La Sección de Náutica, Máquinas y Radioelectrónica Naval de la Universidad de La Laguna acoge en sus instalaciones el proyecto «Puertos Inteligentes y Electrificación del Tráfico Interior en los Puertos Canarios”, el cual está liderado por el grupo de investigación Sensores Inteligentes y cuenta con el apoyo del Laboratorio de Formación y Desarrollo en Tecnologías Marinas LDF-TECNOMAR, ambos pertenecientes al centro académico.
El eje central de dicho proyecto consiste en la sustitución del propulsor de combustión interna de una embarcación convencional por un tren motriz eléctrico a baterías. Se trata de la embarcación “Añaza P”, que está en proceso de donación por parte de la Corporación de Prácticos de Puertos de Tenerife a la Universidad de La Laguna, la cual, una vez transformada, será la primera embarcación con fines de investigación, docentes y demostrativos de Canarias. El proyecto cuenta además con el apoyo de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, entidad involucrada conforme a su Plan de Responsabilidad Social Corporativo, en el fomento del uso de energías sostenibles e innovadoras en el ámbito portuario.
El objetivo principal de esta iniciativa es demostrar la sostenibilidad que conlleva el uso de embarcaciones electrificadas e inteligentes para el tráfico interior en los puertos canarios. La sostenibilidad de las embarcaciones está precisamente alineada con los objetivos de la Organización Marítima Internacional (OMI) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) y los óxidos de nitrógeno (NOx), además de otras emisiones contaminantes vinculadas al empleo de los combustibles fósiles.
Según los investigadores, estos objetivos se materializan, en el caso de las reducciones de CO2, a través de la Estrategia Inicial para la reducción de los gases de efecto invernadero, que lleva en marcha desde la 72º reunión del Comité para la Protección del Medio Marino de la OMI, el 9 de abril de 2018. Esta estrategia implica la reducción de las emisiones de los buques en el año 2050 a la mitad en comparación con el 2008, y la reducción del impacto de las emisiones en el tráfico marítimo internacional de un 40% en 2030 en comparación con el 2008. En el caso de las emisiones de NOx, la regulación de la OMI de nivel III (Tier III) persigue una mejora de la calidad del aire especialmente en los puertos y en las zonas urbanas próximas. La norma de Nivel III es aplicable desde el 2016 en Norteamérica y aguas del Caribe, pero entró en vigor en Europa este 1 de enero de 2021 en las zonas de control de emisiones del Báltico y el Mar del Norte.
El equipo de investigación señala que, si bien es cierto que la electrificación en el transporte marítimo está aún en una fase muy temprana, el empleo de sistemas de propulsión electrificados en las zonas costeras y portuarias, bien sea por medio de técnicas de hibridación o sistemas de propulsión a baterías, trae aparejada la práctica eliminación de las emisiones de NOx en las zonas costeras, facilitando también una mejora en la eficiencia energética especialmente en las maniobras de los buques por las características físicas de los motores eléctricos, teniendo un fuerte impacto en la calidad del aire que respiramos en las ciudades vinculadas al transporte marítimo.
El primer paso de este proyecto de sustitución del propulsor de combustión interna de la embarcación «Añaza P” ha sido la reciente varada de la embarcación en la explanada de la escuela náutica. A partir de este momento y una vez adoptadas las medidas de seguridad necesarias, se procederá a los trabajos de limpieza, revisión y reparaciones en el casco, así como la preparación necesaria para la instalación del nuevo sistema de propulsión y sus sistemas de control. Todo el proceso se realizará supervisado mediante la correspondiente dirección facultativa para el cumplimiento de los requerimientos legales necesarios para la sustitución del propulsor, de forma que, una vez finalizados los trabajos la embarcación, esta pueda ser nuevamente puesta a flote en condiciones de navegabilidad.
Este proyecto, financiado por el Gobierno de Canarias, ha adoptado un enfoque educativo y activo del aprendizaje que se materializa en la directa colaboración de los estudiantes en los trabajos que habrán de acometerse, lo que permitirá la adquisición de competencias profesionales en el ámbito del mantenimiento y reparación naval directamente en campo, bajo la supervisión del profesorado que colabora en el proyecto. Este grupo de estudiantes tendrá la oportunidad de vivir de primera mano y en su propio centro el proceso de planificación, desarrollo y ejecución de trabajos de reparación naval, para lo cual tendrán que adoptar una estructura organizativa similar a la de un astillero, cuestión que redundará en la adquisición de las competencias transversales necesarias para su futuro laboral.
