En el marco de la Universidad de Verano de Adeje, se llevó a cabo el pasado lunes, 19 de julio, el taller de “Escritura Terapéutica”, el cual estuvo a cargo de Celia Morales Rando, doctora en Psicología por la ULL. Durante la sesión, la profesora explicó que este modo de escribir es muy positivo porque afecta los sentimientos, las emociones y a la salud, y de hecho contribuye a mejorar las funciones inmunológicas, el funcionamiento del cerebro “y sobre todo a autogestionarnos a nivel emocional, controlar nuestros pensamientos y patrones de conducta”.
La escritura terapéutica es una técnica que puede ser utilizada en casa. “Para trastornos graves hay que acudir a profesionales de la psicología”, advierte la experta. En el caso del taller que se ha realizado en Adeje, cabe destacar que se han dado pequeñas pinceladas, para personas que no tienen problemas serios y que puede ayudarles a gestionar situaciones de conflicto o frustración.
Para la psicóloga, es preciso crear un “círculo positivo” entre expresión oral y escrita. De esta manera, señala, ambas se potencian mutuamente porque mejora las competencias tanto lingüísticas como emocionales del alumnado. Dentro de la escritura terapéutica el modelo más habitual es el formato de los diarios, aunque señala que hay otro tipo de textos, como las cartas, que sirven para explicar, por ejemplo, el yo infantil y cómo se superaron ciertas dificultades a lo largo de la vida, afirma Morales Rando.
La psicóloga indicó que otros textos que se pueden usar en terapia es la escritura de un listado de agradecimientos o incluso, textos de contenido aún más expresivo, como por ejemplo una carta para leer en el propio funeral del autor o autora. Con estas propuestas, se busca que las personas sean capacees de situarse desde otra perspectiva e ir analizando lo que les acontece.
Creación literaria y minificción
Otro de los talleres impartidos en la Universidad de Verano de Adeje pone en relación la creación literaria y los géneros minificcionales como el microrrelato, el poema en prosa, el haiku, el aforismo literario o greguería y el microdrama. A manos del profesor Darío Hernández, se hizo hincapié en la diferencia que existe entre el fenómeno artístico y literario, de esta forma, la persona escritora podrá elaborar minificciones de distinto tipo como vehículos de expresión del yo creativo.
En este sentido, el profesor de Filología Española aseguró en el taller que “todo el mundo tiene talento, pero hay que indagar dónde tenemos más habilidades, es decir, identificar si el origen de nuestra fortaleza está en la poesía, la narrativa, la prosa, el teatro, etc. Una vez que definamos eso, escogeremos el género a trabajar y lo llevaremos a cabo, empleando para ello la semántica”. Así, a lo largo del taller, se dieron pistas de cómo se puede narrar o contar una historia con textos caracterizados por la síntesis expresiva, condensación semántica o brevedad.
Con respecto a la fuente de inspiración, el profesor aclaró que una persona no debe estar supeditada a una inspiración en concreto, de hecho, puede utilizar sus vivencias, memoria, imaginación, el propio cuerpo. “Se trata de buscar nuestro yo lírico y narrativo para que cada quien encuentre su talento”. En torno a la denominada competencia creativa, el taller práctico contempló el desarrollo de la capacidad de autoconocimiento y de metacognición, fomento de la sensibilidad y la creatividad artística y literaria, se produjo una mejora en la habilidad para pensar y actuar de forma original e imaginativa en diferentes situaciones vitales y profesionales.