La Universidad de La Laguna acaba de cerrar un acuerdo con los representantes sindicales para poner en marcha el Plan de Organización Docente (POD) del curso 2021/22, es decir, el documento que regirá las líneas estratégicas sobre las que se articulará la docencia del próximo año académico. Basadas en las que ya se están aplicando este año, tanto el Vicerrectorado de Personal Docente Investigador como el de Investigación y Transferencia, principales propulsores de este acuerdo, indican que estas directrices facilitarán la contratación de plazas con mayor proyección de estabilidad laboral, al tiempo que suponen mejoras relevantes en la situación laboral del profesorado.
Los principales cambios que se incorporarán a estas directrices tienen que ver, en el apartado de encargo docente, con la posibilidad de que los centros tomen como referencia la estructura de grupos y tipos de actividad del curso anterior. Igualmente, se produce un mayor reconocimiento de las áreas de conocimiento de mayor peso en las titulaciones a la hora de la impartición de las asignaturas Trabajo Fin de Grado y Trabajo Fin de Máster, lo que facilitara que un reparto más equitativo entre áreas. También se produce un reconocimiento de determinadas asignaturas de contabilidad especial que se llevaban a cabo pero que no estaban contempladas en las directrices, como es el caso de las actividades formativas en los programas de doctorado o las asignaturas impartidas en campus distanciados.
En cuanto a la capacidad docente, se ha incluido la labor del profesor emérito, se ha producido un mejor ajuste de las tareas de gestión realizadas por el profesorado y especial importancia cobran también los avances significativos en la valoración de la labor investigadora del profesorado. En este punto, para el próximo curso académico se tendrá en cuenta el sexenio de transferencia para determinar así la capacidad docente inicial. También se lleva a cabo una mayor visibilización de la dirección de tesis doctorales en el caso de menciones en cotutela y de los doctorados industriales, y a la vez que se explicita la participación en convenios y contratos de trasferencia. Igualmente se valora el cómputo de proyectos de investigación en el caso de que haya más de un investigador o investigadora principal.
Además, para el profesorado contratado o laboral se establece una moratoria de un curso académico para que todo aquel que haya accedido a un contrato permanente pueda solicitar sexenios y los tramos de investigación correspondientes de los complementos retributivos, a los que antes no podría acceder y sin ver aumentada su capacidad docente inicial. En las directrices se recoge también que todo el profesorado cuyo periodo de sexenio activo finalizase en 2020, pero hubiese solicitado en la convocatoria de 2021 la evaluación de un nuevo sexenio de investigación, se le mantendrá la condición de sexenio activo para el cómputo de la capacidad docente inicial para el próximo curso.
Sobre la distribución de la docencia entre el profesorado, las nuevas directrices indican mejoras de la situación laboral tanto del personal permanente como no permanente. Las nuevas directrices suponen un avance con respecto a las anteriores y redundarán en el reconocimiento de la labor del profesorado y en la mejor de la calidad de la docencia que recibe el alumnado de la Universidad de La laguna, aseguran los vicerrectores implicado s en ellas, Rocío Peña y Ernesto Pereda.
Reacciones
La representación social de la Junta de Personal Docente e Investigador, Coalición Sindical y CCOO, tras destacar el respeto al trabajo desarrollado por las compañeras y compañeros del Comité de Empresa que no han firmado este documento, señalan que, si bien faltan objetivos en la mejora de la calidad como la reducción del tamaño de los grupos, destacan los importantes avances registrados en el POD. “En especial, que la capacidad general del profesorado a tiempo completo sea de 24 créditos; las limitaciones en el número de asignaturas; el reconocimiento de los sexenios de transferencia; el mantenimiento del sexenio activo; el reconocimiento de la cotutela en las tesis y en los proyectos de investigación; y, sobre todo, la mejora de las condiciones docentes del PDI laboral”, señalan.
No obstante, advierten, que tan importante como el POD es la mejora en la gestión. “Es necesario disminuir las tareas administrativas del profesorado y delimitar los plazos para que las áreas dispongan de las plazas necesarias desde el primer día de clase, mediante la creación de una bolsa de empleo en la que se disponga de profesionales para atender problemas coyunturales en la docencia”. También sugieren la adopción de las medidas para que el profesorado mayor de 60 años vea reducida su carga docente de forma progresiva, “al igual que en otras universidades del Estado, mediante una financiación extraordinaria del gobierno”.