La obesidad constituye un importante problema de salud que además en Canarias tiene una alta tasa de prevalencia. Un grupo de investigadores de Ingeniería Informática de la Universidad de La Laguna, entre los que se encuentran Carina González y Pedro A. Toledo, han trabajado en dos soluciones recién publicadas que tratan de contrarrestar este fenómeno en la población infantil, basados en videojuegos activos y juegos de motor a través de sensores biométricos.
El método de trabajo partió de un cuestionario ad hoc para evaluar el nivel de satisfacción, diversión, aprendizaje y cambios de comportamiento en los niños del grupo experimental con el que desarrolló la intervención. Los resultados mostraron un alto índice de satisfacción con el programa diseñado, así como como con los juegos desarrollados. “Se concluye que los videojuegos activos y los juegos grupales son altamente motivantes, y promueven el cambio de comportamiento hacia hábitos de vida más saludables en los niños y niñas”, indica la investigadora. Los niños y adolescentes están rodeados de tecnología y, también, de sedentarismo. “En este sentido, los videojuegos pueden ser beneficiosos para la salud y el fomento de hábitos de vida saludables a través de actividad física”, recalca.
De hecho, recuerda que algunos videojuegos activos permiten hacer ejercicio saludable y divertirse al mismo tiempo. También se ha trabajado con videojuegos para prevenir y mejorar la salud o para la formación del personal sanitario. Estos videojuegos activos o ‘exergames’ se realizan de forma individual o grupal, introduciendo así elementos más colaborativos y competitivos. El trabajo desarrollado por González y su equipo ayuda a fomentar la coordinación motora utilizando diferentes partes del cuerpo, sobre todo los brazos y las piernas. Además, la librería sensorial que tienen integrada favorece que se mida la frecuencia cardíaca mientras se realizan los ejercicios.
Las investigaciones han demostrado que los niños con obesidad tienen una percepción baja de los deportes e insatisfacción personal y tienden a tener una vida más sedentaria. Ésta es la primera dificultad que encuentran los pediatras al aplicar la prescripción de un deporte. Por lo tanto, se requieren programas de intervención para mantener el entusiasmo y la motivación en la práctica de ejercicios físicos. Estos sensores biométricos, caracterizados por su reducido tamaño, permiten a los usuarios registrar variables fisiológicas y otro tipo de datos relacionados con la práctica deportiva. Actualmente, estos dispositivos son parte de un mercado en expansión de importantes marcas de tecnología, no tradicionalmente vinculados al deporte.