Abordar el fenómeno la violencia de género desde una perspectiva diferente y más completa es el objetivo del curso de la Universidad de Verano de Adeje dirigido por las psicólogas de la Universidad de La Laguna Ángela Torbay y Matilde Díaz, a la sazón directora y subdirectora de la Unidad de Igualdad de Género de la institución académica, que se impartirá esa semana de forma online. “Creemos que no debe separarse el trabajo que se realiza con las víctimas del que se lleva a cabo con los maltratadores. La existencia de uno es indisociable al otro”, explican. Esta propuesta se basa en que si bien se lleva tratando a las primeras desde hace 25 o 30 años, el que se hace con los agresores ha quedado en un segundo plano, e incluso para algunos sectores estaba hasta mal visto dedicar recursos a estas personas.
Instituciones Penitenciarias tiene dos formar de acercarse a este problema, bien a través de penas privativas de libertad, bien mediante el uso de la terapia rehabilitadora, explican las psicólogas. “Muchas veces no se trata solo de estudiar el caso individual del maltratador, sino también su entorno, el aprendizaje de valores que ha tenido”. Son las llamadas medidas alternativas, que suponen un proceso obligatorio de rehabilitación de nueve meses, en el que se trabajan los estereotipos, los valores, el machismo o el control de la ira, por ejemplo, y cuyos profesionales asistirán como ponentes a esta propuesta de la Universidad de Verano de Adeje.
Hay estudios sobre la efectividad de las medidas alternativas que indican que, junto con otras terapias, alcanzan una tasa de éxito que ronda entre el 20 y el 30%. Puede pensarse que es un porcentaje bajo en eficacia, pero las directoras de este curso afirman taxativamente que, si sirve para rehabilitar a cuatro o cinco maltratadores completamente, ya ha valido la pena. Con todo, es una terapia relativamente joven que necesita de más desarrollo y que ha ido con los años aumentando en eficacia, señalan las expertas.
El curso abordará la resiliencia y violencia de género, por un lado, y, por otro, el caso de los maltratadores. En este punto, Torbay y Díaz indican que la resiliencia presenta un enfoque relativamente nuevo, que habla de que las personas que han pasado por una adversidad extrema consiguen no solo adaptarse a la nueva situación, sino transformarse completamente, dándole un nuevo sentido a la vida. Por eso, insisten, el curso pone el foco en la fortaleza y positividad.
Las figuras de apego y de seguridad construidas durante la infancia ayudan a la formación adulta de las personas y a enfrentarse a los retos que le depare la vida. “Vamos a centrarnos en esos factores protectores, para conocer de qué estrategias disponemos”. El humor, la escritura o la creatividad pueden incluso ser elementos que ayuden a reforzar la resiliencia, sin olvidar, apuntan, que hay que trabajar la autoestima y las situaciones de vulnerabilidad.
Las psicólogas de la Universidad de La Laguna añaden además que la violencia de género es un proceso largo y complejo, de tal modo que las víctimas se atreven a acercarse a la consulta cuando los casos son ya casi irreversibles. “Poco a poco se empiezan a normalizar determinadas conductas, pequeñas privaciones de libertad, formas verbales que son reprochables, y nadie fuera de ese ámbito estrictamente privado lo percibe, porque se celebra en el espacio íntimo del hogar. A eso se une la dependencia afectiva, aislando a la víctima de su mundo relacional”.
Al curso de la Universidad de Verano de Adeje se ha matriculado tanto alumnado en general como profesionales en la materia. Asistirán como ponentes, además de las directoras, Itxiar Canino, doctoranda que trabaja en un programa para mujeres supervivientes y también para agresores; Miriam Alcolea, psicóloga especializada en trabajo con maltratadores en la asociación +Familia; y Raquel Méndez, experta en intervención con maltratadores en violencia de género medidas alternativas en Instituciones Penitenciarias.