Con la vuelta a la presencialidad en este curso académico muchas de las licitaciones que por culpa de la pandemia quedaron suspendidas o sin cubrir han sido recientemente renovadas. Así, la mayoría de los facultades y escuelas cuentan ya con servicio de comedor y cafetería, prestando así una labor esencial para la vida universitaria y reactivando a su vez este sector de la economía de servicios.
Una de las licitaciones ha sido concedida a Trampolín Solidario, una empresa de inserción socio-laboral centrada mejora de la empleabilidad y la colocación de personas en situación de exclusión social. Se trata de una entidad cuyos beneficios se reinvierten en la generación de nuevos puestos de trabajo. El personal contratado cuenta además con un itinerario de formación y un seguimiento personalizado para que pueda volver a insertarse en el mercado laboral ordinario o incluso madurar su posible proyecto de emprendimiento.
Trampolín Solidario extiende su actividad a áreas tan diversas como la hostelería y restauración, la limpieza y desinfección, el mantenimiento de edificios, la jardinería o los servicios auxiliares, en la idea de ofrecer un amplio abanico de oportunidades a las personas más desfavorecidas. Actualmente, esta empresa presta servicios en las cafeterías universitarias de la Sección de Náutica, Máquinas y Radioelectrónica Naval; Sección de Arquitectura Técnica y en la Facultad de Derecho y de Ciencias Sociales y de la Comunicación. Este modelo empresarial permite así al centro académico trabajar al servicio de una sociedad más justa e inclusiva.
Los otros concesionarios son: Saturnino Padrón Rodríguez (Cafeterías de la Sección de Química, Sección de Farmacia y Edificio Central); Matisvicfra SLL (Cafeterías de la Sección de Física y Matemáticas, Facultad de Economía, Empresa y Turismo, Sección de Informática y Comedor Central); Gescoten Colectividades SL (Cafetería del Aulario de Guajara); Sercrina SL (Cafetería de la Sección Medicina) y Juana Mónica Suárez Campos (Cafeterías de la Sección de Biología, edificio de Ciencias de la Información y Residencia Parque de las Islas). Algunos de estos servicios se prestaron incluso en los meses más difíciles de la crisis sanitaria, excepto en los del estricto confinamiento, meses en los que la Universidad de La Laguna canceló la obligatoriedad del canon que estas empresas debían abonar al centro académico.
Entre las cafeterías que no se están explotando y cuyo trámite de expediente de licitación se ha iniciado en este mes de octubre figuran la de la Sección de Ingeniería Agrícola y la de la Facultad de Bellas Artes.