Pedro García Aguado, emprendedor social y campeón olímpico en 1996 y del mundo en 1998 de waterpolo, ofreció este miércoles, 21 de julio, en el marco de la Universidad de Verano de Adeje una charla acerca de la importancia de la enseñanza de valores en el deporte, en la que destacó las aptitudes que se le asocian, tales como la honestidad, confianza, credibilidad y efectividad, pilares fundamentales que se aprenden en el deporte y que bien pueden ser trasladados a cualquier ámbito de la vida.
Desde el punto de vista didáctico, “el deporte, como disciplina, es fundamental en una sociedad equilibrada y España es una potencia mundial en esta materia. Una sociedad sana necesita el deporte”. García Aguado indicó que las circunstancias personales influyen y mucho: “Hubo una época de mi vida en que, teniendo todo, me sentía la persona más fracasada del mundo. Por lo tanto, creer en uno mismo, tener humildad y la suficiente capacidad de escucha para aprender de los demás, nos hace tremendamente mejores”.
En este orden de ideas el deportista aseguró que “las cosas no son positivas ni negativas, sino la lectura que hacemos de lo que nos pasa. Tenemos que aprender a relativizar lo que sucede para poder mejorar tanto en el deporte como en la vida”. “No podemos estar mirándonos el ombligo constantemente”, aseguró el deportista, quien subrayó que “gracias a que fui deportista profesional durante 17 años, aprendí que no siempre se ganan los partidos, no siempre salen las cosas como uno quiere, hay que ser resiliente. Fue precisamente gracias a esa educación deportiva, en la que aprendes a gestionar el éxito y el fracaso, además de las experiencias vividas, lo que me ha permitido llegar hasta donde estoy, si no hubiese sido por el deporte no habría superado lo que en su día pude”.
“La responsabilidad individual prevalece por encima de cualquier cosa”, aseguró César García Aguado. En estos momentos de pandemia, donde tenemos que tener en cuenta lo que estamos viviendo, respetar las normas y tener conciencia, el deporte influye y mucho, porque ayuda a tener disciplina, a respetar la rutina, pero, sobre todo, te enseña a ser solidario y a trabajar en equipo. Valores que, en época de pandemia, contribuyen más de lo que imaginamos, porque, no nos engañemos, tenemos que adaptarnos y remar en la misma dirección”.
Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que sí puedo y sabiduría para reconocer la diferencia, fueron las palabras que García Aguado recordaba de una de sus experiencias en los grupos de apoyo en los que ha participado. “El deporte, fomentado desde la infancia, es tremendamente beneficioso porque una vez llegada a la vida adulta, ya tendremos todos esos valores inmersos en nuestra forma de vida”.