La investigación sobre los efectos producidos por la práctica de la meditación en el cerebro, que coordinan el profesor del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de La Laguna Sergio Hernández Alonso y el catedrático de Psicología Básica de la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) Alfonso Barros Loscertales, da un paso más al indagar en el uso de las oraciones en la meditación, un aspecto que exploran junto a investigadores de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). En concreto, se trata de la investigación emprendida por el profesor Uffe Schjoedt, cuyos estudios se centran en los efectos que producen las plegarias católicas durante el proceso de meditación. Para ello se evaluó la actividad llevada a cabo por un grupo de cristianos daneses, una práctica plasmada en un artículo científico que se está replicando actualmente en la ULL con meditadores del Sahaja Yoga, una técnica de meditación sencilla cuyo objetivo es alcanzar un estado de paz interior.
Esta colaboración puntual con el centro académico danés trata de establecer las diferencias existentes entre las investigaciones realizadas con el grupo de cristianos y con el de meditadores, y aunque no es habitual usar las oraciones en la meditación, “lo que estamos comprobando ‒ indica Sergio Hernández‒ es la actividad neuronal en las oraciones y la conectividad funcional existente”. Además de este aspecto, el profesor de la Universidad de La Laguna explica que la línea de investigación que lidera, emprendida hace diez años y enfocada a los efectos derivados de la meditación con silencio mental, ha comenzado a abordar también los resultados producidos en la sustancia blanca, que interviene en el aprendizaje y en las enfermedades mentales y está situada entre los tejidos más profundos del cerebro.
“Con respecto a la materia blanca, estamos analizando varios aspectos, desde qué es lo que se activa cuando una persona medita a cómo se conecta el cerebro”, un aspecto que la ULL estudia en colaboración con investigadores del Centro Cubano de Neurociencias (CNEURO) de La Habana (Cuba), especializado en el desarrollo de tecnología enfocada a la diagnosis y tratamiento de enfermedades mentales.
Estancia de investigación
En el avance de estos nuevos planteamientos en la investigación sobre la meditación y sus efectos cerebrales ha sido fundamental la presencia de Alfonso Barros Loscertales, coautor, partícipe en esta línea de investigación y profesor invitado gracias al programa de ayudas a estancias cortas dirigido al personal investigador que financia el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia. Barros, miembro del grupo de investigación NFN-Neuropsicología y Neuroimagen Funcional de la Universidad Jaume I, se incorporó en 2015 a este proyecto, en el que a día de hoy participan expertos de distintas universidades del mundo. “Estas dos semanas de estancia han servido para cohesionar aún más el grupo de investigación de ámbitos tan diversos como la psiquiatría, la drogadicción o la medicina que lidera el profesor Sergio Hernández. Contamos con investigadores consolidados en EEUU, Cuba, Reino Unido, España, y ahora Dinamarca”.
Aparte de esta red internacional, la Universidad de La Laguna mantiene contactos con expertos de universidades de Zaragoza, Madrid, Valencia o Barcelona y una fructífera producción científica en este ámbito. “Este año hemos ido publicando diferentes aspectos logrados en nuestra línea, como la actividad neuronal, cómo se activa la percepción hacia el interior, además de comparar la anatomía cerebral de personas que practicaban la meditación con personas que no lo hacían. Lo que hemos verificado en este tiempo es que los meditadores tenían un 7% más de materia gris que los no meditadores”, indican ambos investigadores.
El resultado se publicó a principios de año en la revista científica Plos One bajo el título «La Meditación de Sahaja Yoga se asocia a un mayor volumen de materia gris en todo el cerebro; comparación detallada área por área». El estudio, que registró la anatomía cerebral de 46 personas voluntarias, se realizó en el escáner de resonancia magnética de la Universidad de La Laguna. Los participantes se dividían en dos grupos integrados por 23 voluntarios meditadores Sahaja Yoga y otros 23 voluntarios no meditadores. “Todos nuestros estudios se han realizado con el escáner de resonancia magnética porque nos permite ver el cerebro desde distintos ángulos, tanto desde la actividad neuronal como desde la anatomía de la materia gris”, explican.
Junto a las evidencias halladas en torno a la materia gris de los meditadores expertos, los últimos experimentos de la investigación liderada por Hernández apuntan a que no hay diferencias entre las personas expertas e inexpertas en meditación. Esto implica que aunque carezcan de experiencia alguna en meditación, estas personas producen patrones de actividad cerebral similares a los de las personas que sí conocen esta práctica. La línea de investigación en meditación y neurociencia emprendida en 2011 por la Universidad de La Laguna, una de las universidades pioneras de España en este campo, gira alrededor de las redes cerebrales. Además de la respuesta cerebral se analiza también el comportamiento de las personas voluntarias (meditadoras y no meditadoras), tanto cuando meditan como al divagar, es decir, cuando el cerebro tiende a la desconexión automática mientras se realiza alguna actividad.
