Javier Hernández Borges.
El muestreo de los ejemplares de D. africanum se realizó en dos localizaciones diferentes de la costa de Tenerife (El Porís y Tajao, pertenecientes al municipio de Arico) mediante buceo autónomo a una profundidad de entre 7 y 11 metros. Inmediatamente después, los ejemplares fueron trasladados al laboratorio donde fueron congelados a -20 ºC y, posteriormente, diseccionados. Una vez extraídas las gónadas y el tracto digestivo, se sometieron a un tratamiento de digestión para eliminar toda la materia orgánica y permitir la visualización de las muestras en el microscopio estereoscópico. Los microplásticos encontrados fueron clasificados atendiendo a su tamaño, color y forma para, posteriormente, identificar su composición.
En los 33 ejemplares de D. africanum estudiados se encontró un total de 320 partículas que fueron, en su mayoría, microfibras (97,5%), aunque también se encontraron algunos fragmentos (1,9%) y films (0,6%), principalmente azules (43,3 y 47,0% en Tajao y El Porís, respectivamente) y blancas translúcidas (32,5 y 39,5%, respectivamente). En general, la concentración media fue de 9,7 ± 3,9 partículas/individuo, encontrándose un porcentaje ligeramente superior en el tracto digestivo respecto a las gónadas, si bien no se encontraron diferencias significativas entre ambos.
Las “huellas dactilares moleculares” de cada microplástico
Para la identificación de la composición de las partículas encontradas, el equipo contó con la colaboración de Airán Ródenas Seguí, investigador del programa Ramón y Cajal del Departamento de Física y el Instituto Universitario de Estudios Avanzados en Física Atómica, Molecular y Fotónica (IUDEA) de la Universidad de La Laguna, quien llevó a cabo un pormenorizado análisis mediante micro-espectroscopía Raman.
El estudio supuso varios meses de trabajo inicial para poner a punto la técnica, dentro del cual se desarrolló el Trabajo de Fin de Grado (TFG) del estudiante del Grado de Física Sergio Catalán Torralbo. A partir de las medidas realizadas, se pudo constatar que un 45,9% de los microplásticos encontrados eran principalmente microfibras de naturaleza celulósica, es decir, polímeros naturales o semisintéticos que no pueden considerarse plásticos, un 24,3% eran de polipropileno (PP), uno de los plásticos más producidos en todo el mundo, y otro 24,3% de politereftalato de etileno (PET), ampliamente utilizado en envases de alimentos y bebidas, así como para fabricar ciertos tipos de ropa.
En cuanto a las posibles fuentes de microfibras, en base a su forma, color y composición se puede deducir que tienen un origen antropogénico, con el vertido de aguas residuales como primera causa. Es conocido el hecho que las plantas de tratamiento de aguas residuales son capaces de eliminar un porcentaje importante de microplásticos de las aguas contaminadas, pero no el 100%, por lo que es posible encontrar una variedad de plásticos en las mismas, incluyendo un alto porcentaje de microfibras y fragmentos. Ambos puntos de muestreo se encuentran bastante cerca de varios puntos de vertidos, por lo que la proximidad a los mismos, junto con la acción de las corrientes, podría contribuir a la dispersión de los microplásticos por el medio marino cercano y, en consecuencia, podrían ser ingeridos por la fauna local.
Por otro lado, la presencia de microplásticos en las gónadas de los erizos es muy relevante, ya que los principales componentes de las gónadas son fosfolípidos y proteínas con fuerte adhesión a los microplásticos, lo que podría tener efectos nocivos para los embriones de erizos de mar, pudiendo afectar a las poblaciones de estos, como señalan ciertos estudios.